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Fumiko -11 años

Mori

—Naciste para esto, Fumiko. —dije mientras le limpiaba una macha de sangre de la mejilla— todos ellos son débiles ¿Y sabes que se hace con ellos?
—Se les utiliza para crecer en poder. —dijo orgullosa
—Es por eso que eres mi favorita pero no le digas a Elise-Chan.
—Tú deber es obedecer las órdenes que se te den ¿Entiendes? —asintió — tu entrenamiento físico es excelente, no hay duda de que eres una máquina para matar inclusive sin hacer uso de tu habilidad.
—Puedo usarla ahora—dijo, las últimas veces había quedado un poco perturbada por las torturas psicológicas pero rápidamente pidió entrar de nuevo— cumpliré las órdenes de la organización.

Reí y sobe su cabeza, ella había crecido mucho desde aquel día en que mató a su padre con su poder. Sin embargo, su entrenamiento no estaba completo para misiones de alto rango, no por ahora.

—Mori-chan este vestido es algo molesto para completar los entrenamientos.
—Uno siempre debe verse bien, Fumiko-chan.—dije peinando sus dos coletas— además llevas una malla negra larga debajo, no habrán accidentes.
—Pero-

Una llamada, era el jefe había un enfrentamiento, querían robar nuestras armas y no teníamos muchos hombres. Debía ir pero no podía llevarla conmigo aún.

—Quédate en el auto.

Cerré la puerta y pude escuchar los disparos, necesitábamos más personal pero cómo iba la situación perderíamos hasta llegar...bien.

—Fumiko-chan, deshazte de todos los que no sean de la port Mafia. —dije cómo si fuera una tarea fácil y ella asintió animada— ten cuidado.

Yo me en encargaría del líder pero Fumiko activó su poder e hizo que los enemigos se disparasen en la cabeza mientras lloraban y gritaban cosas como "lo lamento" todo esto mientras miraba el escenario con una pequeña sonrisa. Así de fuerte era y también inteligente, identificó al líder y lo dejó con vida, así podríamos sacar más información relevante. Había creado una hermosa máquina de matar.

—Elise-Chan cuídala, iré por el idiota que quiso acabar con la Port Mafia.

(...)

—Estoy exhausta.—dijo tendida en su cama, me pre en el marco de la puerta riendo— Mori-Chan prepárame algo rico.
—De hecho ya te pedí la torta de chocolate que tanto te gusta, pizza, ramen y de más.
—¡Mori-Chan eres el mejor!

Su fuerza se alineaba con lo que comiera y en su caso los carbohidratos eran lo mejor, igualmente le cocinaba verduras y cosas saludable pues era una niña en desarrollo. Esa era mi rutina, cocinar para ella y alistarla para ir a la port Mafia mientras yo trabajaba como médico clandestino. El jefe ya me había felicitado por adquirir a Fumiko y su poderosa habilidad, solo me dijo que "No te encariñes mucho con esa niña, ella solo es una máquina de matar"

Es cierto, ella es una máquina de matar y pronto será más fuerte pero no solo es eso. Esa niña nació para esto y además gracias a ella aprendí a hacer dos coletas y cocinar, claro, con la ayuda de Elise-Chan. Creo que me niego a aceptar que pienso en Fumiko mas que en otros subordinados, ella no es una chica más en la Port Mafia, yo la recogí de la calle y la torture para que fuera más fuerte. Yo soy su motivo y su razón y la protegeré. Sin embargo, cuando a llegue a ser el jefe de la Port Mafia será difícil.

—Mi querida y preciosa, Fumiko-Chan. —dije mirando un dibujo que ella hizo a los 7 años, éramos los dos y Elise, acabando con todos y una nota con crayón azul "Gracias por ser como él papá que nunca tuve" — espero no defraudarte Fumiko-chan pero presiento que en el futuro pensarás que confiaste en el hombre equivocado.

Lo Que Nunca Pensé Tener  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora