Padre Soltero

Parte 30

A veces sacrificar nuestra felicidad por alguien es un buen acto. Aún cuándo esa persona no haya sido tan buena o quizá no lo merezca, pero... ¿Qué hacer cuándo el corazón dicta que eso es lo correcto?, dicen que si amas algo lo dejes ir; si ese "Algo" vuelve será porque es tuyo y si nunca lo hace será sólo por una cosa... nunca fue tuyo y tal vez nunca lo sea...

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—No, Ochaco... esa es la peor cosa que me haz pedido —dijo Katsuki mirándola confundido.

—Ella está enferma, Katsuki. ¿Qué, si verdad está arrepentida?, ¿qué, si sólo quiere... conocer a Kai antes de irse? —insinuó la castaña, señaló el sobre arrugado a causa de que el chico lo había hecho bolita— Ahí lo dice, esa señora no puede ser tan desalmada cómo para jugar con algo así...

—¡Su hija fue una desalmada al abandonar a su propio hijo! ¿y aún así me pides que vaya cómo si nada hubiera pasado y le diga a Kai que ella es su madre?, quizá a ti no te parezca tan difícil después de todo no viviste lo que yo, ¡lo que mi hijo ha sufrido porque su madre lo dejó! —espetó.

—Nunca te pedí que le dijeras que ella es su madre, eso sólo tu lo puedes decidir. —murmuró la castaña.

—Nos íbamos a casar Ochaco...

—O sea que ya no... —intuyó

—No estoy diciendo eso...

—Hablaste cómo si ya fuera algo pasado, cómo si nuestro compromiso ya no existiera y que yo sepa aún tengo este anillo. Pero ese no es el punto, tal vez tú no sepas lo que siente esa mujer porque nunca haz tenido a un familiar con un pie en la muerte, yo sí Katsuki y no sabes lo que se siente... esa mujer está rogando por su hija y es lo que hacen los padres.

—Y también protegemos a nuestros hijos, eso es lo que yo estoy haciendo por el mío —le recordó Katsuki— ¿Cómo sabes que no me están chantajeando?, después de todo Ella heredó lo desalmada de alguna parte ¿no?. Me estás echando en cara que su madre no se atrevería a jugar con eso, pero su hija se atrevió a abandonar a su hijo y créeme que eso me hace pensar que es la peor persona del mundo.

—Yo no creo que este jugando o que esto sea un chantaje...

—¡Es que aún eres tan ingenua! —A Ochaco le dolieron sus palabras, quizá fueran ciertas pero de todos modos le dolía que él pensará eso de ella.— Perdóname...

—No... —lo detuvo— Tienes razón, lo siento, después de todo, mi opinión no importa porque es tu hijo... sólo pensé que... —se quedó calla y rio sin ganas— Creo que será mejor que regrese a mi casa, necesitas estar sola y... ya...

No pudo terminar la frase porque su voz se rompió,  salió del departamento antes de que sus lágrimas salieran y el rubio pudieran verlas.

* * * *

—No, papi... ¿Lónde está Mami? —preguntó Kai entre llanto mientras buscaba a Ochaco por todo el departamento— ¡Mami!

Ella lo había llevado con su abuelita Inko pero entonces jamás había vuelto y en lugar de ella su padre había ido a buscarlo, él quería mucho a su papi pero su Mami le había prometido ir por él, además de que su padre había estado raro y ya no le daba besitos a su Mami.

—Ella está con sus papás, sabes que su tío esta enfermo, él necesita que Ochaco lo cuide.

—Pelo... ella también puede cuidalme, llévame papi, selé bueno...

—No, Kai. Y es mi última palabra —dijo con firmeza, el pequeño se llenó de un sentimiento que jamás había sentido y su siguientes palabras iban cargadas de ello.