Omega Autista [MICHAENG]

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Luego de una primera semana acoplándose a su nueva forma de vivir el día a día, la pareja comenzó a adaptarse al cómo funcionaba su relación, y sinceramente, Mina cada día se encontraba más enamoraba de su linda omega. Esta no era muy demostrativa, pero la pelinegra estaba segura de que aunque no lo dijera o lo expresara, Chaeyoung también tenía grandes sentimientos hacia ella.

Tras pasadas semanas y meses, la relación se había vuelto estable y realmente la presencia de la alfa había ayudado al progreso de la rubia. Si bien sus ataques de ansiedad e ira no habían desaparecido y de tanto en tanto ocurría alguna situación un poco desagradable, se notaba cada vez menos frecuente y con menor intensidad. Igualmente la familia de la alfa se pudo dar el tiempo de conocer a la omega más de cerca, pudiendo fácilmente comprender por qué la pelinegra estaba tan enamorada y decidida a estar con Chaeyoung a pesar de todo, incluso ellos le habían tomado cariño a la dulce omega.

***

Esta era una tarde de domingo, en la cual como muchas veces la rubia quería ver películas de princesas y príncipes con la alfa, por milésima vez, aunque para la rubia la emoción era siempre como la primera, y al alfa no le importaba ver muchas veces esas películas infantiles con tal de ver feliz a su rubia de cabellos largos. La menor comía tranquilamente los dulces que la alfa le había comprado este día, cuando la madre de la omega interrumpió el momento que pasaban juntas en la sala, con una ligera sonrisa y su teléfono en la mano.

-Bebé... - dijo la beta tomando el control y pausando la película en la Tv.

-Oye, estaba viendo mi película - dijo la rubia molesta, a pesar de ser 'diferente' conservaba esa normalidad de que al ser adolescente no soportaba a su madre a veces, aunque por lo general era buena y muy obediente.

-Vengo a decirte algo que te pondrá feliz amor... - dijo esta acercándose a la omega, sentándose al lado de la joven pareja - como has sido una niña muy buena, tengo una sorpresa para ti -

-¿Qué es? - preguntó la omega mirando fijamente a su madre a los ojos.

-Bueno, vendrán a pasar un par de semanas con nosotros tu tía Dahsun y Dahyun - avisó la beta.

Los ojos de la menor brillaron al instante al oír aquello. Notándose emocionada incluso a tal punto de que la alfa fácilmente percibió el aroma de la omega al instante, cosa que no había pasado antes, pues al estar la omega muy emocionada estaba lanzando feromonas deliberadamente.

-¿En serio? ¿Cuándo llegan? - preguntó con una gran sonrisa a su madre con prisa.

-Llegarán el viernes amor... tía Dahsun se quedará en la habitación de visitas, y Dahyunie dormirá contigo, ¿te parece? -

-Sí mami - dijo feliz la rubia, emocionada a tal punto que abrazó a su madre, sorprendiendo a la alfa y a la beta, debía estar realmente feliz como para hacer eso, pues a la omega no le gustaba mucho el contacto con otras personas a menos de que fuera su alfa, y ni con su alfa era tan expresiva - voy a ir por señor conejo - dijo la rubia corriendo hacia su habitación, a la menor le gustaba platicar con sus peluches, esta sabía que no tenían vida ni nada, pero le gustaba sentirse escuchado por ellos.

-Vaya, de verdad le agrada su primo, ¿no es, asi? - preguntó la pelinegra a la beta frente a ella.

-Sí... mientras Chaeyoungie crecía, nunca tuvo amigos en la escuela porque era muy tímida, incluso si alguien intentaba hablarle ella no respondía y se alejaba, entonces nunca tenía a nadie de su edad con quien pasar el rato, o bueno, nadie aparte de Dahyunie, ambas tienen la misma condición de autismo y no son tan distintas de edad, entonces siempre se han entendido muy bien, hace mucho que no se ven, nunca vi a Chaeyoungie tan triste como el día que cayó en cuenta que no vería tan seguido a su prima Dahyun
- mencionó la mayor recordando - pero llegaste tú, y ha sido tan feliz contigo que por momentos creo que hasta se olvida de ella aveces, pero ya vi que no se le olvida tanto...-