𝟏𝟒

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༘ 𑁤❝ 𝑯𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒎𝒊┆˚ღ

-¿Qué hiciste hoy en tu cita con Yūta?-preguntó, susurrándole al oído mientras se encontraba sobre Megumi, acariciándolo y dejando suaves mordiscos en su cuello, presionando su entrepierna contra el Omega.

-G-g-gojō...-se estremeció.
-No es lo que piensas, solo ayudé a Yūta.

-¿En qué lo ayudaste?-replicó, regresando a ejercer presión sobre su miembro ya erecto.

-Aa-ah, permíteme hablar... Él está enamorado de Maki, y yo le ayudé a que se lo expresara-articuló con dificultad.

-Debiste decirme esto antes, ahora ya estoy muy entusiasmado. Megumi, déjame tocarte, ¿qué dices?-su deseo era tan intenso que sentía que podía desbordarse, anhelando el cuerpo del Omega.

-Pero... ¿ya me estás tocando, verdad?-lo miró a los ojos, intentando contener sus feromonas que estaban desbordadas, mientras los labios de Gojō acariciaban su cuello y sus suaves mordiscos no ayudaban, al igual que sus manos aferradas en la espalda del albino.

-No, me refiero a tener relaciones sexuales.

-¡N-no!-negó rápidamente.
-Además, yo soy...

-¿Eres virgen? ¡Lo sospechaba, Megumi! Eso lo hace aún más tentador. ¿Puedo hacerlo?-susurró con una voz sugestiva, provocando una extraña sensación en los tímpanos del más joven, que se sintió atrapado por su tono envolvente.

Megumi se sonrojó, incapaz de confesar su falta de experiencia, especialmente en comparación con el alfa, un hombre consumado. Temió que pudiera reírse por conservar su pureza, pero la reacción fue sorprendentemente distinta.

-Permíteme el honor de ser el primero-expresó, como si estuviera solicitando la mano en matrimonio.

-Sin embargo, Gojō.

-Prometo respetar tus deseos si me pides que me detenga, seré muy cuidadoso-afirmó antes de depositar un suave beso en su sien.

-Que no duela-concedió que continuara.

-¡Excelente!-exclamó emocionado, quitándose la camiseta y los pantalones, dejando al descubierto su cuerpo tonificado, con abdominales definidos y un slip a juego.
-¡Te prometo que no dolerá! Primero te prepararé -le dio un tierno beso en la mejilla.

Totalmente alegre, su mente se llenó de mil pensamientos en un instante.

-¿Preparar qué? -preguntó con inocencia, sin saber lo que implicaba el proceso previo a ser tomado.

-Solo déjate llevar, yo me encargo-dijo, mientras liberaba sus feromonas. Bajando una de sus manos y separando las piernas del pelinegro, introdujo un dedo en la pequeña y todavía virgen entrada de Megumi.
-Megumi... mi Megumi-exclamó, relamiéndose los labios.

-¿Qué estás haciendo? ¿Por qué con los dedos?-podía sentir cómo su alfa movía el dedo en su interior, provocando que comenzara a liberar sus feromonas.

-Tienes un aroma exquisito, realmente digno de ti-se mordió los labios, excitado por las feromonas. Adora ese aroma; es como el chocolate, su fragancia favorita en su persona favorita. Todo resulta perfecto.

-Duele, no me gusta.

-Resiste un poco más, ¿sí?-dijo, dejando un beso en la mejilla mientras introducía el segundo dedo.

-¡Me duele, Gojō! No me gusta-repitió, moviendo su cintura al compás de los movimientos de los dedos.

Gojō mueve los dedos, observando cómo el lubricante de Omega se desliza por las piernas. Fascinado por la oportunidad que se le presenta, siendo el primero en tocar esa parte sagrada, un privilegio reservado para el Alfa que merece ser testigo de tan íntima escena... un regalo que le ha sido otorgado sin haberlo solicitado, sin haberlo imaginado meses atrás.

⋆𝘏𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘮𝘪 ⑅ 𝑮𝒐𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora