Double trouble (5)🏎

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Varias citas a lo largo de estas últimas semanas, y estoy haciendo malabares para que ninguno se de cuenta de que, cuando no estoy con uno, estoy con el otro. Sé que hago mal, que estoy jugando con ellos y que no los merezco. Pero no he tenido el corazón para decirles la verdad. Para decirles que me gustan los dos, y que tengo sentimientos hacia los dos.

No fue mi intención que esto pasara, pero al igual que una pequeña bola de nieve que se desliza colina abajo, esto creció hasta salirse de mi control.

Tal vez sea preocupante no salir con ellos, sino el hecho de que hemos tenido más citas decentes y horas de pláticas profundas que de sexo. A estas alturas conozco todo de ambos, y ellos conocen todo de mí. Les cuento lo que me pasa, que extraño a mis amigos, o los días buenos en los que me felicitan mis profesores, y ellos se muestran genuinamente felices y orgullosos de mí, lo que me hace pensar que ellos se sienten igual conmigo. Porque de no ser así, no me invitarían a cenar solo para platicar de mi día, ¿no? O que se queden hasta altas horas de la noche en mi habitación jugando juegos de mesa o hablando de cualquier cosa.

A estas alturas, ya no creo que solo estén siendo amables.

(...)

Mi trabajo como reportera dejó de ponerme nerviosa porque todos los chicos ya me conocían, y creo que es meramente por mi amistad con ellos que se acercaban a las entrevistas, y gracias a eso, mi universidad comenzó a darme más presupuesto para el canal y así llegar a más personas. Es ganar - ganar... menos por el hecho de que ambos son pilotos, y por ende, tengo que entrevistarlos a ambos en algún momento.

-Gracias, Óscar, nos vemos la próxima semana.- sonreí. Ya se había hecho costumbre tener a Piastri por aquí.

Pero mi corazón se aceleró cuando, casi haciendo fila detrás de él, ignorando a los medios grandes e importantes, estaban Charles y Carlos, esperando su turno.

No, no, no, no, no. Sé que esto no va a salir bien, así que trato de evitarlo.

-Creo yo que con esos son suficientes.- digo apagando el micrófono a mi supervisor.

-¿Estás loca? Sainz y Leclerc están ahí y vienen para acá. Tienes tiempo para uno más.- susurró como si le hubiera dicho lo más estúpido del mundo. Y creo que lo hice, porque ¿quién en su sano juicio no haría hasta lo imposible por entrevistar a cualquiera de los dos?

Sí, eso me he estado repitiendo estas últimas semanas.

Los dos estaban tan ensimismados mirándome que no se percataron de que estaban uno al lado del otro hasta que chocaron entre ellos al llegar a mi dirección. Sonrieron porque... pues porque no tienen ni idea, pero me dedicaron una mirada segura y tranquila mientras estaban a la espera de que los entrevistara.

Carlos piensa que voy a darle la entrevista por lo que tenemos, porque ante sus ojos, Leclerc es solo un piloto. Y Charles piensa exactamente lo mismo.

Puta madre, ¿en qué me metí? ¿En qué nos metí? El remordimiento de consciencia solo llega en momentos como este, jamás durante las citas o en nuestras habitaciones.

-Uhm, Carlos... ¿qué tal la carrera?

El español me dedicó una de sus encantadoras sonrisas cuando finalmente le cedí la palabra, pero la mirada de Charles... me rompió el corazón. Se veía confundido, triste y dolido. Y se quedó plantado detrás de su compañero un par de segundos hasta que finalmente se fue con Skysports.

Trato de ser profesional e ignorar el hecho de que Carlos dibuja figuras en el dorso de mi mano con las yemas de sus dedos, y que se muerde los labios cuando estoy hablando yo... o que me dice "guapa". Es encantador. Pensé que no sería nada serio con él porque no tiene la finta de ser precisamente una persona romántica, pero me ha sorprendido para bien.

16 • 55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora