Le doy una última calada al cigarro y lo tiro para poder apagarlo.
Mi garganta se siente lastimada, hace muchos años no fumaba pero lo sentí necesario, creo que me relajó.
Odio volver a este terreno y aunque no está en mis planes volver a fumar, está vez sentía que lo necesitaba.
No quita que siento culpa, incluso si nadie lo nota ni me dirá nada, siento que de alguna manera estoy quedando mal con Beck y eso me pesa.Entro a la clínica y está vez me recibe una persona más amable, quien notifica a la Dra. Anderson que estoy aquí para mi cita matutina.
Pronto abre la puerta de su consultorio, sonríe:— Adelante, por favor.
Camino hacia la puerta y me adentro, luego cierro la puerta. Ella ya está sobre su silla giratoria.
— Yongsun, ¿cómo te encuentras? Veo que decidiste cambiar el día de sesión.
— Hola. Sentí la necesidad de venir hoy en vez de esperar.
— Estaba leyendo un poco, aunque la verdad me gusta más ver resúmenes y películas. —guarda el libro en una de sus gavetas— ¿A ti que te gusta hacer en tus ratos libres?
— Últimamente uso mucho mi teléfono, no hablo con nadie pero he visto ya varias series.
— ¿De qué tipo te gustan?
— Variados. Aunque encontré algunas que me gustaron mucho y me he dedicado a verlas una y otra vez.
— ¿Son muy entretenidas?
— Algunas sí, otras no tanto.
— Si te entiendo, quizá puedas recomendarme qué ver en otro momento, ¿cómo te sientes?
— Me he sentido fatigada. —digo casi con pesar.
— ¿Por un asunto en especial?
— Cambiar tan drásticamente de vida. Creo que incluso estoy empezando a subir de peso. Me siento como una floja todo el tiempo.
— Oh, no quites tus méritos. Es bueno y muy necesario descansar. Trabajaste durante varios años muy duro, es tu tiempo de reposo. No puedes dar tu máximo esfuerzo si no has sido capaz de descansar.
— No estoy realmente segura de ello.
— Debes ver las cosas desde otro panorama.
— Hay tantas cosas que cambiar.
— Y tenemos toda una vida antes de que sea demasiado tarde.
— Eso es cierto.
— ¿Sientes bien si comenzamos ahora?
— Está bien.
— ¿Hay algo en particular que quieras contarme?
— Creo que no.Husmea en sus notas antes de hablar:
— Me has comentado que tienes un pequeño, ¿verdad?
— Sí. Su nombre es Beck.
— ¿Cómo es él?
— Desde más pequeño ha sido demasiado coqueto, sinceramente me sorprende, que yo sepa, su padre nunca fue así, pero Beck es de decir cumplidos y a veces salía al jardín y volvía con ramos de flores pequeños. Me dolía ver mis flores en mi mesa pero sé que siempre lo hizo con amor, así que no le dije nada durante años. Luego nos mudamos a otra casa.
Nunca ha tenido comportamientos muy inmaduros, creo que lo más cercano a ello fue un día que cerró la puerta y lloró porque estaba cerrada, tenía dos años.
Me llena de orgullo ya que tuve que educarlos a ser autosuficiente por mi trabajo y aprendió con excelencia, se hace cargo de servir y comer solo su comida, ya sabe ducharse sin ayuda y también como tender su cama, atar los cordones de su calzado, limpiar su nariz y orejas, entre otras cosas. No he querido darle más labores pero es capaz de todo eso.
Es naturalmente delgado, es obvio que será alto, cabello oscuro y piel un poco más morena que la mía. Su personalidad es más como del resto de la familia de Henry, extrovertido, sin filtros, un poco explosivo, pese a ser su hijo tiene muy poco de él. Quien sabe, quizá con el tiempo salgan más cosas en común, lástima que él ya no lo verá.Su sonrisa me hace darme cuenta de que incluso mi tono de voz cambió al hablar de él, es inevitable. Lo amo más que nada.
— ¿Y cómo fue tu embarazo?
— Estaba aterrada. —Tomo unos segundos antes de tener que hablar de esto que no he compartido con nadie, siento frío escalar PO por mis pies.— Hubiera amado que mi madre estuviera a mi lado y levantara a mi hijo en sus brazos mientras le daba algunas palabras dulces pero también fuertes, luego me lo pasaría y me diría algo como "extiende así los brazos, debes cargarlo de esta forma, porque sino vas a lastimarlo", pero no, eso no pasó. —tengo ganas de llorar pero me retengo— Porque yo estaba huyendo de Corea y seguía sosteniendo esa mentira que terminó por consumirme y me llevó a estudiar enfermería pese a que sabía que jamás me gustó eso.
Tuve que cargar a mi hijo en mis brazos y cuando él comenzó a llorar, no pude evitar llorar con él, porque ciertamente no sabía qué hacer, Henry todavía no salía del trabajo y yo estaba completamente sola con un bebé en mis manos.
Todos creen que por ser mujeres tenemos un instinto que nos llevará a hacer todo bien desde el primer instante, no sé si usted tiene hijos, pero... Supongo que lo entiende.
— Decidí no tener hijos, pero es verdad que ninguna mujer nace con ese "instinto maternal" del que tanto hablan. Me gustaría que me hables más de ello.
— Cuando llega un hijo no cambia algo en ti, eres el mismo tonto antes y después de tenerlo, y ahí es donde te das cuenta lo mucho que tus padres estaban improvisando.
Y es muy difícil cargar con las críticas. Todos los ojos están sobre ti, esperando al mínimo paso en falso, al más pequeño error para ponerte etiquetas y títulos despectivos. Es muy agotador tener que cargar con ello y además con un humano que cada vez pesa más. Hay días que sientes que podrás con todo, que tu hijo será lo que el mundo necesita y otros donde solo te quieres rendir pero sabes que ni siquiera es una alternativa, lo que hace de la situación todavía más miserable. No importa que hagas, siempre habrá dedos señalándote. Y lo peor es que nunca vuelves a dormir igual, sólo cambian los niveles de miedo y los tipos de preocupaciones a medida que crece.
— Las personas que menos conocen de ciertos temas son los que más suelen juzgar, y también los que no reconocen sus propios errores en dicha materia y tienen un aire de superioridad.
— Sin lugar a dudas.
— Me has dicho que tu familia estaba en Corea y que ellos no sabían de tu embarazo, ¿qué sucedió después?
— Esa situación no ha cambiado.
Beck no sabe que los mensajes que recibe de sus abuelos y esas videollamadas son en realidad mensajes de voz de una inteligencia artificial. Mis padres no saben que tengo un hijo y obviamente él no sabe de eso.
— Has actuado con demasiada fuerza de voluntad para mantener oculto algo de esa magnitud.
— He hecho mi mejor esfuerzo en todo desde que mi pequeño depende de mí.
— ¿En algún momento pretendes cambiar eso con respecto a tu familia?
— No me siento capaz. No debí haber hecho eso, entre más crece Beck me convenzo de que nunca podré hacer lo correcto y por las noches es una carga muy pesada.
— ¿Te gustaría que trabajemos eso?
— Me gustaría más ver respecto a su educación. Lo de mi familia… Lo doy por perdido.
— De acuerdo, iremos a tu ritmo.
— Por favor.
— Regresemos un poco, ¿te veías quedándote con su padre?
— Eso es complicado de contestar.
— ¿Lo hace complicado querer decir la verdad?
— …
— ...
— Sí. —confieso—No quería quedarme con él. No estaba en mis planes. Pasamos un buen tiempo y entonces él me propuso vivir juntos, cualquier persona enamorada que no tiene un lugar fijo ni quien lo detenga va a aceptar de inmediato.
Así que nos quedamos en su hogar, pero la intervención no tardó.
— ¿Sólo querías estar con él hasta que dejara de ser cómodo?
— Supongo que sí. Juro que nunca quise nada más fuera de lo que ya teníamos, estaba muy enamorada pero nunca proyecté un futuro a su lado, nunca nos comprometimos y tampoco hablamos de matrimonio, yo estaba muy bien con eso porque contrario a lo que todos pensaban, a mí no me interesaba su dinero ni sus posesiones, me interesaba quién era, una persona sumamente sencilla y cariñosa aunque poco detallista.
Mis planes de vida eran sostenerme económicamente y tener una vida tranquila en trabajos fácilmente reemplazables por el asunto de mi identidad. Porque cuando lo tuve todo, me di cuenta que provoca más angustia que saciedad, ¿para que querría de nuevo ello a costa de alguien más? Quería llevar una vida con apenas lo indispensable, quizá eso podría darme la calma que necesitaba. Las cosas como el lujo, el exceso y el dinero te llenan un instante y después te dejan todavía más vacía, es un círculo vicioso.
Además, a veces me... Me daba algo de vergüenza salir con Henry. —me mira y me hace saber que quiere que me explique— No era nada atractivo. Su personalidad era muy buena, sus virtudes, su capacidad. Era muy tímido, siempre supuse que era la manera de cubrir su inseguridad respecto a sí mismo.
Me daba vergüenza porque Daniel era muy guapo, lo sigue siendo. Byul, esa maldita es muy atractiva, no importa qué sexo la vea en la calle, volteará para verla de nuevo o no alejará su vista de ella, cautiva a quién sea.
Me atrevo a decir que Henry fue mi primera pareja poco atractiva. Confieso que me asustó que sus genes fueran dominantes en el momento que supe que estaba embarazada, no quería eso. Afortunadamente Beck es como yo pero en masculino, pero con los ojos y físico de su padre… Su voz, quizá se parezca a la de Henry cuando sea un adulto
— Déjame tomar nota, dame un momento.
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Sobreviviendo al olvido
FanficVolver a tu pasado nunca es un opción, cuando nadas en las profundidades del océano y de manera milagrosa sales a flote, lo último que deseas es acercarte nuevamente al mar, ¿qué harías sí el abismo se acerca nuevamente a ti luego de tantos años?, ¿...