Capitulo 28

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Las horas avanzaron y los acontecimientos transcurrieron. Mi novia y yo habíamos colgado más contentos que nunca. Ella me había pedido que le pusiera al tanto de todo y así lo hice, además me pidió ayuda para rescatar a un familiar que se había quedado atorado en el centro del país. Le dije que inmediatamente lo haría.

La sorpresa mayor para mí fue cuando me dijo que no se había ido, que pese a todo los inconvenientes ella había decidido quedarse y que deseaba verme. Al conocer la situación actual del país yo accedí pues sabía que no correría ningún peligro si llegaba a mi lado.

El viaje tardaría por lo menos mediodía así que tenía tiempo suficiente para solucionar mis pendientes, entre ellos recibirá Miriam.

En este caso ya tenía un plan, necesitaba que ella buscara el maletín y me lo entregara.

Mis hombres necesitan regresar y solo dejaría un par de incógnitos que la siguieran para entregármela a salvo.

Aquellos dos hombres "Z" e "Y" estaban totalmente preparados para el espionaje, había sido su capacitación de por vida. Ahora solo necesitaba convencer a Miriam de que ella lo buscara y me lo trajera.

En ese día me sentía particularmente motivado, no sabía cómo pero tenía la certeza de que lograría que ella lo hiciera.

A todo esto se unió la moral alta que tenía, quizá por ello tenía aquella mentalidad, me contagiaron en el ánimo.

El secretario estaba organizando todo para irnos de ahí, me había dado un lapso de 3 horas, tiempo en el cual viajariamos al centro del estado. Ahí me reuniría con miembros del gobierno, el partido y por supuesto con mi novia. Todo esto para dar continuidad a la situación que el país presentaba.

Después iríamos a la capital a dar el mensaje de victoria y a presentar a los vencidos líderes. Esperaba que para entonces, Miriam ya hubiera encontrado el maletín.

La misión fue bastante buena, hacia unos minutos me habían confirmado que habían logrado llegar al punto que Omar les indicó, y que ya la tenían con ellos.

Ahora solo tenían que trasladarla hasta donde yo me encontraba.

Mientras eso sucedía, me dediqué a relajarme. Por fin pude hacerlo. Bebí una copa de whisky mientras contemplaba el paisaje. Era muy tranquilo, la naturaleza en particular me ayudaba a pensar mejor las cosas. Tal vez había estado acostumbrado a muchos edificios y ciudades que perdí aquella conexión. Fue muy placentero poder estar en ese lugar sin presiones, aunque las preocupaciones no desaparecieron.

Llegó el momento en que Miriam y yo nos reunimos. Vi llegar el carro que se estacionó muy cerca de donde yo estaba así que decidí caminar para encontrarme con ella.

Cuando bajó, su reacción no fue para nada lo que esperaba. Me sorprendió la brutalidad con la que me recibió. Se me lanzó con un golpe en la mejilla, una ofensa muy grande que tuvo que pasar desapercibida pues dada la situación no podía hacer más.

La miré intentando saber cuál era el motivo para que se comportará así, ella me miró con mucho odio lo cual me hizo entender que su mente ya había sido trabajada. Decidí preguntarle pero ella se comportó igual de salvaje.

Quería lanzarse a los golpes, quizá pretendía matarme, mis guardias la detuvieron y le bajaron esa intensidad. Después una frase soltó de sus labios, una que se quedó marcada en mi "Eres un asesino" me dijo con mucha irá en la frase. Ahí entendí que quizá sabía que algo había pasado entre su padre y yo y aquella muerte desafortunada.

Para mi beneficio había pensado en un plan de apoyo por si esta situación llegaba y así lo seguí.

Le dije que se estaba confundiendo, traté de razonar con ella diciéndole que venía de una situación muy difícil, con personas que probablemente la habían engañado, que no se dejara llevar por todo eso. Tenía que tantear hasta saber que la habían dicho exactamente y poder usar esos recursos a mi favor.

Conforme hablaba y su enojo se desvanecía, pude ver en ella una reacción que me pareció muy particular. Era como si yo le gustara. Dicen que nosotros los hombres no tenemos ese sentido o que no nos damos cuenta cuando atraemos a una mujer pero es totalmente falso. Si nos fijamos bien y más si aquella mujer nos interesa, podemos ver aquellas señales que nos asoman a la realidad, por ejemplo, vemos esas miradas con sentimiento, vemos como sus rostros cambian en cuanto nos ven, notamos como mueven las manos o algún otra parte de su cuerpo en ese sentido, y así podría describir mil detalles como el nerviosismo que les da cuando se encuentran enfrente nuestro.

Pude ver en ella varios de estos síntomas en la situación, lo cual me sorprendió mucho.

Hubiera dado lo que fuera porque en la preparatoria ocurriera algo así, pero nunca es demasiado tarde. Ahora yo debía de pensar cómo reaccionar ante aquello.

Acababa de tener una muy buena relación con mi novia como para arruinarlo, pero ¿Qué podía hacer? Ella estaba ahí y mi plan era enamorarla, así que debía seguirlo.

No tenía tiempo para remordimientos ni para dudas así que traté de usar ese factor.

Me volví muy caballeroso con ella, le pedí qué pasara y que descansara. Traté de hacerlo con un tono varonil pero dulce para que ella se sintiera un poco atraída y en confianza.

Al principio dudó pero después, en cuanto me mantuve firme, tuvo que acceder. Así que ambos pasamos con la intención de dialogar a solas.

Al entrar ella ya estaba mucho más calmada, tenía otro semblante y otra actitud, así que platicar con ella fue mucho más sencillo.

El diálogo se centró en su experiencia desde que llegó a la ciudad justo cuando yo la perdí creyendo que llegaría conmigo. Pude ver que no la pasó nada bien pues de inmediato sus ojos se pusieron llorosos, así que traté de evitar el tema lo más que pude.

Le saqué información respecto a que le habían dicho de mí, ella me confesó todo lo que se enteró. Tuve que tomarme el tiempo para analizar la situación así que le pedí que se fuera a descansar. Le ofrecí la habitación más cómoda que aquel recinto tenía y ella la tomó.

La acompañé hasta la parte alta para dejarla descansar ahí y pasó algo muy curioso, ella me dió un beso, uno que me sacudió emocionalmente que incluso me hizo ponerme nervioso.

Después de ese beso, ella suspiró. Noté que lo mismo estaba por ocurrirme a mí por eso me tuve que ir. No podía tomar el riesgo de caer yo enamorado ante ella, eso arruinaría no solo mis planes si no también mi vida.

Le pedí que descansara mientras yo me iba de ahí. Salí lentamente mientras la miraba a los ojos. Ella aún tenía ganas de seguir en la conversación, lo ví en sus ojos, pero también pude ver sus ganas de querer dormir así que me aparté.

La novia del presidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora