Hace cien años, Douma lo perdió todo: a su esposa, a su calma, a la única persona capaz de verlo más allá del demonio que es. Desde entonces, solo sus hijos -Kanae, Akaza, Koharu y Kanao con
Inosuke- lo han mantenido en pie... aunque ni ellos logran...
Al día siguiente, Shinobu se levantó más tarde de lo normal. Apenas dormía desde que ese hombre -Douma- volvió a cruzarse en su camino. ¿Por qué la inquietaba tanto si apenas lo conocía...? Y sin embargo... no había rechazado su pastel. Ni su número. Ni su tarjeta ahora que lo piensa estuvo mal... Muy mal.
Quizás por eso, cuando Hakuji le dijo que saldría con Gyutaro y los demás, ella no protestó. Sintió que necesitaba espacio. Para pensar. O para dejar de pensar.
Así que, tras clases, decidió caminar sola. Lo necesitaba.
Las campanas del colegio sonaban con fuerza, marcando el final de la jornada. Niños con mochilas gigantes, adolescentes con audífonos y hasta adultos con portafolios caminaban por la calle como si el sol ya no pesara. Algunos reían, otros solo querían llegar a casa. Pero todos compartían algo: salir tarde olía a gloria después de un infierno en trabajo o clases.
Entre la multitud, Kanae, Ume, Shinobu y Mitsuri caminaban juntas. Kanae iba al frente mirando su celular, mientras Ume se apoyaba confiada en su hombro, asomándose con descaro para ver qué escribía. Unos pasos más atrás, Shinobu conversaba con Mitsuri, relajadas pero atentas.
Mitsuri (con voz curiosa): Oye, Kanae... ¿tú ya tienes pareja?
Kanae levantó la vista, sorprendida por la pregunta. No por la curiosidad, sino por lo directa que fue.
Kanae (levantando la vista): ¿Pareja? Hmm... la verdad no. Nunca he tenido. Ni siquiera mi primer beso... o bueno, no que recuerde. Soy medio olvidadiza a veces. -rió suavemente.
Ume (escandalizada): ¡¿Cómo que no recuerdas tu primer beso?! El primero nunca se olvida. El mío fue horrible, por un reto con un niño gritón y rubio. Me dio asco. -se estremeció. Aunque... luego me besé con su hermanastro y ese sí... uff.
Mitsuri (parpadeando): ¿Kaigaku?
Ume (orgullosa): ¡Ese mismo! Ese chico sí sabía lo que hacía.
Shinobu (arqueando una ceja): ¿No es ese el rebelde que se escapó del colegio dos veces en una semana?
Ume (encogiéndose de hombros): Bueno... sí. Pero Hakuji también es un rebelde y no lo haces santo, ¿verdad?
Kanae (mirándola con cierta curiosidad): ¿Y tú, Shinobu? ¿Tu primer beso?
Shinobu (acomodando su cabello, con picardía): Técnicamente... fue Hakuji. Aunque... hubo un pequeño roce con el profesor Giyu.
Ume (gritando): ¡¡Atrevida!!
Mitsuri (rojita): ¡Shinobu! ¡No digas eso tan tranquila!
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Shinobu (riendo con elegancia): ¡Oye! Dije pequeño roce. No algo intenso.
Kanae (en shock): ¿Con el profesor...? -miró a su madre, sintiéndose confundida y sorprendida.
