Cap 20 El Sabor del Vino Viejo {Mejorado}

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Al salir de clases, Shinobu decidió caminar sola. Hakuji había sido arrastrado por Gyutaro y los demás a un campeonato de box improvisado, y aunque tenían planes juntos, ella no se molestó. También tenía derecho a divertirse con sus amigos.

Shinobu se sentó en una cafetería del centro, pidiendo un café mientras ojeaba sus redes sociales. Sonrió al ver un video publicado por Gyutaro: él, Zohakuten, Gyokko y Hakuji gritaban viendo la pelea en la tele.

"Noche loca", decía el título. Shinobu rodó los ojos, divertida, y les dio un corazón.

-Disculpe -dijo el mesero acercándose con una charola-, alguien pidió esto para usted.

Shinobu:¿Eh? ¿Quién fue? -preguntó, con una sonrisa curiosa.

El mesero señaló discretamente a un hombre sentado al otro lado del local: alto, pálido, con cabello blanco perfectamente peinado, un traje caro... y esos ojos de arcoíris.

Shinobu se tensó por un momento. No era un extraño. Era ese hombre del parque. El que se había acercado a ella con una sonrisa demasiado amable. Ya se habían topado algunas veces... pero ¿por qué seguía apareciendo?

Shinobu:Dígale gracias de mi parte -respondió, cortés, aunque algo incómoda.

Minutos después, el hombre se levantó y caminó hacia su mesa. Se sentó con una sonrisa amplia, esa que parecía clavarse más que agradar.

Douma: Así que tú eres mi... Shinobu, ¿cierto? Encantado de verte otra vez.

Shinobu (arquea una ceja): ¿Otra vez me "tocó" verte por casualidad?

Douma (ríe): El destino siempre junta a los que deben encontrarse. ¿No lo crees?

Shinobu (seca): No estoy segura. Tal vez solo me sigues.

Douma (finge estar ofendido): ¡Por favor! Yo no haría algo así... salvo que te interese. -le guiña un ojo.

Ella no respondió, solo bebió un poco de su café.

Douma: Dime, ¿qué edad tienes?

Shinobu: Dieciocho. ¿Y tú?

Douma (se acomoda el saco, sonriente): Soy joven y guapo, te lo aseguro.

Douma (se acomoda el saco, sonriente): Soy joven y guapo, te lo aseguro

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Shinobu lo miró seria, claramente esperando una respuesta real.

Douma (suspira teatralmente): Treinta... ¿y tantos?

Ella alzó una ceja, incrédula.

Shinobu: Ajá.

Douma (ríe): Está bien, está bien. Pongamos que tengo 30 exactos. ¿Me crees?

Shinobu: Lo dudo. Pero no vine aquí a discutir biología.

Douma: Ay, mariposita... cada vez me gustas más.

Shinobu (seca): Tengo novio.

Douma: Lo sé. Hakuji, ¿verdad? -sonríe, nada sorprendido- Un chico encantador. Pero bueno, uno nunca deja de admirar una flor solo porque está en un jardín ajeno, ¿no?

Shinobu: No sé. A veces las flores tienen espinas.

Douma (burlón): Las espinas me excitan bastante.

Ella se cruzó de brazos, cansada de sus juegos.

Shinobu: ¿Y tus hijos?

Douma: Están con su niñera. Me escapé un rato. Trabajo mucho.

Shinobu: ¿Empleado?

Douma: No, soy el jefe -dijo orgulloso-. Tengo una empresa de moda. Deberías pasar por la boutique. Tú, con ese porte... Te haría un vestido tan hermoso que ni tu novio podría resistirse.

Shinobu: ¿Eso fue un cumplido o una amenaza?

Douma: Un deseo... -susurró con voz baja y seductora.

Al final, Shinobu aceptó que la llevara a casa. El auto de Douma era elegante, con luces azul oscuro, música instrumental suave y aroma a cuero caro.

Douma se estacionó frente a su casa.

Douma: ¡Llegamos!

Shinobu: Gracias -dijo, tomando el picaporte.

Douma (rápido): ¡Oye!

Shinobu lo miró, confundida.

Douma: Si necesitas algo... lo que sea. -le tendió una tarjeta dorada-. Dinero, compañía, vestidos... o diversión. Yo soy como el vino, cariño. Mejoró con los años.

Shinobu tomó la tarjeta en silencio.

Desde la ventana del segundo piso, Kanae la observaba con una ceja alzada.

Kanae (abriendo la puerta): ¿Otra vez con ese hombre? Pensé que estabas con Hakuji.

Shinobu (apresurada): ¡Nee-san! No empieces. Solo me dio un aventón.

Kanae (riendo): Ya, ya. Solo bromeaba. ¿Cómo te fue?

Shinobu (dejando la mochila): Raro... Como si estuviera jugando con fuego.

Kanae: No te quemes, entonces.



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Mientras tanto, en el auto, Douma no arrancó de inmediato. Se quedó allí, con las manos sobre el volante, mirando la casa por unos segundos.

Luego, sonrió.

Una sonrisa calmada, casi infantil. Como si todo estuviera saliendo exactamente como lo planeó.

Sacó su celular, vio la foto de Shinobu en sus contactos y acarició suavemente la pantalla con el pulgar.

Douma (en voz baja): No dijo que no. Aceptó mi pastel... aceptó mi tarjeta. No me empujó, no huyó... no me odia por el momento.

Hizo una pausa y ladeó la cabeza, como si escuchara una voz interna.

Douma: Ella solo necesita tiempo. Ya se siente atraída, aunque aún no lo sepa. Ese temblor en sus dedos cuando toqué su mano... Esa mirada contenida cuando bromeé sobre su novio... Sí. Todo va bien.

Afuera, comenzó a lloviznar. Las luces del tablero brillaban suavemente.

Douma (con una sonrisa suave y perturbadora): Pronto, mariposita... muy pronto. Vas a entender que estás destinada a mí.

Arrancó el auto y se alejó con calma por la calle húmeda, con esa misma sonrisa tatuada en el rostro.

ღᴇsᴛᴏ ᴇs ᴀᴍᴏʀ 2ღ 𝕾𝖍𝖎𝖓𝖔𝖇𝖚 𝖝 𝕯𝖔𝖚𝖒𝖆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora