Carlos (3)🏎

9.3K 644 159
                                    




Creo que odio el P4 más que un P6 o P7, porque eso significa que estuve ridículamente cerca de subir a podio, pero sin lograrlo. De cierta forma duele más cuando quedas a nada, que cuando hay una diferencia significativa para llegar a los primeros lugares.

Todos me felicitan y aplauden por semejante carrera, cuando la verdad es que no tuvo nada de extraordinaria. ¡Felicidades por casi conseguir podio con los Red Bulls!

Váyanse a la mierda, es la primera puta carrera y ya estoy desanimado, pero al menos no soy Charles. El pobre ni siquiera pudo terminar, no me imagino cómo se la debe estar pasando en este momento.

La fiesta está bien, supongo. Nada realmente fuera de lo común; las mismas personas, mismos pilotos y mismo equipo de prensa. Es divertido verlos aquí porque se les nota en la cara que se mueren por documentar todo lo que pasa en estas fiestas, pero no pueden hacerlo. Estos eventos son de las cosas más privadas que tenemos en este deporte.

Como sea, quiero regresar al hotel ya. Ni siquiera pasan de las 2 cuando el estrés del día comienza a cobrarme factura, y la chica con la que estaba no fue... no quiso... digamos que fue solo para ella, si saben a lo que me refiero. Y estoy incómodo, algo malhumorado y genuinamente harto.

Estaba buscando a Charles para despedirme y avisarle que ya me iría al hotel, cuando una mancha roja llama mi atención al otro lado de la barra.

Joder, ¿quién es ella, y por qué no está en mi cama todavía?

Nunca la había visto, pero me resulta difícil separar mi mirada de ella. No sé su nombre, qué hace aquí o de dónde salió. Lo único que sé es que para antes de la siguiente carrera, va a ser mía.

Tiene que ser nueva, porque una cara como esa no es algo que hubiera pasado desapercibido en mi radar.

Iba a acercarme, pero me percato que va tomada de la mano de alguien a quien no puedo distinguir, y decido esperar. No quiero arruinar la noche del tipo, aunque sé que podría mejorar mil veces la de ella. Ya llegará mi momento, y cuando lo haga, sé que no querrá dejarme ir jamás.

Porque a ver, que tampoco busco nada formal, simplemente un... deshago después de un fin de semana complicado, y no quiero sonar arrogante, pero no creo que me diga que no a mí.

Me sonríe al mismo tiempo que cruza miradas conmigo y aprovecha que el bar tender está distraído con Russell y su ridículamente larga petición para que le preparen el mojito perfecto, para tomar una botella del bar.

Atrevida, me gusta.

¿Quién es esa chica? ¿Y por qué no puedo dormir pensando en lo jodidamente bien que se le veía ese vestido rojo? Parece un puto chiste que usara ese color y no pudiera habérmela follado en ese mismo momento.

Pasaban las 3 am cuando yo seguía dando vueltas en la cama, pensando en ella, y en lo vergonzosamente poco que había necesitado para lograr causarme insomnio. Son migajas. Recibí migajas de ella y aun así, sueño con tenerla toda para mí. De rasgar su ropa interior y escuchar mi cuarto inundado de sus gemidos.

Sí, eso me gustaría.

Divagué tanto que no me percaté en qué momento había comenzado a masturbarme. Nuestras miradas se cruzaron por menos de 3 segundos y aun así es más que suficiente para que mi mano trabaje sobre mi longitud como si tuviera vida propia, pensando en cómo sería tenerla.

Pensando en correrme en su boca, sintiendo la calidez de sus labios atrapando cada parte de mí. Su mirada sin despegarse de la mía mientras lo hace. Hacerla correr sobre mi polla... hacer que me monte hasta hacernos venir a ambos...

16 • 55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora