⋆𝘏𝘦𝘤𝘩𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘮𝘪 ⑅ 𝑮𝒐𝑭𝒖𝒔𝒉𝒊

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༘ 𑁤❝ 𝑯𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒎𝒊┆˚ღ

Un día habitual en la vida de Satoru Gojō, un Alfa millonario, y Megumi Fushiguro, cuya identidad de género es indefinida por el momento. Ambos se despiertan a las 6:45 a.m.

Gojō, un Alfa sobresaliente en todos los aspectos, es naturalmente atractivo, pero también muestra un carácter egocéntrico. Aquellos que lo rodean son conscientes de la estrecha relación que tiene con su protegido, a quien protegería a toda costa. Megumi es la única persona capaz de apaciguarlo en momentos de furia y es quien revela su lado más infantil.

Megumi es un joven sereno, carente de malicia en su corazón. Se destaca como un estudiante ejemplar y un compañero leal, dispuesto a soportar los arrebatos del albino, sus celos y sus singulares muestras de afecto.

Así se configura un dúo peculiar, resultado de las circunstancias que los han unido.

El albino acompañará a Megumi a sus clases, ya que se encuentra en su último año de estudios en el instituto preuniversitario, donde tiene horarios irregulares.

Su rutina diaria consiste en levantarse temprano. Se alternan en la preparación del desayuno y, durante los fines de semana, suelen ir al cine o visitar algún lugar que les brinde entretenimiento a ambos.

－¡Buenos días, Megumi! ¿Qué te gustaría desayunar?－ preguntó Satoru, recién levantado, vistiendo su pijama y con el cabello desordenado. Se acercó a Megumi y lo abrazó por detrás, como era habitual en él.

Gojō solía mostrar comportamientos algo infantiles con Megumi, abrazándolo sin necesidad de algún motivo. Su actitud era reminiscentes de un niño.

－Solo leche con cereales y agua con jengibre, no tengo hambre－ respondió Megumi mientras se frotaba los ojos, aún sintiendo el cálido abrazo del mayor.

－Megumi, siempre con el jengibre. ¡Parece que ya estás sudando jengibre! Deberías cuidar más tu alimentación－Al girarse para mirarlo a los ojos, siente la necesidad de ofrecerle un consejo sobre su dieta. Sin embargo, decide abrazarlo nuevamente y le huele el cabello. La sorpresa la deja atónita.

－Gojō, me estás apretando demasiado－se quejó el.

－Hueles a chocolate ¿o será solo mi nariz? Seguro que eres un Alfa －le sonríe con complicidad.
－¿Aún no has realizado tu revisión? Si no has ido todavía, después de clases te llevaré.

－Por supuesto. Deja de acercarte tanto, es un poco incómodo, y ya no soy un niño. ¡Es momento de madurar!－suspiró, aunque al final siempre cedía ante la actitud infantil del alfa.

Veinte minutos después, salieron del departamento y se dirigieron al auto. Gojō lo llevó hasta la institución, como siempre, dejándolo en la entrada y asegurándose de que ingresara con seguridad.

－¡Hola, Noritoshi!－saludó Megumi al ver a su compañero alfa, acercándose con familiaridad.

－¡Hola, Fushiguro! ¿No tuviste la oportunidad de leer el mensaje que te envié anoche? Estuve esperando ansiosamente tu respuesta, pero no obtuve ninguna. Empecé a preocuparme, pensando que pude haber hecho algo que te molestara－ Rápidamente, se acercó a Megumi y lo miró con atención.

－Hmm－interrumpió el albino, algo molesto porque no habían reconocido su presencia.

－Hola, Satoru. Necesito llevarme a Fushiguro, ya que tengo que hablar con él sobre un asunto importante－mencionó el alfa de cabello negro, haciendo una señal a Megumi para que lo siguiera.