Lo Que Nunca Pensé Tener

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Dazai (20 años)

—¿La encontraste? —dijo Chuuya
—Si, hace un año.
—¡¿Aaahh?! ¡¿Y cuando pensabas decírmelo intento de suicida inútil?!
—¿Inútil? Chuuya-kun te recuerdo que yo fui el que la encontró.

Sonreí, sabía que Chuuya había ayudado a Fumiko a escapar como se lo pedí, pero eso significaba perderle la pista y no fue fácil volver a dar con ella. Ahora vivía en un pueblo alejado junto a una mujer mayor y trabajaba de mesera en una cafetería, no me había acercado mucho. No quería que ella me viera, no aún, parecía estar bien, tranquila.

—¿Cómo está?
—Se veía normal, por alguna razón la señora con la que vive la acogió y le dió otro nombre. —Chuuya me miró de reojo— No te lo diré.
—¡Eres un idiota! —gritó tirándome una patada— pero no pregunté por su nombre nuevo ni por su ubicación. Dazai, simplemente no quiero saberlo es por eso que la encontraste primero, yo ni siquiera la busqué.
—Muchos dirían que ella te importa nada pero se que lo haces porque te importa mucho. Si el jefe te pregunta dónde está quieres estar limpio en conciencia.
—¿Cuándo piensas aparecer frente a ella?

Habían pasado dos años desde que dejé la port Mafia y desde que Fumiko se estableció en ese lugar, parecía estar amoldándose a su nueva vida y de hecho lo hacía muy bien.

—Aún no. Lo sabrás cuando lo haga.
—Más te vale hacerlo cuando tengas un plan para protegerla de la policía y el jefe.
—Lo sé, en eso estoy.
—Me voy—dijo caminando en sentido opuesto al mío
—¿Chuuya no me pedirás que te dé las gracias por lo que hiciste por ella?
—No lo hice porque lo pidieras, lo hice porque ella lo necesitaba. Así que más te vale que cumplas con lo que dijiste, Dazai.

Sonreí, por más que era sincero su ceño fruncido era muy gracioso. Gracias, Chuuya, no te lo diré jamás pero creo que ya lo sabes. Además, era de esperarse, alguien que pone en peligro su trabajo y vida por otra persona no lo hace por un favor. Chuuya lo hizo por ella, porque aún se culpa por lo qué pasó cuando todo lo originé yo.

(...)

Dos años después

Cada ciertos meses veía el progreso de Fumiko, se veía muy linda mientras trabajaba aunque su sonrisa seguía siendo espeluznante, pero debía parar de ir. Lo sabía, lo supe cuando supe la historia sobre ella en ese pueblo.

—Presidente Fukuzawa, quiero pedirle un favor.
—¿Qué es?
—Ella es Fumiko Hayashi—puse una foto de ella sobre su escritorio— escapó de la Port Mafia hace cuatro años.
—¿Es tu amiga?
—Trabajamos juntos muchas veces, nunca acepto ser ejecutiva de la Port Mafia a pesar de su gran poder. Ella no podía seguir ahí así que huyó unos meses después de que yo dejara la organización.
—Y deseas traerla, Dazai.
—Así como me aceptó, pido una oportunidad para ella.

El presidente me miró con su característica mirada seria y expresión implacable.

—Es una criminal buscada por la policía y por la Port Mafia. ¿Cómo llegó ahí?
—Mori la recogió cuando era muy pequeña y sus padres murieron... su poder mató a su padre y su madre se quitó la vida.
—Él nunca desperdicia un gran talento... una niña pequeña con la mente nueva y fresca para aprender todo lo que él le enseñara.
—Ella no es una máquina de matar... solo lo parece pero... le debo.
—Bien, tráela pero deberá superar el examen de entrada o la entregaremos a la policía.

Si la entregan a la policía la sentenciaran a muerte aunque es igual a que la Port Mafia la atrape y se que la están rastreando. Bien, Fumiko-chan, esto depende de ti, lo siento pero demuestra que no solo eres una máquina de matar, que no eres la asesina más temida de la Port Mafia.

—Dazai-san...