New normality (7)🏎

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Me desperté al sentir unos labios sobre los míos seguidos de un "buenos días, mon amour". ¿Lo de ayer fue un sueño? ¿Solo había estado con Charles, entonces?

Pero luego abro los ojos y lo encuentro junto a mí, su cabeza apoyada sobre su mano, acostado de lado, mirándome con ternura. No tiene camisa puesta, y su mano disponible se pasea con suavidad sobre mi pecho desnudo medio cubierto por las sábanas. Su cabello post sexo es igual que su look post race, y me encanta percatarme de eso, de tenerlo todo para mí.

-Buenos días, princesa.- ahora es Carlos quien sale de la cocina y toma su turno para besarme, inclinándose sobre mí.

No lo soñé. Esto en realidad pasó, y ambos están bien al respecto. Por dios, si me quedaba alguna duda de que soy una chica afortunada, esto no hace más que confirmármelo. El alivio que me invadió fue surreal, porque perderlos es lo último que quiero en el mundo.

El español trae puesta su playera roja de Ferrari, pero medio arriscada, revelando la mitad de su abdomen. Su pantalón de mezclilla desabrochado, como si apenas se lo estuviera poniendo para venir conmigo. La marca Calvin Klein sobresaliendo en sus bóxers.

-Hice café.- comenta con toda normalidad ofreciéndome una taza.

-Gracias...

Le doy un trago al caliente líquido y es como si apenas me estuviera dando cuenta de todo, porque esto se siente como si estuviera en un sueño. Los dos aquí, en mi cama, después de lo de ayer. Después de la mejor noche de mi vida.

-Entonces... ¿estamos bien?.- pregunto, robándoles una risa a los dos.

-Todo bien, preciosa. Nosotros podemos divertirnos con esto también.

-Tenemos que organizarnos con los tiempos y eso, pero no sé, lo de ayer puede repetirse si te agradó lo de anoche.

-Oh, me encantó lo de anoche, solo quería cerciorarme de que ustedes estuvieran bien con todo esto, porque de verdad lo siento, muchísimo.

Compartieron una mirada cómplice. 

-Lo sabemos, no te preocupes.- el monegasco me besa antes de ponerse de pie y buscar su playera.- Ya tenemos que irnos, pero nos vemos luego, ¿sí? 

-Okay, sí. Buena suerte en su, uhm... lo que sea que hagan hoy. 

Me sonríen desde la puerta antes de salir por ella y perderse por el pasillo. 

Algo me dice que hoy va a ser un buen día. 

(...)

Es mitad de semana, entonces hago reportajes a los directores de los equipos y grabamos unas tomas de los garages. Hay pocos pilotos en el paddock estos días, por lo que es raro encontrarse con alguno. No hay mucho por hacer, y solo nos falta entrevistar a una persona para concluir por hoy, entonces me emociona lo que mi monegasco y mi español tienen planeado para esta noche. 

-Anya, te buscan en la oficina.- me dice mi camarógrafo mientras se encarga de conectar todos los cables correspondientes a la cámara y al puerto. 

-No lo creo, vengo de ahí y no me dijeron nada.

-No, no. Te buscan en la oficina de Ferrari, dijeron que era urgente. 

Los nervios me recorren de pies a cabeza. Si es a la oficina de Ferrari solo puede significar una cosa; que lo saben, que me descubrieron, y que van a despedirme y expulsarme de mi universidad. Que dejaría de verlos a diario y... básicamente lo perdería todo. No quiero ir y averiguar lo que ya sé, va a pasar, pero si me escondo y no voy va a ser mil veces peor, y no quiero que esto escale al punto de que todos se enteren de lo que pasó. No quiero que esto afecte a Charles o Carlos, porque sé lo precavidos que son con su imagen. 

16 • 55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora