Día 3

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Jugando o viendo una película.

El crepúsculo teñía el cielo de tonos naranjas y rosados mientras Shun se adentraba en la sala de estar, buscando a su pareja, Hyoga.

El sonido de un grito de frustración lo llevó a la fuente de origen: su compañero estaba parado frente al televisor, lanzando comentarios indignados a la protagonista de la película en pantalla.

—¡No puedo creer que no se dé cuenta de que el villano es su propio novio! ¡Es tan obvio! —exclamó Hyoga, agitando los brazos en señal de incredulidad.

Shun no pudo evitar soltar una risa suave. —¿Qué estás haciendo, Hyoga?

Hyoga giró rápidamente, su rostro enrojecido por la emoción del momento. —¡Shun! No te imaginas lo frustrante que es ver a esta chica siendo engañada por su novio malvado.

Shun se acercó y le dio una palmada amistosa en el hombro. —Entiendo por qué te sientes así, pero es solo una película, amigo.

Hyoga suspiró, relajándose un poco. —Lo sé, lo sé. Solo... es irritante.

Shun sonrió y señaló el sofá. —¿Por qué no dejamos de lado esa frustración y vemos algo juntos? Podemos encontrar una película que nos guste a ambos.

Hyoga asintió, agradecido por el cambio de tema. Se sentaron juntos en el sofá, cada uno con un control remoto en mano, explorando las opciones en la pantalla.

Después de un rato, decidieron ver una película de terror. A medida que la tensión en la película aumentaba y los sustos se sucedían, Hyoga se aferró al control remoto y su mirada estaba fija en la pantalla. Sin embargo, en algunos momentos, Shun pudo notar que su novio estaba un poco nervioso, y no precisamente por el argumento de la película.

Cuando una escena particularmente aterradora hizo que Hyoga se sobresaltara, Shun no pudo evitar sonreír. Puso una mano reconfortante en el hombro de Hyoga y le dijo en tono tranquilizador: —Está bien, Hyoga. No es real, solo es una película.

Hyoga respiró hondo y le devolvió una sonrisa agradecida. —Tienes razón, Shun. Gracias.

Después de la película de terror, decidieron cambiar de registro y optaron por una película romántica. Shun se acomodó en el sofá, sintiéndose cada vez más cómodo con la presencia de Hyoga a su lado. Mientras observaban la historia de amor en pantalla, Shun comenzó a sentir el peso del día y sus párpados comenzaron a cerrarse lentamente.

Hyoga notó que Shun estaba a punto de quedarse dormido y decidió no despertarlo. Observó cómo su amigo se acurrucaba en el sofá, luciendo pacífico incluso en su sueño. Con una sonrisa suave, Hyoga apagó el televisor y colocó una manta sobre Shun para mantenerlo abrigado.

Luego, con cuidado, Hyoga levantó a Shun en brazos, sorprendiéndose de lo ligero que era. Lo llevó con suavidad hasta su habitación y lo depositó con cuidado en la cama. Mientras Shun se acomodaba en su sueño, Hyoga no pudo evitar sentirse agradecido por el tiempo que habían pasado juntos.

Se inclinó y le dio un beso suave en la frente a Shun. —Gracias por estar aquí, —susurró con cariño.

Hyoga se alejó de la habitación con una sonrisa en el rostro, sintiéndose afortunado por tener a alguien como Shun en su vida. El tiempo que habían pasado juntos viendo películas había sido más valioso de lo que podría haber imaginado, y esa sensación de conexión y amor lo llenó de gratitud.

En su mente, Hyoga recordó los momentos compartidos: la indignación por la protagonista de la película, los sustos durante la película de terror y la serenidad de ver la película romántica junto a Shun. Cada momento había sido único y especial, y lo llevó a darse cuenta de cuánto valoraba los momentos que compartía con Shun.

Con una sonrisa en el rostro, Hyoga apagó las luces y se dirigió a su propia habitación. Sabía que, a pesar de las diferencias en gustos y reacciones, él y Shun siempre encontrarían la manera de disfrutar el tiempo juntos, sin importar la película que eligieran ver.

30 días con Hyoga y Shun. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora