Día 8

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De compras

En medio de los vastos terrenos del Santuario, donde el viento llevaba consigo un aire de misterio y deber, dos Caballeros de bronce compartían un momento de relajación. Hyoga de Cisne y Shun de Andrómeda habían encontrado un raro instante de tranquilidad en su arduo entrenamiento para ser santos de oro. Se encontraban en el jardín, bajo la sombra de un antiguo árbol, sumidos en una conversación seria y a la vez esperanzadora.

—Hay momentos en los que no puedo evitar pensar en el futuro, Shun. —Confesó Hyoga, mirando hacia el horizonte.

Shun asintió, entendiendo la preocupación de su amigo. —Sí, Hyoga. Como Caballeros de dorados, nuestro camino es incierto, y en algún momento, podríamos ser llamados a asumir roles más grandes en la lucha contra el mal.

La tensión en el aire era palpable mientras ambos consideraban el peso de sus responsabilidades. Sin embargo, en lugar de dejarse consumir por la preocupación, decidieron tomar una ruta inusual para liberar la tensión que los rodeaba: ir de compras.

Hyoga se levantó, extendiendo su mano hacia Shun. —¿Qué dices, Shun? ¿Te unes a mí en una pequeña aventura de compras? Quizás podamos distraernos por un momento y dejar de lado nuestros pensamientos.

Shun sonrió, aceptando la mano extendida de Hyoga. —Suena como una idea refrescante. Nunca pensé que iría de compras para liberar tensión, pero tal vez sea exactamente lo que necesitamos.

Los dos Caballeros se dirigieron hacia el mercado cercano, donde se encontraron con una multitud de vendedores que ofrecían desde objetos exóticos hasta deliciosas golosinas. La atmósfera vibrante y animada era un cambio bienvenido del ambiente solemne del Santuario.

Hyoga examinó un puesto de amuletos mientras Shun se detenía en una tienda de vestimenta. Finalmente, se encontraron en una tienda de antigüedades, rodeados de artefactos antiguos y curiosidades.

—Esto me recuerda a una conversación que tuvimos una vez. —Dijo Hyoga, sosteniendo un pequeño amuleto entre sus dedos. —Hablamos sobre cómo podríamos ser llamados a convertirnos en Santos de Oro en el futuro.

Shun asintió, recordando esa conversación. —Es cierto. Aunque no podemos predecir el futuro, es importante estar preparados para cualquier desafío que se presente.

Hyoga sonrió y asintió con seriedad. —Exactamente. Pero también debemos recordar que, independientemente de lo que ocurra, siempre estaremos unidos por nuestra determinación y por el cariño que nos tenemos, así podemos proteger lo que amamos.

La conversación, aunque seria, no les pesaba como lo habría hecho si hubieran estado en el Santuario. Habían encontrado un equilibrio entre la responsabilidad y la ligereza, y la experiencia de comprar juntos parecía haberles dado una nueva perspectiva.

Después de explorar un poco más, los dos Caballeros se encontraron con una pequeña cafetería. Decidieron tomar asiento y disfrutar de un merecido descanso. Mientras compartían una taza de té, Shun se rió suavemente.

—¿Quién hubiera pensado que una tarde de compras podría ser tan reconfortante?

Hyoga sonrió, asintiendo con aprobación. —A veces, todo lo que necesitamos es un pequeño cambio de escenario y perspectiva para recargar nuestras energías y recordarnos que somos más que solo guerreros.

Después de un rato, pagaron sus cuentas y se pusieron de pie, sintiendo que habían liberado la tensión que los había acompañado. Mientras regresaban al Santuario, Shun se volvió hacia Hyoga con una mirada de gratitud.

—Gracias por esta idea, Hyoga. Realmente necesitábamos este pequeño escape.

Hyoga sonrió y asintió. —El amor que nos tenemos es también un camino para liberar la tensión, Shun. Siempre estaremos aquí el uno para el otro, en los momentos serios y en los ligeros.

El sol se ponía en el horizonte mientras caminaban de regreso al Santuario, sus pasos llenos de confianza y renovada determinación.

En medio de la incertidumbre del futuro, habían encontrado una forma de mantener su espíritu unido y su fortaleza intacta, demostrando que incluso los Caballeros más valientes necesitaban momentos de ligereza y cariño entre amantes, para seguir luchando juntos.   

30 días con Hyoga y Shun. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora