Hace cien años, Douma lo perdió todo: a su esposa, a su calma, a la única persona capaz de verlo más allá del demonio que es. Desde entonces, solo sus hijos -Kanae, Akaza, Koharu y Kanao con
Inosuke- lo han mantenido en pie... aunque ni ellos logran...
El aire estaba limpio en la pequeña finca rural. Las cigarras zumbaban a lo lejos y el calor del sol acariciaba el campo sin ser abrumador. En el porche, Kanao, Tanjiro, Inosuke y Aoi disfrutaban un rato de descanso. Todo parecía tranquilo... hasta que Douma apareció caminando hacia ellos con una gran sonrisa.
Douma (emocionado, mirando a todos): ¿Tienen un momento? Prometo que esto no es una de mis bromas.
Inozuke(cruzada de brazos):¿Qué hiciste ahora?
Douma (más serio, pero aún con chispa):Hice... algo bueno. Algo que tal vez cambie su mundo.
Kanao lo observó con atención, pero notó que llevaba en la mano una cajita pequeña, decorada con sellos del escuadrón médico.
Tanjiro:¿Qué es eso?
Douma (emocionado):La cura definitiva para los demonios. Ya no son sensibles al sol.
Inosuke (frunciendo el ceño):¿Qué significa eso?
Douma (con una sonrisa amplia):Significa que pueden salir... ahora.
Kanao se levantó de golpe. Aoi abrió los ojos, sorprendida.
Aoi:Acaso... ¿Akaza... y Kanae?
Douma (con los ojos brillando):Salgan ya,antes de que empiece a llorar.
Desde la sombra del bosque que rodeaba la finca, salieron dos figuras. Primero Akaza, luego Kanae. Ambos caminaban con tranquilidad, sin quemaduras, sin miedo. La luz dorada del sol iluminaba su piel y sus cabellos.
Tanjiro (emocionado):¡Kanae! ¡Akaza! ¡Están...!
Kanae (riendo con lágrimas):¡Podemos estar en el sol! ¡¡Sin escondernos más!!
En ese momento, Tomioka salió por la puerta, secándose las manos con una toalla. Iba a regañar por el alboroto, pero se detuvo de golpe al ver a Kanae y Akaza... iluminada por la luz del día.
Por un instante, se quedó sin palabras. Entonces Akaza corrió hacia él sin dudarlo.
Akaza:¡Papá!
Tomioka lo atrapó en un fuerte abrazo, bajando la cabeza para esconder la emoción. No lloró... pero su voz se quebró al hablar.
Tomioka (con voz grave)Están... Están en el sol... ¡por fin!
Kanae se acercó también, un poco más tímida. Tomioka lo miró con una sonrisa.
Tomioka:Kanae, te vez hermosa bajo la luz del sol.
Kanae:Gracias -Lo abraza con fuerza llorando
Tomioka asintió con una sonrisa mientras acaricia su cabeza luego miro a Douma, Douma tenía una sonrisa dirigida a él aunque odiaba compartir a sus hijos tenía que aprender que Tomioka era también el papá de sus hijos ya que los crío.
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