Hace cien años, Douma lo perdió todo: a su esposa, a su calma, a la única persona capaz de verlo más allá del demonio que es. Desde entonces, solo sus hijos -Kanae, Akaza, Koharu y Kanao con
Inosuke- lo han mantenido en pie... aunque ni ellos logran...
Douma estaba sentado, observando cómo todas las modelos pasaban por la pasarela. Unas lanzaban besitos, otras levantaban la mano o guiñaban un ojo, y los flashes caían como lluvia de chispas.
Entonces salió Kanae.
Douma la recorrió con la mirada de arriba abajo. El vestido se movía con gracia, elegante y seguro... pero había algo raro. Sus ojos no brillaban igual, como si su mente estuviera en otra parte.
En primera fila, dos críticos cuchicheaban:
Crítico 1 (bajito): Camina bien... pero parece distraída.
Crítico 2 (sonriendo leve): Exacto. No conecta. Solo alguien atento lo nota.🥱
Douma los miró de reojo, esbozando una sonrisa tranquila que bastó para incomodarlos. Luego volvió a centrar su atención en Kanae.
Douma💭: ¿Qué le pasa a tu cabesita?
Kanae💭: Es mamá... no me está mirando como quería...
Douma giró la vista hacia Shinobu. Tal como sospechaba: distraída, con la cabeza en otra parte, tal vez recordando lo del camerino... ese momento que no debió pasar. Suspira con calma. Nadie podía notar nada.
De pronto, sus ojos se cruzaron con Kanao, tranquila y seria entre el público... verla le apretó el pecho. Aunque ella no lo notara, lo desarmaba.
Douma💭: Concéntrate. Nada de perder el control.
Kanae le devolvió la mirada, apretando los dientes para recomponerse. Mientras tanto, Douma ya organizaba un plan mental:
Douma💭: Primero Shinobu. Después Kanao. Luego Inosuke... si Kotoha ayuda, mejor. Si no, yo mismo lo arreglo. Todo tiene que verse Perfecto sin sospechas.
Las luces bajaron, las modelos dieron la última vuelta y el público aplaudió. Yushima salió al centro para dar el discurso final.
Douma ladeó la cabeza, sonrisa tranquila... hasta que notó algo: la última modelo no era Kanae.
Douma💭: Así que no pusieron a mi hija como modelo principal... con que esa jugamos, Yushima.
Se levantó con calma y subió al escenario. Todos lo miraron, pero nadie se atrevió a detenerlo: él era el jefe.🗣️☝️
Douma: Buen trabajo, Yushima. Fue... entretenido.
El público rió, creyendo que era un cumplido. Yushima entendió la indirecta.
Douma (mirando al público): Antes de cerrar... quiero que mis hijos me acompañen aquí. Akaza, Kanae y Koharu.
Koharu subió de inmediato, sonriente y saludando. Kanae lo hizo más tranquila, aunque confundida. Akaza bufó, cruzó los brazos y subió de mala gana.
Douma los acomodó y, mirando de reojo a Yushima, habló de nuevo.
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