Parte 22

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Shoto se encontraba en su departamento, estaba acostado en el diván con Izuku sobre él mientras miraban una película y comían palomitas. El menor había llegado la noche anterior sintiéndose mal, Shoto asustado había llamado al médico, pero afortunadamente sólo había sido un pequeño malestar pasajero, aunque el peli verde aún se sentía mal.

—Te dije que esa no amor, hay mucha sangre y tú todavía te sientes mal —murmuró el bicolor.

—Es fantástica... mira le está sacando los órganos... —exclamó el menor — ¡Ay por Dios...! —dijo levantándose y corriendo al baño. Shoto caminó detrás de él no sin antes apagar el televisor.

—¿Estás bien? —preguntó acariciando la espalda del menor mientras este estaba inclinado en el retrete.

—Sal de aquí Shoto... —murmuró.

Shoto esperó a que el chico terminara y lo ayudó a levantarse.

—Te lo dije bebé, eres un poco terco... —exclamó poniéndose a cuclillas frente a él, Izuku se había sentado en el retrete.

—Ay Dios... —se lamentó el menor.

Después de un pequeño receso Izuku se levantó para enjugar su boca, el bicolor espero todo el tiempo a su lado y luego lo ayudó a ir a la cama.

—Descansa cariño... yo trabajaré un poco —musitó.

Izuku asintió acomodándose en la cama, Shoto besó su frente y después salió de la habitación apagando las luces.

· · ·

Envió su propuesta para la construcción del hotel y cerró su laptop, Izuku llevaba más de una hora dormido, tenía que despertarlo para que comiera, si es que lograba que algo se quedara en su estómago.

Alguien llamó a la puerta cuándo estaba a punto de ir hacia la cocina, Colocándose la camiseta fue a abrir. Rei apareció en el umbral de la puerta.

—Mamá... —exclamó sorprendido.

—¿Puedo pasar? — Shoto asintió y se hizo a un lado para que ella entrara.

—¿Algo de beber? —sugirió el bicolor, la mujer negó.

—Tenemos que hablar...

— Claro, siéntate por favor —pidió el chico. Rei tomó asiento.

—Yo... quería disculparme por lo que pasó. Estaba confundida y para ser sincera... algo decepcionada.

—Lo entiendo... no es fácil aceptarlo.

—La verdad no hijo... pero, tu tío me ayudó a recapacitar; le tenía miedo a lo que iba a decir la gente, a lo que dirían de ti. No soportaría que alguien hablara mal de ti, pero ya entendí, tú eres un chico maravilloso cariño. Perdóname por todo lo que dije, fue una estupidez, no me avergüenza de que seas mi hijo, pero tú sí deberías avergonzarte de mí, te comprendería si no me perdonaras... yo no sé si sea capaz de perdonarme, te hice mucho daño y tú no lo merecías.

—No me importa mamá, además sabía que estabas desilusionada y por eso me dijiste todo eso. —sonrió de lado— pero, no sé si pueda olvidar tan fácil lo que le dijiste a Izuku... él ha sufrido demasiado mamá, sólo por ser lo qué es. Desde pequeño ha sufrido por el hecho de descubrir su orientación, porque nadie estuvo con él, porque no quiso decir nada por miedo al rechazo a que sus padres le hicieran lo que tú a mí...

—Perdóname Shoto —Rei tenía la cabeza baja y lágrimas resbalando por sus mejillas— perdóname por favor.

—¿Por qué mamá? —preguntó en un susurro— ¿por qué no puedes aceptar lo que soy?

Padre SolteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora