Parte 28

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Katsuki observó a Kai, su hijo estaba gustoso de recibir los mimos de la castaña; ella le limpiaba la boca mientras el pequeño desayunaba lo que le había preparado. Estaban pasando mucho tiempo juntos y Katsuki ya se había acostumbrado a llegar del trabajo y encontrar a Ochaco en su departamento esperando por él mientras Kai dormía su siesta o se entretenía con la televisión; La castaña era la figura femenina que les faltaba.

Se levantó al haber terminado su desayuno, y tomó su sacó.

—Debo irme, cariño —anunció. Ella lo miró y se levantó para despedirlo.

—Ponte el abrigo, amor, la mañana está fría y al parecer seguirá así por todo el día —exclamó acercándose a él y arreglándole la corbata, el rubio asintió y la besó.

—Nos vemos en la noche —musitó mirándola a los ojos— quiero hablar contigo.

—Eso dijiste ayer y... terminamos en otra cosa —murmuró, él rio y le dedicó un guiño.

—Esta noche primero hablaremos —prometió el chico, Ochaco le golpeó el pecho.

—Ya vete; y con mucho cuidado —pidió, él asintió y fue hacia Kai le besó la mejilla y el pequeño le respondió de la misma manera.

—Adiós, hijo —exclamó sonriendo al ver la boquita del pequeño  completamente manchada.

—Aliós papi —balbuceó Kai con la boca llena.

Katsuki se dirigió a la puerta y besó por última vez a la castaña.

—Uh... iré a mi casa, mis padres están muy preocupados y un poco molestos porque no me he aparecido en... ¿semanas? —balbuceó confundida.— Me llevaré a Kai si no te importa.

—Eres su Mami, ¿recuerdas?, puedes llevarlo contigo, además dudo que se quiera separar de ti — sonrió, Ochaco le respondió.— Vayan con cuidado, ¿Okay? —ella asintió— te amo.

—También te amo —canturreó la castaña, cerro la puerta luego de haberse ido el rubio y volvió con Kai para terminar de desayunar.

* * * *

—Buelita Rei—Kai corrió hacia la mujer sentada en el sofá, ella lo esperaba con los brazos abiertos.

—Pequeño Kai, mira cómo haz crecido —bromeó Rei, Kai rio

—Clecí dos centímetlos —presumió el pequeño.

—Dios mío, pronto ya no podremos verte a la cara —baciló Rei, Kai rio y le besó la mejilla.

—¿Te gustan las gomitas?, cuando veníamos las complé... bueno... Mami me dio el dinelo —sonrió inocente— Pelo las voy a Compaltil contigo y con Buelito Enji

Rei lo miró con sorpresa, su hija la había puesto al tanto de la situación con el pequeño, pero una cosa era escuchar a su hija y otra muy diferente era presenciarlo. Miró a Ochaco, ella sólo sonrió.

—Mmm bueno, muchas gracias, cariño. —musitó revolviendo el cabello de Kai, él asintió y se sentó a su lado.

—Hola mamá —saludó Ochaco, Rei sonrió de lado.

—Hola hija, ¿Estás bien? —preguntó la mujer, su hija asintió tomando asiento a su lado.

—Sí, todo está bien no te preocupes —dijo dejando las cosas de Kai en el suelo.— ¿Dónde está Papá?

—En el despacho —respondió— Creo que deberías hablar con él hija, está un poco triste porque ya no estás en la casa. Keigo trata de estar con él pero, con lo de la boutique... ya sabes, Además anda de novio —agregó la mujer.

Padre SolteroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora