19. Otra vez bajo el mismo techo

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Darah

La última vez que lo vi fue la noche del sábado y hoy tengo que volver a su casa porque su familia viene. Durante la semana en el trabajo me tomaba algunos momentos para hacer mi vestido, pero esta vez logré irme temprano a casa todos los días y con temprano me refiero a las nueve de la noche contando que mi salida es a las cinco, pero por lo menos no deje de comer.

Lo importante es que me quedo increíble y la verdad es que estoy loca por verme con el puesto.

El lobo me pidió que saliera una hora antes hoy para llevarme a mi casa a buscar alguna cosa que me falte para mañana. Estoy revisando bien por si se me quedo algo, pero al parecer ya tengo todo. Cierro la puerta de casa y vuelvo abajo con Adam.

-No se te queda nada? –niego y él abre el baúl del coche para subir mis cosas. Cuando termina subimos al coche y él conduce hacia su casa.

Abre la puerta, pero me deja pasar a mi primero y me acerco a María para saludarla y luego subo a la habitación para poner mi vestido en un lugar donde no se maltrate. Lo cuelgo en el lugar más alto del armario y al salir veo la pequeña bolsa de lo que compre la otra vez.

Ni siquiera me acordaba de ella. La tomo y la dejo dentro del armario.

Mientras espero a que su familia llegue decido continuar el libro que a menudo leo cuando vengo. Es interesante y sobre todo el protagonista, ese hombre es todo un sueño, ojalá encontrarme yo uno como él.

Después de un buen rato esperando, que incluso empezase a pensar lo peor, no es que yo quiera pensar en ese tipo de cosas, es que mi mente es muy paranoica. Me pasa mucho cuando Lissa dice volverá a una hora y se retrasa un minuto.

Los escucho pasando por esa puerta. Es difícil escuchar muchas cosas desde aquí arriba, pero la voz emocionada de la señora Sara se escucha a kilómetros. Sin saber dónde está Adam, salgo de la habitación sin él y cuando llego a donde ellos veo a una chica que no conozco.

-¡Hola! –digo emocionada. Sé que anteriormente las cosas salieron mal por mi emoción, pero es divertido compartir con ellos, pero esta vez intentaré pensar bien las cosas.

Me acerco al señor Saúl y lo abrazo con cuidado, con Aarón hacemos nuestro saludo. Si tenemos un saludo, lo hicimos la última noche que nos vimos luego de que su hermano se fuera a dormir.

-¿Y tú eres? –le sonrío a la chica y la saludo con un beso en la mejilla.

-Soy Dalia, la novia de Aarón –y me devuelve la sonrisa. No quiero parecer una loca, pero ella no me da muchas buenas vibras, pero no es algo en lo que deba meter.

-El caballo encontró domador –digo para molestarlo y me giro a ver al señor Anthony, chocamos palmas y puños para luego abrazarnos.

- ¿Y Adam? –me pregunta su mamá, acercándose para abrazarme –Cariño –me separo de ella, pero ella aún sostiene mi mano.

-Si usted no lo menciona, nadie le echa de menos –todos nos echamos a reír y antes de que nos escuche lo llamo –¡Amor! Ya llego tu familia –no recibo una respuesta de él –Lo iré a buscar, mientras tanto pónganse cómodos –me aparto y su mano se desliza por mi brazo.

Realmente yo tampoco sé dónde está. Busco en las habitaciones de arriba y nada, voy a su habitación y me agacho para mirar debajo de la cama, pero tampoco está aquí. Nunca se sabe. Me acerco al baño y tomo el pomo de la puerta para abrirla, pero está cerrada.

-Adam? –él está ahí porque puedo escuchar el agua de la ducha caer, pero también escucho algo que ciertamente no quiero escuchar. Escucho como respira por la boca y suena un poco agitado.

No puede ser tan complicadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora