Esperamos a que su familia terminara de tomarse fotos y al terminar se despiden para luego subirse al coche que está detrás de nosotros para ir a un restaurante a cenar, la cual estuvo divertida.
Ellos hablaban mientras yo escuchaba e intentaban introducirme a la conversación haciendo algunas preguntas. La amabilidad y buen comportamiento de su familia me hizo preguntar si este hombre realmente nació en esta familia.
Llegamos a su casa y ni siquiera me dejo hablar con su familia, solo dijo "estamos muy cansados, nos iremos a dormir" tomo mi mano y subimos las escaleras. Abre la puerta de su habitación para que yo pasar primero y en cuanto cierra la puerta hablo.
-¿Por qué no me dejaste hablar con tu familia? Quería hablar más con ellos.
-Hablaste lo suficiente en la cena –lo miro entrecerrando los ojos.
-Y de quién decide si hable lo suficiente o no? –tengo muchas ganas de hacer pis, pero no me muevo de aquí hasta que me dé una repuesta correcta.
-Quiero que hables lo menos posible con ellos, no quiero que se encariñen contigo.
Habla el que cerro un trato conmigo de un año de matrimonio.
-Eso lo debiste pensar antes porque estaré parte de un año conviviendo con ellos y no me comportaré mal con ellos –él entra al baño y me deja hablando sola y con ganas de hacer pis también.
Genial ahora estoy viviendo en la casa de ladrillo que el lobo no pudo derrumbar y lo peor es que estoy viviendo con él y los cerditos.
Sale del baño y yo tomo mis cosas para entrar corriendo al baño. Hecho mi preocupante meada y me pongo mi pijama. Lista para irme a dormir, antes de salir abro un poco la puerta.
-Apaga las luces porfa –le pido pacíficamente.
-No, estoy leyendo.
-No apagues tu lámpara, pero apaga las demás luces.
-Por qué? –otra vez a lo mismo.
Todos mis pijamas son así y si me siento muy cómoda durmiendo con ellas no voy a comprarme otras solo para que no me vea con ellas, que apague las luces y ya. No es tan difícil.
-Solo apaga las malditas luces.
-Así le hablas a tu jefe? –se me está saliendo lo pacífica, primer aviso.
-Antes que mi jefe eres mi marido –le digo para molestarlo y él le pide al altavoz Alexa que apague todo menos su lámpara –Cierra los ojos
-Vamos a estar así siempre? –cierra su libro. Creo que está un poco harto.
-Sí –él los cierra y salgo a guardar mis cosas y luego me cuesto dándole la espalda. Me cubro con las sábanas para darle el visto bueno –Ya puedes abrirlos.
-Vas a dormir en mi cama? –me pregunta. Lo voy a matar. Me giro hacia él y lo miro.
-Si no duermo en el sofá por mi monstruito mucho menos lo voy a hacer por ti, además no te molesta compartir tu cama cuando te acuestas con otras mujeres, que no te moleste compartir cama con una que ni siquiera se te va a acercar.
-No traigo mujeres a mi cama –me interrumpe
Eso se lo puede creer su mamá, pero yo no.
-No me importa, si te molesta vas y duermes tú al sofá –vuelvo a girar dándole la espalda –Si me tocas, aunque sea durmiendo o por accidente te corto las manos.
Ahora a rezar para que pueda dormir o para no amanecer descubierta sin la sabana.
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No puede ser tan complicado
RomanceDe un lado tenemos a Adam, CEO de una empresa que se preocupa por la felicidad de su abuelo, y del otro, tenemos a Darah, una fanática diseñadora que sueña con tener su propia marca. ¿Qué puede salir mal?