Adam
Pensé que como estaba un poco enfermo y cansado eso me ayudaría, pero una mierda, no puedo dormir y encima tengo la nariz congestionada. Bajo hacia el salón, abro las cortinas y me recuesto en el sofá a ver la ciudad y el cielo. También pensé que esto me podría ayudar a conciliar el sueño, pero tampoco funciona
Me empiezo a poner de pie para ir a hacerme otro té, pero me detengo al escuchar que alguien está bajando las escaleras. Escucho a la persona entrar a la cocina y veo que enciende la linterna de su móvil.
-Este maldito piso está muy frio -la escucho decir en un tono muy bajo y me doy cuenta de que es la chica nueva ¿Cuál es su obsesión con estar descalza?
Se está preparando algo para comer y ni siquiera se ha dado cuenta que estoy aquí. Escucho que se le cae la caja de cereales y empieza a buscar con que limpiarlo, pero por desesperada no ve que le ha pasado por el lado a la escoba más de tres veces y aun no la ve.
Cuando termina de recogerlo con sus manos se voltea para llevar el bote de basura donde va. Aprovecho para ponerme de pie y justo cuando me recuesto de lado en la pared veo como le saca el dedo del medio a la escoba. Parece una adolescente.
Se gira a para ir a por su cereal, pero me ve y se paraliza. Está tratando de verme a los ojos para saber quién soy, pero no lo logra, llevo mi mano al interruptor para encender la luz y de repente me susurra alto
-No la enciendas
-Por qué? -si me pide que no la encienda, no lo haré, pero estoy interesado en su respuesta. Ella se toma unos segundos para responder
-Por respeto a su empleada. Si le pido que no la encienda no lo haga. ¿Tiene problemas para dormir? -cambia de tema - ¿Quiere té? -no le contesto, no sé si este bien que le pida que me haga un té
Lo puedo hacer yo, pero ella se está ofreciendo y verdaderamente no tengo mucha energía, me pesa todo
-Si no te molesta -le respondo
-No. Para nada -ella se gira para ir a la despensa y en eso puedo divisar unos pantanositos rojos con lencería negra, de inmediato aparto la mirada y entiendo porque no quiere que encienda la luz
-Señorita Gastrell si necesita que me vaya para que pueda encender la luz y estar en la cocina, solo dígamelo y me iré
-No! con mi linterna me basta -como si no me quedo bastante claro que ella y su linterna son inseparables, me apunta con ella a mi cara dejándome ciego y la retira rápido -Perdón.
Sin contestarle me siento en una de las sillas de la isla de la cocina a esperar a que ella termine de hacer el té. Después de unos cinco minutos me entrega una taza de té y ella toma su comida y una taza de té y se va a las escaleras casi volando.
Tomo un sorbo del té y me arrepiento de haber venido, ahora mismo lo único que quiero es estar en mi casa y dormir de una puta buena vez en mi querida cama. Al terminar de tomar mi té dejo la taza en el lavaplatos y cuando vuelvo a caer en la cama tengo la suerte de poder quedarme dormido
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No puede ser tan complicado
RomanceDe un lado tenemos a Adam, CEO de una empresa que se preocupa por la felicidad de su abuelo, y del otro, tenemos a Darah, una fanática diseñadora que sueña con tener su propia marca. ¿Qué puede salir mal?