XXII. Vulnerabilidad.

73 8 8
                                    


Lunes. El ciclo comienza otra vez, siento que estoy encerrada en un bucle de tiempo donde soy consciente de que se está repitiendo una y otra vez sin opción a cambiar nada y créeme, eso es muy agotador. 

Llego a casa de Byul y toco la puerta, casi en seguida me abre, en su rostro tiene una mancha entre color púrpura y verde que abarca gran parte de su pómulo derecho, lo que me sobresalta:

— ¿QUÉ TE PASÓ? —grito con angustia, esto se ve muy preocupante y quizá no sepa mucho de enfermería pero casi aseguro que aquí tiene una fractura. 
— Nada nuevo en realidad. —responde con voz cansada. 
— Byul, ¿cómo te hiciste esto?
— ¿Me hice? —reta.

Ya entiendo. 
Oh por Dios, no puede ser una realidad. 
Debo tener más cuidado con mis palabras de ahora en adelante. 

— ¿Cómo sucedió?
— Zach no es quién piensas.
— Byul, ¿él te golpea? 

Se acobarda y no responde, detesto cuando hace eso pero a la vez ya sé que esa acción implica que no quiere responder porque tengo razón en lo que dije o pregunté y eso me lastima. 
No importa quién sea, no merece esto, nadie merece violencia doméstica. 
Quiero decir algo pero no sé qué, y me ayuda al romper su silencio:

— Estoy pagando todo lo que te hice, Yongsun.
— ¿De qué manera se supone que esto tiene que ver conmigo? Estás sufriendo de violencia doméstica, yo no tengo que ver con esto pero es preocupante.
— Es lo que merezco por quien he sido y mira, prefiero pagarlo todo en esta vida.
— ¿Soportando maltrato y violencia?
— ¿No lo hiciste tú también cuando estuviste conmigo?

No sé qué debería contestar. No estoy contenta con esta situación. Ahora siento mucho remordimiento por dejar que Zach pensara que en efecto había alguien más. 

— Basta, no es tu karma. 
— ¿Tienes manera de comprobarlo?
— ¡Mírame! ¡Byul! —cuando se gira tomo su rostro en mis manos— ¡Byul!

Mi propia voz me despierta y me hace sentir aturdida. ¿Cómo no iba a soñar con ella si estoy en su casa? Luce demasiado entretenida mirándome, ahora viene la hora de las explicaciones. 
Mi cabeza me duele en un segundo al entender lo que acaba de pasar. 

— Usualmente preguntaría "¿puedo saber que estabas soñando?" Pero dijiste mi nombre cuando menos cuatro veces, así que exijo saber qué rayos estaba pasando dentro de tu inconsciente. —sonríe. 
— Te voy a preguntar algo y no espero algo distinto a la verdad. 
— ¿Qué?
— ¿Hay algo que no me hayas contado respecto a Zach?
— No es como que te haya hablado mucho de él. 
— Sobre su comportamiento, su manera de ser para contigo. ¿Hay algo que te estés guardando?

Por fin entiende que no es un sueño húmedo ni divertido, obviamente no lo entiende del todo pero lo que haya captado es suficiente para borrar esa sonrisa fanfarrona de su cara. 

 — No te he ocultado nada relevante, Zach es un buen hombre.
— ¿Hablas en serio?
— ¿No lo has conocido ya un poco? ¿Por qué estás haciendo estas preguntas?
— Byul, ¿en algún momento él te ha pegado? Dime la verdad. 

Su rostro pasa de serio a bromista, odio esa transición. 

— Claro que no, no le hagas mucho caso a tus sueños, es sólo un sueño, tonta. 
— Debería dejar de preocuparme por ti.
— Hazlo en la vida real, no en los sueños. Podrías comenzar mañana, hoy ya es tarde y prefiero ir a descansar también, pensé que estabas disfrutando tu siesta pero parece que no.
— Incluso en sueños me das problemas. 
— ¿Por qué no te quedas?
— ¿De qué hablas? Debo ir a casa. 
— ¿Qué necesitas de allá? ¿Ropa? 
— Ni siquiera tienes espacio para que nos quedemos. 
— Emily puede dormir con nosotros, así yú y Beck en su habitación. 
— Prefiero ir a casa. 
— ¿Ya viste la hora?

Sobreviviendo al olvido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora