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Fumiko

Ocultarme iba a ser lo más difícil, la policía me busca y ahora la Port Mafia también. Mori me condenará por traición, espero no le pase nada a Chuuya por ayudarme, ni a Akutagawa por fallar en atraparme pero no desaprovecharé esta oportunidad de vivir mi vida. Aunque no se como haré para sobrevivir o conseguir un trabajo que no tenga que ver con lo ilegal sin ser detectada por la gente que me busca.

Tengo 16 años, no soy una niña ni alguien inocente estoy segura que algo se me ocurrirá.

"Solo sabes seguir órdenes"

Eso solía decirme Dazai ¿Dónde estará él?
Bueno ese no es mi problema ahora, Chuuya me dio dinero para sobrevivir un tiempo, mientras lejos me vaya mejor, mientras mas escondido el lugar todo estará bien. En toda mi vida nunca he sido más optimista que ahora, tratando de convencerme de que todo irá bien con la Port Mafia tras mis pasos. Si la policía me trata de detener solo usare trucos para escapar pero no mi habilidad, eso solo trae muerte y es de lo que quiero escapar.

—Un boleto por favor. —dije para luego subirme al bus.

Rompí mi teléfono y lo tiré al agua en cuanto logré escapar de Akutagawa, pero eso no me aseguraba que no me rastrearan de alguna otra manera. Algún día me encontrarían, entonces decidiría qué hacer.

Mi expresión está cubierta por una mascarilla pero mis latidos son fuertes, siempre me sentí acompañada y al mismo tiempo sola, pero él te iba razón, me movía por las órdenes y ahora no las te go más. Tengo que pensar que hacer antes de bajar de este bus o no habrá valido la pena.

(...)

—Lo lamento, perdí mi identificación en algún lugar ¿No podría hacer una excepción?
—Lo siento señorita pero me temo que no es posible, aún está siendo una posada la dueña es muy estricta con el tema de las identificaciones.
—Entiendo.

Salí, era la sexta posada que me pedí la identificación. Soy idiota, no tengo una aún si la tuviera no podría mostrarla. Supongo que dormiré en la calle por hoy, ya se me ocurrirá algo.

A quién quiero engañar, tengo miedo y no por mi, por los demás. Estoy estresada, cualquier peligro y puede que utilice mi habilidad.

—Señorita—la voz de un chico me hizo voltear— no es lugar para estar sola tan tarde.
—Ah, ya veo, gracias—dije pasando por su costado pero el tipo me tomó del hombro— ¿necesita algo?
—¿No quieres divertirte un poco?

Me empujó y caímos al suelo, estábamos en un parque con la hierba sin cortar, no había mucha luz, ni siquiera sabía porque había llegado hasta aquí. Ató mis muñecas y puso un trapo en mi boca, las calles son tan peligrosas, pensé. Puedo matarlo en unos segundos pero eso llamaría la atención de todos cuando lo encontraran.

No necesito usar mi habilidad.

—Eres hermo-

Presioné su cintura con ambas piernas y giré quedando encima de él, lo golpeé con ambos puños que estaban atados justo en la boca del estómago y escupí el trapo.

—Lamento que te hayas topado conmigo. —dije y sentí un golpe en la cabeza y pude ver su sonrisa
—Yo lamento que te hayas topado con nosotros.

Algo caliente derramaba por mi cuello, estaba sangrando. Maldición. Caí de rodilla y luego mi cara tocó la tierra y la hierba, podía sentir las asquerosas manos de esos...monstruos. Eran como yo pero de otro tipo, tal vez era mi castigo por todo lo que hice... tal vez pero quería gritar.

—¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme! ¡Ayúd-

Uno de ellos volvió a introducir el trapo en mi boca, no tenía la suficiente fuerza después de haberla agotado toda escapando ¿Acaso siempre fui tan débil?

Solo no quiero usarla, solo no quiero matar a nadie más.

—¡¿Quién anda ahi?!
—Mierda, es la vieja. —dijo uno
—¡¿Yamamoto, Hayato?!
—¡Detenla, llamará a la policía!

Pude ver a una señora sosteniendo un palo y una linterna, los reconocía. Si ellos no querían problemas la matarían y luego seguiría yo, que patética situación. Quería una vida normal y esto es lo primero que me toca, uno de ellos fue corriendo y la señora trataba de defenderse con el palo.

—¡No dejes de luchar niña! —gritó

No podía dejar que ella muriera por mi culpa, estos dos no era la primera vez que operaban de este modo pero esta vez fueron descubiertos, sería lamentable terminar así después de que Chuuya se arriesgó a ayudarme. No. No terminará así.

—La vieja ya no será un estorbo ahora

Tiré un puñete que lo mandó al suelo, me había desatado, lo aprendí en la Port Mafia, corrí hacia la casa de la señora dentro vi al maldito apunto de golpear su cabeza con el bate y me lancé sobre él. La señora estaba inconsciente. Mis huella quedarían en el si...

Bien.

—No podrás escapar de nosotros, princesa.
—Que bueno que llegaste maldito idiota. —dije, una vez— ¡Inorioku! ¡Hōroki!

Entre ellos acabaron con su vida fuera de la casa de la señora, ahorcándose hasta la muerte lo que les gustaba hacer con las otras chicas que habían capturado antes.

—¿Qué está pasando? —la señora despertó y ellos ya habían muerto—¿Estas bien muchacha?
—Si, lamento eso—dije señalando los golpes que tenía
—Está bien, no te preocupes esos malnacidos ¿Dónde están? Debemos llamar a la policía.
—Ellos no la importunarán más, debo irme.
—Estás sangrando y como que no me importunaran más

La miré mientras me paraba.
Mi estancia aquí había sido corta y no sabía más a donde ir pero con esto toda posibilidad de ocultarme aquí se había esfumado.

—Los maté.
—Fue en defensa propia niña, no te dirán nada.
—No es eso. —dije asombrada por la calma de la señora— Vine a ocultarme de todos los que me buscan a este pueblo, dije que no usaría mi habilidad pero si no lo hacía nos matarían y no pude dejarla cuando fue la única que respondió a mi primer grito de ayuda...
—¿Eres una fugitiva o algo así? —asentí — te curaré eso y luego te esconderás arriba, me salvaste la vida.
—Pero yo- Yo no soy una buena persona.
—Yo creo que si—dijo— podrías haberte ido o matarnos a los tres, te librarías de muchas cosas pero me dejas viva y dices que eres mala. Además, esas escorias eran de seguro los que estaban detrás de tantas desapariciones de chicas, la policía de acá no es muy competente. Gracias a ti, las demás chicas no correrán más peligro.

¿Gracias a mi?

Esta señora es extraña pero quiero confiar en ella.

—Soy Somie Yamazaki. —me quedé callada, me costaba darle mi nombre— y desde ahora serás, Rena Yamazaki, mi sobrina.

Lo Que Nunca Pensé Tener  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora