Capítulo 10
La feria del encantoLa parte trasera del edificio "Inferno" parecía como si estuvieras entrando a otra dimensión. Con cada paso que dabas, el flujo de aire cambiaba y el ambiente se volvía terrorífico. El aura que emanaba de aquel lugar era indescriptible.
Al adentrarse más en ese extraño rincón, era evidente que algo siniestro estaba sucediendo. Había personas encerradas dentro de jaulas, como si fueran animales, o atadas con cadenas. El miedo se apoderaba de ellas y se veían agotadas y demacradas. Paseos funestos, llenos de oscuridad, se alzaban por todo el lugar.
A lo largo del recinto se encontraban varios puestos de venta, pero no eran como los típicos mercados. Aquí, se vendían cosas extrañas e inquietantes. Había amuletos, libros prohibidos y artefactos que parecían haber salido de pesadillas. Aquella "feria" era una amalgama de rarezas que desafiaban la lógica.
En medio de aquel aterrador panorama, se vislumbraba una enorme rueda de la fortuna que parecía estar abandonada. Su estructura oxidada y enmohecida daba la impresión de que había estado allí durante siglos. En lugar de ser un símbolo de alegría y diversión, transmitía un escalofriante aura de desolación.
El lugar estaba lleno de personas. Algunas caminaban con una actitud extraña, comportándose de manera errática y perturbadora. Otros participaban en juegos macabros que desafiaban la moralidad misma. Hombres jugaban a atrapar manzanas, pero en lugar de frutas, utilizaban corazones humanos. Era algo grotesco y siniestro.
La castaña, con una pizca de curiosidad y miedo en sus ojos, observaba atónita todo lo que sucedía a su alrededor. No podía apartar la mirada de aquel caos infernal. El temor se apoderaba de ella, mientras cada uno de sus sentidos se veía envuelto en lo inexplicable.
—¿Qué es este lugar?— preguntó la castaña con una mirada de confusión.
El pelinegro, con una risilla pícara y un tono relajado, respondió: — Secuestramos a unas personas está mañana para que Liam las venda. Este lugar es como una tienda.
La castaña la miro con incredulidad y preguntó:—¿Para que las compran?
— Puppet, eres muy ingenua. Ven—dijo el pelinegro.
El pelinegro la tomó del brazo y la llevo hasta un puesto de ventas en ese extraño lugar. Había un espacio lleno de extraños muñecos, aparentemente hechos de partes humanas. La atmósfera era inquietante y llena de misterio. Fue entonces cuando se toparon con Sebastián y Dylan.
Era un pequeño lugar atendido por una mujer pequeña a la cual le faltaba uno de sus ojos, la cuenca en la cual debía llevarlo tenía una canica en su lugar, era repugnante. La mujer tampoco tenía una actitud amigable.
Sebastian señaló uno de los muñecos y dijo— Oye, Aamon, este animal de peluche se parece a ti—. El pequeño juguete tenía sus ojos desorbitados y una sonrisa perturbadora.
—Y este es idéntico a ti—dijo el pelinegro, agarrando un pequeño peluche de un gatito disecado—. Di miau— ríe burlón.
—No le encuentro ningún parecido conmigo. En cambio este es idéntico a ti.
Esos animalitos de “peluche” eran una mezcla extraña de cute y creepy. Algunos estaban manchados de sangre y a otros les faltaban partes del cuerpo. Pero lo que más llamaba la atención eran esos ojos peculiares que parecían ser de verdad. Daba escalofríos sentir que te estaban mirando. Podías sentir que su mirada te seguía.
—¿Te gustaría tener uno, puppet?— preguntó Aamon.
La castaña observó nuevamente los muñecos, sus miradas eran realmente inquietantes. Sin embargo, no se pudo resistir a aceptar la oferta de Aamon.
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Aamon Walton -Editando ©
عاطفيةLeah Luv se enfrentará a la dura realidad cuando se tope con las afiladas garras de la oscuridad. Ni un ángel, ni un demonio, solo un humano "común", Aamon Walton, será su perdición y a la vez su salvación. Un amor desenfrenado, obsesivo y posesivo...