Abro los ojos. Juré que sería peor, pero al parecer no hubo tragedia.
Sí estoy sobre el pavimento y me duele la todo, pero mi cuerpo está bien, Beck está intacto entre mis brazos.
A esta edad la osteoporosis no es una broma, sino algo que fácilmente podría alcanzarme y me alivia en sobremanera no sentir ningún hueso roto.Hago un chequeo sobre el cuerpo de mi hijo, quien empezó a llorar por que se asustó, lo abrazo en consuelo y lo mezo entre mis brazos, logrando que se calme con prontitud.
No vayas a creer que esto pasó en minutos, fue en segundos.
Cierro los ojos, porque seguramente ahora viene el reclamo del conductor y posiblemente también el de Byul.— ¿Estás ciega o eres imbécil? —me pregunta el conductor, un hombre pelirrojo de barba de candado y dientes amarillentos.
— ¿Eres estúpido o sólo te gusta jugar con la muerte? —pregunta Byul con enojo.
— ¡Ella se metió!
— ¿Siquiera viste al niño? O pagas los daños o te mando al infierno ahora mismo.El hombre ahora no se ve enojado, sino confundido pero no permite que sea visible de inmediato. Ninguno de los dos está tolerando al otro y tengo el presentimiento de que esto va a acabar mal.
— Ella llegó corriendo de la nada, —me señala— frené pero no el auto no alcanzó a detenerse, eso no es mí culpa, hice todo lo que estaba en mis posibilidades. ¡No tengo culpa de que el concreto esté mojado!
Byul ignora por completo sus motivos y habla inflando el pecho:
— El niño ya estaba ahí, y estás vivo porque él está bien, si algo le hubiera sucedido a él, te hubiera estrangulado ya. —saca una navaja en un movimiento rápido, pronto me levanto y me alejo junto con Beck en brazos y cubriendo su visibilidad.
— Quiero ver, mamá.—«¿un niño entrometido que me ha orinado me quiere dar órdenes?»
— Nada que ver. Vas a olvidar todo esto e iremos a casa.
— Pero la señora Moon.Me da escalofrío pensar que está haciendo Byul, la navaja es su arma blanca favorita y tiene una destreza impresionante con ella, desarrolló mucha habilidad con ella hace muchos años atrás y parece que siguen presentes, el idiota de dientes amarillos no sabe en lo que se acaba de meter.
La adrenalina hace cosas impresionantes, como poderme levantar de golpe y cargar a mi hijo, aunque me duele la cadera a cada paso, me atrevo a decir que el peso de Beck sobre mí lo hace peor, pero no es momento de detenerse, no puedo quedarme aquí.Con mucho esfuerzo procuro simular que no pasa nada y que está todo en orden, tener un hijo pequeño implica en repetidas ocasiones de esto.
Dejo de escuchar el diálogo del conductor y Moon, sigo avanzando y escucho pasos seguirme. Sólo quiero que ya acabe todo esto, por salud mental. Si Beck no me ha vuelto loca, no permitiré que Byul lo haga.
Cuando los pasos que me persiguen son muy audibles dada la cercanía me doy vuelta y no hay nadie.
¿Cómo es que el ruido fue tan nítido? Empiezo a cuestionarme mi integridad.
Vuelvo a darme vuelta y mágicamente Byul está frente a mi, grito de susto y Beck grita de desagrado porque le grité casi en el oído:— Vamos al hospital. —Ordena.
— Ya, por favor. Sólo déjanos en paz. No llamaré a la policía, no diré nada del pasado, tampoco alejaré a Beck de Emily, pero por favor, basta. Termina con esto ahora. Sólo quiero ir a casa, tomar una ducha y recuperar dos gramos de dignidad que todavía tengo al quitarme esta ropa.
— Mamá estás temblando. ¿Tienes frío?«No, hijo, se llama impotencia».
En la mirada de Byul hallo piedad, cosa que parecía imposible.— Sólo déjame ayudarte con tu hijo si es que no quieres ir al hospital, tu cadera está sensible.
Quiero negarme y seguir siendo la mujer autosuficiente de siempre, pero hace un par de diálogos mis piernas empezaron a temblar no sólo por la impotencia, también porque el peso me está venciendo.
Byul decide no cuestionarme más, a sabiendas que ésta será la única vez que le permita estar así de cerca de Beck, cedo y le entrego a mi hijo en sus brazos.
Ella lo carga con cuidado y empiezan a hablar de Snowman, ambos muy entretenidos.
Tengo tantas ganas de llorar, pero no lo haré delante de ninguno de los dos.
Estar cerca de ella me provoca demasiada ansiedad.
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Sobreviviendo al olvido
FanficVolver a tu pasado nunca es un opción, cuando nadas en las profundidades del océano y de manera milagrosa sales a flote, lo último que deseas es acercarte nuevamente al mar, ¿qué harías sí el abismo se acerca nuevamente a ti luego de tantos años?, ¿...