Tormenta de recuerdos

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Capítulo 19
Tormenta de recuerdos

-Pasado.

La mano del hombre viajo en el aire y aterrizó en la mejilla de un niño pequeño. Los ojos del niño estaban rojos y algunas lágrimas recorrían sus mejillas, mojando su pequeño rostro.

- Le dije a tu madre que no te tuviera- dijo el hombre, golpeando al niño una vez más-. Eres un desperdicio de oxígeno. Tu madre tiene que trabajar horas extras por tu culpa.

El pequeño levantó su mirada y con sus hermosos ojos grises, los cuales nadaban en un mar de lágrimas, miro a los ojos de su padre que ardían en ira. -Perdón- musitó el pequeño apenas audible.

-¡Deja de pedir perdón, maldita carga!- dijo el hombre lanzándole un puñetazo al pequeño, el cual lo esquivó-. Disculparte no me devolverá el dinero que he invertido en ti. ¡Te odio, maldita carga!

El pequeño se levantó del suelo y camino hacia su padre y sostuvo una de sus manos. Con una sonrisa en los labios, pronunció: - Sé que me odias papá, y mamá también me odia, pero no importa, mi amor es suficiente para los tres-. El rostro del pequeño mostraba una sonrisa un tanto perturbadora.

El hombre retiró bruscamente la mano del pequeño, causando que el niño callera fuertemente al piso sobre unos vidrios rostros que habían en el suelo. El pequeño ni siquiera emitió sonido y se levantó del piso, su ropa estaba manchada de sangre. El hombre solo lo observaba.

- Aún no te odio, papá- pronunció el pequeño, secando sus lágrimas con el dorso de su mano y manchando su mejilla con sangre.

-¡No me importa si me odias o no, maldito bastardo!- exclamó el hombre, haciendo que el pequeño se estremeciera-. Debí haber dado la vuelta y atropellarte aquella vez en la calle. No sé porque no te moriste esa vez. ¡¿Por qué diablos regresaste?!

El pequeño no pronunció ni una palabra y solo mostró una gran sonrisa. Las manchas de sangre crecían en su ropa, pero el pequeño parecía no sentir dolor. El hombre apreto los puños nuevamente y le dio un fuerte puñetazo al pequeño; debido al fuerte impacto el pequeño cayó al suelo golpeándose con una pequeña mesita. Como si nada, el pequeño se levantó nuevamente sin quitar la sonrisa de sus labios.

-¡¿Por qué sonríes, maldito niño?! ¡Deja de sonreír, maldito bastardo!- exclamó el hombre sin dejar de golpearlo. El pequeño, apesar de los golpes, seguía con su sonrisa.

El rostro del pequeño estaban llenos de magulladuras y la sangre lo pintaba de rojo, pero a pesar del dolor, el pequeño no dejaba de sonreír, esto hacia que la ira del hombre aumentará a cada segundo. Por un momento, el hombre se detuvo, mirando fijamente la extraña expresión del pequeño. Ya no tenía lágrimas en sus ojos, ya no podía llorar.

-¿Por qué no lloras? ¿No te duele?- preguntó el hombre sin dejar de verlo.

-¿Me amarias si lo hiciera, papá?

-¡No me llames papá! ¡No tienes una puta idea de cuanto te aborrezco! ¡Odio cada partícula de tu ser!

El hombre intento pegarle al pequeño otra vez, sin embargo, resbaló con la sangre del niño que estaba esparcida por el piso. El estruendo de la caída fue tan fuerte que pareció un disparo. El hombre quedó inmóvil sobre el piso, pero sus ojos se encontraban abiertos.

Con miedo, el pequeño se le acercó e intento despertarlo.

-¡Papá! ¡Papá, despierta!- grito el pequeño con lágrimas en sus ojos-. No mueras, papá, puedes golpearme si quieres, pero no te mueras por favor. No te llamaré papá y me iré de casa, no te molestaré más, pero por favor, no mueras.

El pequeño estuvo durante horas al lado de su padre, el cual no despertaba, pero aún respiraba a pesar de todo. El pequeño se espanto debido a un sonido en la puerta, era su madre. La mujer de espanto por la escena frente a ella. Su hijo se encontraba lleno de sangre y su esposo yacía tendido en el piso.

La mujer arrojó sus cosas y fue con corriendo hacia donde estaban ellos. Le dedicó una mirada llenada de odio y desprecio al pequeño y lo empujó para acercarse a su esposo.

-¿Qué demonios hiciste, Aamon?

El pequeño se acercó a ella una vez más para intentar abrazarla, pero la mujer volvió a empujarlo: - Mamá, yo no lo hice. Él se resbaló y ya no despertó.

- Esto es culpa tuya, si no hubieras nacido, esto no habría pasado hoy. ¿Por qué demonios tenías que nacer?

- Mamá, lo siento, yo no quería.- el pequeño intento acercarse nuevamente a pesar del rechazó de su madre.

-¡Fuera de aquí! ¿No crees que ya has causado demasiado daño? ¿Qué más quieres hacer? Ya destruiste a esta familia. ¡Lárgate!-dijo la mujer mientras lo empujaba-. ¡Lárgate, Aamon! ¡Lárgate! O te juro que te mataré. Esta vez si lo haré, lo juro.

- Mamá

-¡Qué te larges, maldita sea!

[...]

El pequeño camino durante horas por toda la ciudad. En un momento, por no mirar bien antes de cruzar la carretera, fue casi atropellado. Por suerte, reaccionó a tiempo y logró cruzar al otro lado, encontrándose con la entrada a un callejón.

El pequeño se adentro en el oscuro lugar, su pequeño cuerpecito temblaba por el inmenso frío que hacía en la noche. Después de mucho caminar, encontró una especie de túnel y, al llegar al final, se topó con una multitud que gritaba con euforia.

En medio de la multitud, el pequeño chocó contra una persona.

- Perdón- pronunció el pequeño.

El sujeto se inclinó para examinarlo y con una voz serena le preguntó: - ¿Cómo llegaste aquí, pequeño?

-No lo sé.

-¿Y tus padres, dónde están?

- No tengo padres, murieron.

El hombre mostró una sonrisa lobuna y un brillo de picardía se reflejó en sus ojos.

-¿Tienes a dónde ir, pequeño?

-No.

-¿Cuál es tu nombre?

- Aamon Walton.

- Bienvenido a inferno, Aamon. Desde hoy, está será tu familia

El hombre sonrió, dirigiendo su vista al frente para admirar a la enorme multitud que yacía ante sus ojos. El pequeño observó también el lugar, expectante ante lo que veía. Pero ahora es un nuevo comienzo para él.

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Ahora podemos entender un poco más la vida de Aamon.

Cuéntenme,¿qué les pareció este capítulo?

¿Creen que Liam salvo la vida del pequeño Aamon?

No olviden dejar su voto me ayuda a seguir escribiendo. Besossss ❤️



Aamon Walton -Editando ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora