Aamon Walton -Editando ©

El aro de la muerte

Capitulo 15
El aro de la muerte.

El despacho de Liam, un lugar tan enorme como escalofriante. La iluminación era tenue, dando lugar a sombras misteriosas que danzaban por las esquinas. Un olor embriagador a ron inundaba el lugar, mezclado con otro aroma que resultaba difícil definir. Las cabezas disecadas de diversos animales decoraban las paredes, tributo a las expediciones salvajes del jefe.

Sin embargo, había una pared en particular que llamaba poderosamente la atención. En ella, se encontraban varias fotografías de personas, todas conectadas entre sí por un enigmático hilo rojo que las unía.

La atmósfera del lugar estaba cargada de tensión, alimentada por una acalorada discusión entre Liam y Lucas. El moreno no se rendía en su intento de llevarse a Leah consigo.

— Teníamos un trato, Gallagher— dijo Lucas—. Cuando descubri que eras el dueño de “inferno”, acordamos que no diría nada si me devolvias a Leah.

— Soy un hombre de palabra— respondió Liam con una sonrisa—. Pero, lamentablemente, la chica está en manos de alguien con quien no se puede lidiar fácilmente. Aamon nunca dejará ir algo que ha reclamado como suyo.
   
—¿Tú también le tienes miedo a Aamon? ¿Por qué todos le temen a ese tipo? Deberías simplemente enviar un grupo de asesino para acabar con él.

Liam sonrió armargamente— No sabes nada de este negocio. Aamon me saca de quicio, sin embargo, es el único que me hace ganar mucho dinero. No te imaginas lo que un simple hombre como él me hace ganar en una semana.

Dirigió su mirada hacia la enorme pared que se encontraba frente a él,  donde se encontraban todas las personas importantes que habían sido secuestradas por Aamon. Estaba orgulloso de lo que sus ojos presenciaban.

—Es impresionante, ¿no crees?—. comentó con un tono de satisfacción—.Estas personas son las fichas clave en el juego que Aamon ha creado. Cada uno de ellos tiene un valor incalculable en el mercado negro. Solo con su cautiverio garantizamos grandes sumas de dinero.

Liam se tomó un momento para apreciar el poder que tenía en sus manos. —Aamon es astuto, no puedo negar eso. Aunque me molesta su arrogancia, debo admitir que es gracias a él que he logrado acumular una fortuna en poco tiempo. Estoy en deuda con él, de cierta manera.

Se acercó a la pared y tocó la foto de una de las personas secuestradas. —Este hombre, por ejemplo, es un empresario muy influyente. Su liberación podría costar millones. Y yo, con solo una llamada, puedo hacer que ese precio se triplique. Es una locura, pero así es como funciona este mundo oscuro en el que nos movemos.

La expresión de Liam se tornó más seria. —Pero no te equivoques, no estoy aquí por el dinero solamente. La adrenalina que siento al estar involucrado en este tipo de negocio es adictiva. Cada movimiento estratégico, cada negociación, es como estar jugando una partida de ajedrez donde el premio es el control absoluto.

Liam se alejó de la pared y se volvió hacia Lucas. — Así que, aunque Aamon me saque de quicio, no puedo negar que es el único capaz de hacerme ganar tanto dinero. Estoy atrapado en esta red y no sé si quiero salir de ella.

—No puedo creer que seas el responsable de todas esas desapariciones— dice Lucas observando la pared también—. Pensé que eras una persona amable, eras mi ejemplo a seguir…eres jefe de policía.

—De eso se trata el juego Lucas, es una simple máscara…las personas deben verte como alguien con el  cual puedan sentirse seguros, pero por dentro ser un hijo de puta— respondió Liam, con una sonrisa retorcida en su rostro—. De esa manera conseguí a mi querida Ana, hice que la secuestraran a sus quince años.