One Last Time (18)🏎

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Siempre se habían comportado como caballeros conmigo. En todos lados menos en la habitación, por supuesto, pero estos últimos días han estado particularmente encantadores en todos los aspectos.

La última carrera fue agridulce por más de un motivo. Con Charles en podio y Carlos prácticamente rezagado por una estrategia de mierda, y porque era el comienzo de las vacaciones de invierno, pero el fin para nosotros.

Yo no tengo prisa por regresar o algo así, mis clases inician en un par de meses todavía, así que decidimos pasar todo el tiempo posible juntos. Y yo sabía que era lo mejor: aprovechar cada minuto de los siguientes 90 días en compañía de estos chicos que tanto me han dado, pero al mismo tiempo no puedo evitar pensar en la otra opción, aquella que ni siquiera se detuvieron a considerar: pudimos terminar todo en ese momento, y tener esos tres meses para construir nuestra nueva normalidad.

Sé que para muchos es estúpido porque es como saber que vas a morir y simplemente quedarte sentado a esperar en lugar de salir a hacer todo lo que siempre quisiste, pero no tenía muchas ganas de regresar a clases sintiéndome terriblemente deprimida por extrañarlos tanto.

De todas formas, sé que fue lo correcto por hacer.

Entonces planearon una especie de luna de miel en gira por todos los destinos que se nos pudieron ocurrir. "Queremos llevarte a los lugares que tú quieras porque te lo mereces", habían dicho luego de que me vieran preocupada por levantar sospechas al viajar coincidentemente los tres al mismo lugar, en la misma fecha, los mismos días. Pero si hay algo que he aprendido al estar con ellos, es que saben bien cómo esconderse cuando no quieren ser vistos, así que decidí relajarme y dejar que ellos tomaran el control de todo.

Dolomitas fue el último destino para nuestro viaje. Un lugar congelado pero con muchísimas cosas por hacer estaba esperando por nosotros al aterrizar. Los chicos habían rentado una cabaña en la cima de una montaña donde pasaríamos todo un fin de semana juntos. Nuestro último fin de semana.

Es un lugar acogedor en todos los aspectos. Con una chimenea en la sala de estar y otra más en el dormitorio. Desde que vi esa última, la idea de hacerlo frente a ella se asentó en mi mente, prometiéndome a mí misma conseguirlo.

En cada cuarto hay infinidad de cojines y cobijas para pasar un rato agradable, y la vista desde cualquier ventana por la que se te ocurría mirar esa un regalo de la vida. Además de todo, el refrigerador y las alacenas están completamente llenos, así que no tendríamos que preocuparnos por salir a comprar algo. Todo es perfecto, realmente se habían esmerado con la planeación.

Así que no perdimos el tiempo para aprovechar cada hora, entonces decidimos ir a esquiar un rato. Ellos lo habían decidido, porque yo soy pésima en eso, y sé que solo los retrasaría, pero de igual forma insistieron en ir los tres.

Yo soy feliz simplemente estando en la nieve con ellos. Podemos pasar el día sentados tomando chocolate caliente y eso sería más que suficiente para mí.

Estando en la recepción noto que hay varias personas que entran y salen con toda la calma del mundo. Son huéspedes también. Pero también me percato de que ninguno de mis novios parece inmutarse por el hecho de que cualquier persona puede reconocerlos. Y eso me pone nerviosa, cada vez que alguien saca su celular siento que están a punto de fotografiarlos.

— Relájate, es una zona privada. Solo vienen personas como nosotros. — dice Carlos al comprender el porqué había estado tan tensa este rato.

— "¿Como nosotros?" — pregunto entre risas mientras dejo que Charles abroche mi casco para esquiar.

Tal vez no debería, pero me excita muchísimo que ellos hagan este tipo de cosas por mí: cosas que perfectamente puedo hacer yo misma, porque lo saben, simplemente quieren hacerlo ellos.

16 • 55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora