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—Tom..— Baje a Melody y la escondí detrás de mi, Tom lucia algo diferente, tenia una cola de caballo, pero no era de caballo ya que su pelo era algo corto y de color castaño, las trenzas había desaparecido por completo, parecía tener dos kilos de gel puestos en su cuero cabelludo, la barba.. eso me hizo estremecerme..

La mirada de Tom pasó de mis ojos a los de Melody, la escondi aún más detrás de mi, frunci el ceño, demostrándole enfado, para no mostrarle que me moría por correr a sus fuertes brazos.

—Al parecer formaste una familia..— Intento mostrarse tranquilo regalandole una sonrisa, al parecer se había olvidado lo bien que lo conocía para descubrir que mentía.

—Eso no te incumbe..— Melody intentaba salir de detrás mio, pero yo la ignoraba fuertemente.

—Lea yo..— Bajo su mirada a Melody, sus ojos se abrieron un poco más, parecía estar intento recordar algo. —¿Cuántos años tiene la niña..?

—Eso no te- — No me dejo terminar, se empezó a acercar a mi, seguía igual de alto, podría decir que incluso más.

—Dime la edad de la niña Lea.— Su voz ya no sonaba serena, iba a decir algo pero la voz dulce y aguda de Melody me interrumpió.

—Tengo 3 añoz señor— Hablo con dificultad, Tom lentamente me volvió a mirar, lucia preocupado, cerré los ojos deseando que todo esto fuera un sueño.

—3 años..— Lo había descubierto, estaba perdida, se acerco aún más pero volví a poner a Melody detrás de mi con algo de brusquedad.

—Ni..— Tome aire, conteniendo las lágrimas —Se te ocurra..

—Es mi hija ¿Cierto?— Me quede callada, presionando mis labios, se relamio los labios y miro con dulzura a Melody.

—Eso ya no importa— Levante a Melody rápidamente y con el carro de compras me dirigí hacia la caja registradora, para que cobraran todo y rápidamente salir de aquí.

Por suerte la chica lo hizo con velocidad, pagué y salí con rapidez, en un brazo sostenía a Melody y con el otro las bolsas.

—¡Lea porfavor!— Me detuve, pero sin pensarlo una vez más metí a Melody en el asiento copiloto y cerré la puerta, debía terminar con esto, Tom me encontraría de una forma u otra.

—¿Que?— Me cruce de brazos, me miro de arriba a abajo y se lamio el, ahora dorado, piercing de su lengua.

—Estas hermosa..— Me ruborice y mis ojos se abrieron como platos, el enfado me cubrió por completo.

—¡¿Descubres que tienes una hija y lo unico que me dices es que estoy hermosa?!— El se río, con su hermosa risa coqueta.

—Quiero que me hables de ella, como el padre tengo derecho a saber sobre mi hija, es solo ella.. ¿Cierto?— Me quede callada, Tom se dio cuenta y se sorprendió.

—Gemelos— Derrepente comenzó a toser como loco, se apoyo la mano en su pecho, libere una risa ligera.

—¿G-Gemelos?— Asentí, el se reincorporó y me miro, suspiro, como si intentará calmarse, empezó a acercarse a mi. —Lea.. quisiera..

—No

—Ni me has dejado terminar de hablar

—Por las dudas— Volvió a suspirar y en una bocanada de aire libero.

—Quisiera conocerlos, a ambos, niños— Tomo una pausa — A mis hijos..— Reí en seco.

—Debes estar bromeando..— No contesto —Después de las cosas que me has dicho y la demostración de tu poca responsabilidad, no es una buena señal Tom.— Me di vuelta para irme pero su voz me detuvo.

—Aunque no lo quieras tengo derecho sobre ellos, con unos cuantos abogados podremos arreglar esto— Me di vuelta hacia el y lo mire con enfado, apreté los puños y me quede quieta unos segundos, pensando si sería una buena idea. —Si ellos se llevan bien conmigo, podremos.. turnarnos para cuidarlos

—Bien, no te agarres mucha confianza niño, hay limites— Río y sonreí inconscientemente al ver sus hermosos dientes perfectos.

—No me digas niño, niña, si no lo recuerdas, el único de tres años mayor aquí soy yo.— Me mordí el labio inferior con rabia al saber que tenia razón y también al ver lo demandante que sonaba y que seguía siendo..

—Bien, los conocerás, con una sola condición— Espero que yo la dijera —No  quiero que los toques.

—Soy su maldito padre, mi sangre corre por sus venas, déjate de bromas Lea— No estaba acostumbrada a que me contradijeran últimamente, lo mire una última vez y saque un bolígrafo que extrañamente estaba en mi bolsillo, me acerque con cuidado y tome su muñeca, su tacto hizo erizar los pelos de mi nuca.

Todos los recuerdos se vinieron a mi mente cuando lo toque, las veces que nos abrazabamos, que nos besabamos y que teníamos sexo, algo en mi se despertó ni bien tome su muñeca, mi corazón empezó a latir con velocidad.

Rápidamente escribí mi número y lo solté instantáneamente.

—Háblame mañana en la tarde, nos encontraremos en la cafetería que esta unas cuadras atrás— Señale con mi cabeza hacia atrás, el asintió y se miro la muñeca con una sonrisa pícara, conocia muy bien esa sonrisa.

—No te hagas ilusiones Kaulitz— Lo interrumpí —Lo único que tenemos tu y yo en común ahora, son los niños.— Río y bajo su mirada al piso para levantar la vista hacia a mi de nuevo, conocia ese truco a la perfección y el sabia a la perfección todas las cosas que podía provocar dentro de mi con tan solo una mirada.

—Bueno, te veo mañana..— Se acerco para dejarme un beso en la mejilla pero antes de que lo hiciera pose mi dedo índice en sus labios y lo empuje no muy fuerte hacia atrás, se volvió a reír coquetamente y levanto los brazos en forma de paz.

—Límites.

—Esta bien..— Se dio vuelta y camino hacia adentro del supermercado, pero antes de dejarme sola en la vereda grito —¡Nos vemos señora Límites!

—¡No me llames asi idiota!— Reí ante su estupidez y subí al auto, Melody me esperaba sentada.

—¿Quien era el mami?— Metí las llaves para arrancar el auto, en el momento que el motor sonó gire mi mirada hacia Melody que me miraba atenta.

—Solo un viejo conocido mi niña..— Y sin más arranque camino al hotel.

¿En que me había metido? En un completo desastre, pero solamente iba a conocerlos, solo eso..

¿Cierto?

Not Just Sex Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora