Secreto (6)🏎

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Envié ese mensaje en un momento de culpa, aprovechando ese efímero instante de lucidez para hacer lo correcto, pero ahora que el momento pasó, estoy jodidamente nerviosa. Aunque sé que esta es la única manera, tenía que contarles ya. Y estoy triste porque sé que después de esta noche, no voy a tener a ninguno de los dos.

Y ya me había acostumbrado a tenerlos. A Charles llevándome la cena por las noches o para platicar conmigo, a Carlos llevándome a citas por la ciudad y sorprendiéndome con lo dulce y atento que es realmente, porque la verdad es que no esperas que sea así.

Mi manos no pueden dejar de jugar entre ellas, ansiosas, nerviosas, expectantes. Van a odiarme. Yo me odio a mí misma, porque si iba a meterme y salir con dos personas al mismo tiempo sin decirles, lo mínimo que pude haber hecho, es elegir a alguien que no tengan contacto literalmente todos los días. ¡Todos los putos días! Y, y... ya no podría seguir mi vida normal sin ellos a mi lado. Me sentiría horrible al tener que verlos a la distancia, porque después de lo de hoy, estoy segura de que jamás van a querer darme otra entrevista. Voy a tener suerte si me miran al menos.

No me arrepiento de lo que pasó, me arrepiento de cómo lo manejé. Porque pude haber hecho una diferencia, pude haberlo frenado todo en varias ocasiones, pero no lo hice, porque estoy enamorada de los dos.

Cuando se me presentó esta oportunidad por parte de mi escuela, jamás pensé enamorarme, mucho menos de dos personas, muchísimo menos de dos pilotos.

Al principio era divertido salir sin que el otro se diera cuenta, escabullirnos y tener sexo en sus respectivas habitaciones con el otro a pocos metros de distancia. Para ellos era cuidarse de que su teammate no se diera cuenta, pero para mí, era evitar que mi otra cita se percatara.

Lo que pensé que solo sería una noche de sexo, se convirtió en una relación formal con ambos. Y supe que era momento de parar.

El primero en llegar fue Charles. Lo supe por la forma en que toca a la puerta. Dos golpecitos leves. Casi corrí para ir a abrirle, porque no quiero que se encuentre con Carlos en el pasillo.

-Hey, ¿todo está bien? Sonabas rara en el mensaje.- se acercó para besarme, y me encargué de disfrutarlo como si fuera el primero, porque estoy segura de que va a ser el último.

-S-sí, sí. Pasa, siéntate.

-Me estás asustando. ¿Estás bien tú?

-Charles, sabes que te aprecio muchísimo, ¿no? Y que lo que siento por ti no va a cambiar nunca.

Frunció el ceño, viéndose de verdad confundido. Y me rompe tener que hacerle esto, porque si hay alguien que no se lo merece, es Charles Leclerc.

-No entiendo, estás... ¿estás terminando conmigo?

-¡No! De hecho es lo que menos quiero hacer, pero...

Y en ese momento, tocaron nuevamente a la puerta. 4 golpes imitando una melodía. Ese es Carlos. Siempre es Carlos.

Le di un casto beso en los labios antes de dirigirme a la puerta, solo para encontrarme al español esperando por mí con una sonrisa.

-Hey, recibí tu mensaje.- no esperó mi invitación para pasar a mi cuarto.

-Carlos, ¿qué...? ¿Qué haces aquí?

-Yo podría preguntarte lo mismo, ¿te importaría dejarnos solos?

Oh no.

-¿Solos? ¿Por qué habría de dejarlos solos a ustedes dos?

Oh mierda. Mierda. Mierda. Mierda.

16 • 55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora