Capítulo 30
Angels like you can't fly down hell
with me.El departamento de Ana seguía siendo tan escalofriante como acogedor. La alfombra felpuda de color rosa seguía dando la bienvenida a todo aquel que la visitaba.
Ana era una amante de la pintura y la taxidermia, dos pasiones que la mantenían con “vida”. El poder crear con sus manos la ayudaba a no caer más profundo en el abismo llamado vida donde se encontraba.
La taxidermia le había proporcionado el poder de mantener con vida aquello que carecía de ella. Sin embargo, ella no practicaba la taxidermia común y corriente, sino que la aplicaba a seres humanos. Le daba placer observar las expresiones grabadas en los rostros de las personas que disecaba.
En inferno, le resultaba fácil conseguir cuerpos con los que trabajar. Ana podia moldearlos de cualquier forma que deseara.
En la pintura podía plasmar la esencia y el alma de lo que pintaba. No pintaba como las cosas se veían, sino como ella los veía. Su nueva obra sería el alma de Leah. El lugar donde Ana llevaba a cabo su pasión era una especie de santuario iluminado por luces de color rojo. Algunos cuerpos disecados adornaban el extraño lugar.
Ana tenía la extraña costumbre de pintar en ropa interior, lo curioso es que siempre era la misma, de color rojo pasión. Le encantaba sentir sobre su piel la pintura con la que accidentalmente se manchaba. El color que más le gustaba usar para sus retratos era el rojo, ya que se asemejaba al color de la sangre.
El “santuario” de Ana estaba inundado casi completamente de silencio, excepto por una tétrica canción que sonaba de fondo.
🎶🎶
Si no corres, el monstruo te atrapará
Y con tu carné se alimentara
Tú sangre el suelo de rojo pintara
Escucha la advertencia.Puedes oírlo tocar tu puerta
Escucha la advertencia.🎶🎶
Con tu rostro, una máscara hará
Tú identidad él suplentara
No sabrás si es falso o real
Escucha la advertencia.Lagos de sangre rebosarán
Partes humanas se ven flotal
Si no corres….La extraña música se detuvo abruptamente al abrirse la puerta, dejando pasar la luz del pasillo al interior del “santuario”. La brillante luz que entraba desde afuera dañaba el aura del lugar. Al ver la luz, Ana cubrió sus ojos con una de sus manos e hizo señas a Leah para que cerrara la puerta.
Leah ingresó al interior del lugar, chocando con uno de los cuerpos disecados que Ana tenía allí. El cuerpo disecado cayó al suelo y perdió una de sus extremidades, el brazo derecho. Rápidamente, Leah lo levantó e intento poner el brazo en su lugar, sin lograrlo, todo mientras Ana la observaba. Leah arrojó el brazo a yva esquina y sonrió, a lo cual Ana negó con la cabeza.
— Ana, ya estoy aquí ¿para qué querías verme?— preguntó Leah, intentando evitar que el cuerpo disecado cayera al suelo.
— Desnúdate— le dijo Ana, en tono burlón.
—¿Qué? Por lo menos invitame a cenar primero— dijo Leah, riéndose. Se acercó a Ana con una sonrisa en su rostro.
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Aamon Walton -Editando ©
RomanceLeah Luv se enfrentará a la dura realidad cuando se tope con las afiladas garras de la oscuridad. Ni un ángel, ni un demonio, solo un humano "común", Aamon Walton, será su perdición y a la vez su salvación. Un amor desenfrenado, obsesivo y posesivo...