Untouchable

134 57 34
                                    

Capítulo 25
Untouchable

El tiempo de pruebas se encontraba apunto de finalizar, solo quedaba la última prueba: “sobrevivir”. Liam había llevado a Aamon para que el mismo presenciara el cambio que Leah había experimentado durante su periodo de prueba.

Leah ya no se parecía en nada a la chica indefensa que llegó a ese lugar por primera vez. Porque como dicen, las cosas cambian. Durante su estancia allí, había desarrollado una “amistad” muy cercana con Jae. Él la entreno para cada una de sus pruebas e incluso cumplió con lo prometido hasta ahora, evitando que muriera.

La prueba final sería la desiciva, era la vida de alguien más por la tuya. Era sobrevivir. Una pelea sin reglas, ni ninguna prohibición. Todos contra todos, solo los más fuertes sobrevivirian.

Aamon no quería que Leah participará en  esta prueba ya que podría morir. Pero la castaña decidió hacerlo. No se rendiría después de llegar tan lejos.

— Ahí tienes a Leah— dijo Liam, señalando a la castaña que se encontraba practicando boxeo con Jae.

La castaña no solo se sentía diferente sino que también se veía diferente. Su cabello ahora era mucho más corto que antes, ni siquiera le llegaba hasta su nuca. No sólo era un cambio físico, si no también mental, su actitud ya no era la misma.

—¿Qué le sucedió?¿Por qué se ve así ?— preguntó el pelinegro observando a la castaña.

Sin mirarlo, Liam le respondió: — Lo que tenía que suceder. Ahora ve con ella antes de la última prueba— dijo— Quizás no sobreviva.

El pelinegro, un tanto desorientado, caminó hasta donde se encontraba la castaña. Apenas lo vio, Leah dejó de hacer lo que hacía y dirigió su vista hacia él.

— Leah— musitó el pelinegro.

La castaña mostró una gran sonrisa y se acercó a Aamon para abrazarlo. Lo abrazo durante unos segundos, pero luego se separó abruptamente y le dio un puñetazo en la cara, haciéndolo caer.

Desde el suelo, el pelinegro la miró desconcertado. Leah se acercó a él y se subió encima, agarrándolo por el cuello de la chaqueta.

—¿Por qué demonios tardaste tanto en venir?— preguntó la castaña, sacudiéndolo —. No sabes por todo lo que pasé cuando no estabas— añadió, soltando algunas lágrimas.

El pelinegro mostró una sonrisa y se incorporó sentándose en el piso. Con el dorso de sus manos, secó las lágrimas de Leah y la abrazó.

— Perdón por dejarte sola— le susurró el pelinegro—. Prometo no volver a hacerlo.

Leah se separó unos centímetros y  sus labios se encontraron con los suyos. El beso duró unos segundos, hasta que fueron interrumpidos por la voz de Jae.

— Hola— dijo Jae, rascándose la nuca.

Leah y Aamon se levantaron del piso y la castaña los presento el uno al otro.

— Aamon, él es Jae, me estuvo cuidando todo este tiempo— dijo Leah sonriendo—. Jae, este es Aamon.

“ Un gusto” , pronunciaron ambos.

La tensión en el aire crecía. Por un lado, Aamon tenía la percepción de que Leah podía elegir a Jae en su lugar, mientras que Jae sentía que no podría conseguir lo que quería.

— Leah, será mejor que me vaya— dijo Jae.

La castaña asintió y él se marchó del lugar. Aamon la ayudó a quitarse los guantes y ambos salieron del lugar hacia la orilla del muelle. Los dos se quedaron abservando el agua del acéano, hasta que el tranquilo silencio fue interumpio por la voz de Aamon.

— No te ves como la Leah que conocía— dijo el pelinegro. Su mirada se encontraba fija en la hermosa luz de la luna que se reflejaba en el agua. Sorprendida, Leah dirigió su mirada hacia él y respondió:

— Sigo siendo esa Leah, solo que ahora más fuerte que antes— respondió la castaña—. No importa mi apariencia, siempre seguiré siendo Leah, tu Leah.

Aamon giró su cuerpo y se colocó frente a ella, acariciando su cabello y su mejilla. Ella era Leah, pero no era la misma que el había conocido, ni siquiera su apariencia era similar. Algo había cambiado. Sin embargo, aunque no fuera la misma, aún tenía la voz de la original.

— Puedes tener sus ojos y su voz, pero ya no eres la misma— repitió el pelinegro—. Pero, aunque no lo seas, sigues siendo mi Leah— añadió, mostrando una sonrisa.

Algunas lágrimas brotaron de los ojos de Leah, y recorriendo sus mejillas. Aamon se acercó más a ella y la abrazó con fuerza.

Quizás ya no se veía igual, pero seguía siendo Leah.

[…]

Todo se encontraba listo para la última prueba. Todos los participantes se encontraban dentro de una especie de jaula gigante. La jaula se encontraba rodeada de alambre de púas.

Un montón de personas estaban en el lugar para presenciar la prueba. Liam y Aamon estaban sentados en la jaula.

Por un segundo, la mirada de Aamon se encontró con la de la castaña, la cual le dedicó una leva sonrisa.

Todos los novatos tenían un arma blanca diferente. Leah, había elegido una pequeña navaja, la cual sabía manipular con facilidad entre sus manos. Con una de sus manos, Liam dio la señal para que iniciará la prueba.

Seria una pelea sin ninguna regla. Un límite de tiempo. Solo los más fuertes sobrevivirian. La pelea se inició y todos dentro de la jaula empezaron a golpearse sin ninguna compasión. Las personas del otro lado gritaban entusiasmadas, esperando ver el correr de la sangre.

Todo parecían animales salvajes, desesperados por escapar. Algunos cuerpos ya se encontraban tendidos sobre el suelo. Jae y Leah peleaban casi al mismo tiempo.

Aamon y Liam presenciaban atentamente la pelea, cada uno con expresiones diferentes. Por su parte,  Aamon rogaba en su interior para que Leah sobreviviera, mientras Liam solo esperaba que ganará el más fuerte.

En medio de la pelea, uno de los hombres hirió a Leah en la cara, justo encima de su ojo derecho, con un cuchillo afilado. La sangre empezó a brotar, cubriendo su rostro. Leah llevó su mano a la herida y la manchó con sangre. Por unos segundos, se quedó aturdida mirando su mano.

Del otro lado de la jaula, Aamon le gritaba que reaccionara. El bullicio y los gritos de las demás personas se escuchaban borrosos alrededor de la castaña. Hasta que un golpe impactó en su mejilla y la hizo reaccionar. El responsable del golpe intento golpearla nuevamente, pero Leah lo apuñaló en el puño con su navaja.

La pelea continuó y cada vez quedaban menos personas en pie dentro de la jaula. El tiempo estaba apunto de finalizar. Leah se encontraba débil debido a toda la sangre que había perdido. Sus golpes no eran tan fuertes como al inicio, pero si certeros.

En pie solo quedaban Leah y Jae. Por suerte, el tiempo había finalizado y no tuvieron que pelear entre ellos. Jae miró a la castaña y le dedicó una sonrisa. Los ojos de Leah empezaron a cerrarse y en menos de un segundo se encontraba en el suelo.

Jae se acercó rápidamente a socorrer a la castaña. Aamon también ingresó a la jaula.

— Todavía respira— dijo Jae.

El pelinegro la tomó en sus brazos y la sacó del lugar. Las pruebas habían terminado. Solo dos sobrevivientes quedaron, ahora eran recolectores de inferno. A Leah, convertirse en alguien nueva le costó dolor y sangre, y las cicatrices que quedaron sobre su piel estarían para recordárselo.

Bienvenida, nueva Leah Luv.

🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️🌪️

Uy, ¿qué les parece esta nueva faceta de Leah?

Besossss ❤️

Aamon Walton -Editando ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora