De un lado tenemos a Adam, CEO de una empresa que se preocupa por la felicidad de su abuelo, y del otro, tenemos a Darah, una fanática diseñadora que sueña con tener su propia marca. ¿Qué puede salir mal?
No puedo creer que el año que dure estudiando en París al fin dio frutos. Llevo días esperando esa llamada y llegó ayer. Ahora estoy yendo de camino a una de las empresas más importantes de New York, la empresa Dankworth. Llevo años planeando todo esto y si sale como quiero terminaré teniendo mi propia marca de ropa
2 meses atrás
Este viaje fue muy agotador, solo espero tomar mis maletas y pasar por esa puerta para verles la cara de una vez por todas. En el momento en que paso esa puerta veo a mi mejor amiga y a su hijo, el pequeño George. Con tan solo verlos se me llenaron los ojos de lágrimas. Me agacho y pongo mi bolso en el piso un momento para abrazarlo
-Por Dios!, como ha crecido mi mocoso –él ríe mientras le lleno la cara de besos. Me separo de él para abrazar a su mamá, y con solo sentir sus brazos empecé a llorar aún más fuerte.
Ojalá poder expresar lo tanto que la necesitaba en esas noches cuando estaba sola y lo único que me reconfortaban eran sus llamadas
-Nena, te extrañé tanto –me dice mientras toca mi pelo despacio –Estos años fueron una eternidad –con sus manos toma mi cara –vámonos a casa –me separo de ella y tomo a George que estaba aferrado a una de mis piernas
-Puedes tomar mis maletas? –le pregunto a Lissa mientras limpiaba las lágrimas de mi cara. Ella asiente –¡tía ya está en casa! –al decir eso vuelvo llorar porque ni siquiera yo me lo creo.
El pequeño me sonríe mientras me balanceo de lado a lado con él en mis brazos.
Al llegar a casa de Lissa, llevo todas mis cosas a la que será mi habitación, cenamos y me quede hasta tarde contándole a Lissa cosas que habían pasado durante el vuelo. La emoción de contarle las cosas cara a cara no es la misma que por teléfono
Decidí irme porque era una oportunidad única y no la iba a dejar pesar. Recuerdo que antes de irme giré a verla por última vez y la vi sosteniendo al pequeño y hoy al volver me encuentro que cambiaron tantas cosas, pero ella sigue estando a mi lado, como siempre.
No puedo evitar volver a llorar al recordar que cuando salí por esas puertas estaba esa mujer alta de curvas envidiables, cabello negro y rizado a más no poder y ojos color miel, y a su lado mi mocoso peli-rojo de ojos verdes y pequitas por toda su cara. Las dos personas más importantes en mi vida y por los que me esfuerzo tanto. Con Lissa y George me basta y me sobra un montón
-Para de llorar –ella me dice riendo
-Es que no puedo –me toma en sus brazos mientras ríe a carcajadas
Actualidad
Estoy frente a la empresa y los nervios me están matando. Camino hacia la puerta pensando en lo increíble que puede llegar a ser mi día y que nada ni nadie lo va a arruinar. Entro y veo que hay demasiadas personas, algunas están sentadas esperando y otras solo entran y suben en el ascensor, o salen del ascensor y luego de la empresa.
Por Dios esto es como en las películas.
Veo que hay tres ascensores, uno dice "exclusive" del que veo que nadie ha salido y mucho menos entrado, otro "workers" y el último "customers" es primer ascensor tiene pinta de valer más que yo. La señora de la recepción me hace una seña para que me acerque y al captarla me acerco de inmediato
-Buenos días. Su nombre señorita
-Darah Gastrell y buenos días para usted también
-Un gusto señora Gastrell, yo soy Melani la recepcionista –me estrecha su mano la cual acepto –mira, esta es tu tarjeta de identificación dentro de la empresa, ahí dice tu puesto de trabajo, a cuál piso te diriges y cuál ascensor debes tomar –tomo la tarjeta y veo que dice mi nombre y apellido, el piso 30 y el ascensor "workers"
Yo quería subir en el que vale mi vida
-Muchas gracias, Melani. Que tengas un lindo día
-Tu igual –me doy la vuelta y vuelvo a mirar los ascensores
Subo al ascensor que me corresponde y veo que a mi lado hay un chico que se está tomando un vaso de café sin tapa, como se derrame su café sobre mi hermoso traje rosa palo y mi camisa blanca, tendrá unos muy, pero muy serios golpes en su cara.
Escucho una notificación de mi móvil y lo saco de mi bolso y veo que Lissa me dejo un mensaje
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Empiezo a escribir con la intención de responderle, pero siento una mano en mi cintura y escucho que me hablan
-Disculpa, necesito pasar –me hace a un lado con sus manos
-Perdón –me apresuro a decir
El hombre se gira y me mira –Está bien
Espero a que las puertas del ascensor se cierren, pero no lo hacen, subo la mirada para ver en que piso estoy y veo que marca el número 30. Salgo del ascensor de inmediato para que las demás personas no se me queden viendo. Tomo el móvil y lo guardo en el bolso
-Darah Gastrell? –la voz de una mujer me sorprende y levanto la vista de pronto sorprendida
-Un gusto –le extiendo mi mano y ella la acepta
-Así me gusta, llegando cinco minutos antes. –sonríe –Acompáñame, te mostraré tu puesto de trabajo, para que luego arregles a unas modelos para ver cómo te desenvuelves y por último te presentaré al jefe. Ya sabiendo esto empecemos –caminamos y entramos a una oficina. Ella me explica que esta es mi oficina y que tendría a cinco ayudantes que llegarían más tardes y me los presentara.
La oficina es muy linda y grande, del lado derecho hay seis maniquís de medio cuerpo, del lado izquierdo hay un sillón pequeño negro y en el medio al fondo de la habitación hay un escritorio blanco con una computadora, un portalápiz, una silla giratoria blanca y frente al escritorio dos sillas negras, pero lo que más amo es que las puertas son de cristal, todo lo que pasa afuera yo lo veo y todo lo que pasa adentro los demás también lo ven
Me estoy emocionando mucho, valió tanto la pena
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¿Aló? El primer capítulo es un poco largo, por lo que decidí separarlo en partes. Espero que hayan disfrutado la primera parte y que nos veamos en la segunda.
Besos desde aquí arriba en el olimpo, no se olviden de tomar agua y dejar me gusta. Muak♥
