El rugido del motor resonó al fondo del bosque que rodeaba la mansión. El coche rojo se detuvo bruscamente frente a la entrada principal. Las luces se apagaron, y por unos segundos, el silencio pareció eterno.
La puerta del conductor se abrió con violencia.
Douma bajó. Su andar era rápido, rígido. Sus pasos resonaban como golpes secos sobre el suelo de piedra. No saludó a los sirvientes. No miró a nadie. Solo entró.
Ya en el interior, se quitó el abrigo de un tirón y lo arrojó sobre una silla. Su rostro seguía tranquilo, su sonrisa presente… pero vacía, forzada, peligrosa.
Douma (entre dientes, casi riendo solo):
Maldito Sanemi…
Estúpido bastardo…
—imitando su voz, burlón—
“¡No voy a dejar que les hagan daño!”
¡JÁ!
Tomó un jarrón del pasillo y lo estrelló contra la pared. Los cristales salpicaron el suelo.
Uno de los sirvientes asomó la cabeza al escuchar el ruido.
Sirviente (nervioso):Señor… ¿todo está bien?
Douma se giró lentamente hacia él, la sonrisa aún en el rostro… pero sus ojos dorados centelleaban como cuchillas.
Douma (con tono dulce pero venenoso):¿Tú crees que todo está bien?
El sirviente palideció, retrocediendo.
Douma (voz baja, retorcida):No la vi. No la toqué. No la escuché.
Todo por un idiota con complejo de héroe… y Kanae… ¡Kanae gritándome!
Como si yo fuera el villano…
Se ríe para sí, apretando los puños
Douma:¿No entienden que lo hago por ella? ¡Por todos!
—se interrumpe, respirando hondo—
No importa. No importa. Mañana es jueves.
Se acercó a una pared donde colgaban fotos familiares. Tomó una de Shinobu y la miró en silencio. Luego le pasó el dedo por la cara con delicadeza, como si pudiera tocarla de verdad.
Douma (en un susurro):Estás tan cerca…
Y aún así, me alejan.
Una pausa. Su rostro cambia. Se lleva las manos a la cabeza, frustrado, murmurando:
Douma:No puedes perder el control… no otra vez.
No frente a ellos… no frente a tus hijos…
Volvió a mirar la foto. Cerró los ojos.
Douma (más tranquilo, como si algo se apagara):No esta noche…
Dejó la foto en su lugar. Caminó hacia la sala principal y se dejó caer en el sillón frente a la chimenea, como si de pronto todo el peso de su propio caos lo empujara al fondo del asiento. El fuego iluminaba su rostro, dejando ver los rastros de cansancio, rabia y… vacío.
Koharu caminaba en puntitas por el pasillo, con una manta sobre los hombros y su peluche favorito en brazos. Sus pasos eran lentos, cuidadosos… casi temiendo ser escuchada.
En la sala, Douma estaba sentado en un sillón amplio, con la mirada perdida en la chimenea, donde la madera ardía con lentitud. El ambiente era cálido… pero algo en su postura se sentía frío.
Koharu se detuvo a unos metros.
No dijo nada.
Solo lo miraba. Como si buscara asegurarse de que no se transformara.
Douma notó su presencia y giró apenas la cabeza, con una sonrisa suave… pero no del todo real.
Douma (en voz baja, casi culpable):Koharu… ¿no puedes dormir?
Ella no respondió de inmediato. Bajó un poco la mirada.
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ღᴇsᴛᴏ ᴇs ᴀᴍᴏʀ 2ღ 𝕾𝖍𝖎𝖓𝖔𝖇𝖚 𝖝 𝕯𝖔𝖚𝖒𝖆
RomanceHace cien años, Douma lo perdió todo: a su esposa, a su calma, a la única persona capaz de verlo más allá del demonio que es. Desde entonces, solo sus hijos -Kanae, Akaza, Koharu y Kanao con Inosuke- lo han mantenido en pie... aunque ni ellos logran...
