Cap 34 Entre el hielo y la espina (Pasarela)

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Shinobu estaba con el equipo, revisando una y otra vez que todo estuviera en su lugar.
Aunque los nervios apretaban su pecho, poco a poco trataba de controlarlos; al final, todos parecían escucharla y seguir sus indicaciones, no solo porque era organizada, sino porque Douma la había nombrado su mano derecha.

Las cajas con accesorios seguían llegando, los vestidos eran desempacados y alineados en los percheros, mientras los modelos practicaban su andar por la pasarela. Entre las voces y el murmullo de la sala, destacaba la de Yushima, que gritaba con una mezcla de frustración y cansancio.

Yushima:¡¿Dónde está Kanae?! ¡Dije que todos debían estar listos hace quince minutos!

Shinobu levantó la cabeza, sobresaltada. Caminó con pasos tranquilos, intentando sonar firme y calmada.

Shinobu:No te preocupes, Yushima. Voy a buscarla. Seguramente no está lejos...

Yushima la interrumpió con un chasquido de lengua, cruzándose de brazos.

Yushima:No.
Ya es tarde.
Vete a cambiar de una vez; te necesito lista.
Si Kanae no aparece, hay reemplazo. Estoy cansada de recordarle siempre que debe ensayar.

El tono tajante de Yushima afectó a Shinobu más de lo que hubiera querido admitir.
Frunció ligeramente el ceño, confundida por su propia reacción. Kanae era dulce y amable... pero Douma la había malacostumbrado, acostumbrándola a tener todo servido.

Shinobu bajó la mirada con un suspiro. Sí, Yushima tenía razón, Kanae debía practicar, y aun así había decidido irse. Pero al mismo tiempo, Shinobu se sentía culpable.
Ella misma había mandado a Kanae a hablar con Yushiro. ¿Cómo podría regañarla por algo que en realidad era responsabilidad suya?

Shinobu:Será rápido, lo juro.
No tardo...

Sin esperar respuesta, dio media vuelta y salió casi corriendo del salón, esquivando a los ayudantes cargando cajas.
Su corazón latía con fuerza, no solo por la prisa, sino por la incomodidad que no lograba sacudirse.

Mientras avanzaba por los pasillos, se repetía a sí misma que todo saldría bien... solo debía encontrar a Mitsuri o a Ume para saber dónde estaba Kanae. Si todo se desmoronaba, sería culpa suya... y la presión en sus hombros se volvía más pesada.

Shinobu corría apresurada, esquivando a los cargadores.
En una esquina dobló demasiado rápido y chocó contra algo sólido, cayendo con un golpe seco.

-¡Auch! -soltó, sobándose la espalda.

Al levantar la vista, vio a Akaza, impecable en su traje oscuro, cabello peinado hacia atrás.
Su expresión seria desapareció al reconocerla.

Akaza:¡Shinobu! ¿Estás bien? ¿Te lastimé?

Se inclinó para ayudarla a levantarse con cuidado.

Shinobu:Estoy bien, no te preocupes.
-Se sacudió un poco el polvo de la falda, todavía agitada-.
¿Has visto a tu hermana? Yushima me matará si no la llevo al ensayo.

Akaza:¿Kanae? Ah... esa niña. -Suspiró, resignado-.
No te preocupes, yo la busco.
Tú ve a alistarte.
Al fin y al cabo, eres la mano derecha de mi papá -sonrió suavemente-.
Y deberías verte bonita también, ¿no?

Shinobu parpadeó, sorprendida, y luego esbozó una pequeña sonrisa. Antes de que pudiera responder, Akaza acomodó un mechón rebelde detrás de su oreja y sacudió el polvo de su manga con un gesto torpe pero cuidadoso.

Shinobu:Está bien... pero no la regañes, ¿sí? Bastante tendrá con los gritos de Yushima cuando llegue.

Akaza bajó la mirada, pensativo:

ღᴇsᴛᴏ ᴇs ᴀᴍᴏʀ 2ღ 𝕾𝖍𝖎𝖓𝖔𝖇𝖚 𝖝 𝕯𝖔𝖚𝖒𝖆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora