Cap 36 Ecos de Amenaza (Pasarela Final)

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Douma caminaba despacio por el pasillo lateral del salón, con la copa en la mano como si nada, súper tranquilo.
A su lado, Yushima iba con los brazos cruzados, el ceño fruncido y los tacones haciendo clac clac con cada paso.

Yushima:No pienso fingir que no me molestó -dijo sin mirarlo-.
Me humillaste frente a todos, Douma. En plena pasarela.

Douma suspiró y le dio un sorbo a la copa, como que se toma su tiempo para responder.

Douma:Ya te pedí disculpas, ¿no? Fue un impulso... y además, tú también tienes la culpa.

Yushima giró un poco el rostro, mirándolo con esos ojos que dicen "no me estés molestando".

Yushima:¿Mi culpa?

Douma:Claro
-dijo, sonriendo como siempre, no sabes si es simpático o creepy-.
Dejaste que otra mujer luciera más que mi hija.
Eso no se hace.

Yushima resopló y rodó los ojos, mirando al frente.

Yushima:Por favor, tu hija no es que sea súper responsable.
Si brilló menos, fue porque estaba distraída... no es mi problema.

Douma se detuvo de repente.
Por un segundo, parecía que el pasillo estaba vacío y todo lo demás se había ido.
Su voz bajó un poquito, solo un tono más grave, y cada palabra se sentía con peso.

Douma:Últimamente mi hija tiene... mala influencia.
De sus amigas.
De su madre.
Y... de la tuya.

Yushima frenó en seco, respirando un poquito más rápido. Lo miró, girando la cabeza hasta que sus ojos se encontraron con los de él.
Nada de palabras al principio, solo esa mirada fría, pero con un aviso implícito: cuidado.

Yushima:¿Qué quieres decir con eso?
-susurró.-

Douma sonrió un poquito, ladeó la cabeza, como si no tuviera prisa y estuviera disfrutando ver su reacción.

Douma:Ya sabes... cosas de familia.

Silencio.
Pesado.
Como si todo el ruido de la fiesta se hubiera ido.
Yushima apretó la mandíbula, intentando no mostrar que estaba un poco afectada, mientras Douma seguía ahí, relajado, como si le encantara la tensión que había creado.

Yushima abrió la boca, como si fuera a decir algo, pero las palabras no salieron de inmediato. Se quedó mirándolo con los ojos muy abiertos, como si de repente hubiera entendido que Douma no iba a explicarse.

Yushima:¡Espera! -dijo, atropellando las palabras-.
¿Qué querías decir con eso?

Pero Douma simplemente siguió caminando, con la copa en la mano, como si todo lo demás fuera sin importancia.
No miró atrás, no hizo ningún gesto. Nada.

Yushima:¡Douma! -gritó, cada vez más desesperada-.
¡¿A qué te refieres?!

Douma desapareció lentamente por el pasillo lateral del salón, sin que nada pareciera perturbarlo.
Su paso era tranquilo, casi arrogante, y la música seguía sonando de fondo, pero ahora Yushima no la escuchaba, ni nada a su alrededor.

Se quedó sola en el pasillo, con el corazón latiéndole fuerte, y las palabras de Douma retumbándole en la cabeza: "Últimamente mi hija tiene... mala influencia. De sus amigas.
De su madre.
Y... de la tuya."

Yushima tragó saliva, intentando calmarse, pero su mente no dejaba de girar.

Yushima (para sí misma):¿Se refería a mí... o a mamá? -susurró, con la voz temblorosa-.
¿Y si ya la vio? ¿Y si mi mamá está aquí... y yo ni me he dado cuenta?

Sus manos se crispaban sobre su vestido, sintiendo la tela entre los dedos como una especie de ancla.
Cada sombra en el pasillo, cada risita que venía desde la sala, parecía un secreto a punto de estallar.
Su respiración se aceleró.

ღᴇsᴛᴏ ᴇs ᴀᴍᴏʀ 2ღ 𝕾𝖍𝖎𝖓𝖔𝖇𝖚 𝖝 𝕯𝖔𝖚𝖒𝖆 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora