Día 9

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Saliendo con amigos.

La sala estaba iluminada por la suave luz del atardecer que se filtraba por las ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor. Shun y Hyoga estaban sentados en el sofá, compartiendo una conversación tranquila, cuando la puerta se abrió de golpe y la voz airada de Ikki resonó en la habitación.

-Shun! ¿Qué estás haciendo aquí con Hyoga? -Exclamó Ikki, su tono de voz estaba lleno de enojo.

Los ojos de Shun se abrieron sorprendidos ante la entrada repentina de su hermano mayor. -Ikki, no es lo que estás pensando. Solo es un agradable tiempo en pareja.

Ikki no parecía dispuesto a escuchar explicaciones. Se acercó a paso firme, sus ojos chispeando de ira. -¡Hermanito, no deberías estar con él! ¿No recuerdas lo que pasó en el pasado? Todo lo que tuvimos que pasar, para estar aquí hoy.

Hyoga se levantó del sofá, sintiendo la tensión en el ambiente. -Ikki, entiendo que estés preocupado, pero las cosas han cambiado...

Sin embargo, Ikki no dejó que Hyoga terminara su frase. Gritó a todo pulmón: -¡No quiero verte cerca de Shun!

La tensión en la habitación se hizo palpable. Shun se levantó, sus ojos centelleando de frustración. Había tenido suficiente de las interrupciones y las preocupaciones infundadas. Decidido, se acercó a Hyoga y, sin vacilar, le dio un beso suave en la mejilla.

El silencio que siguió fue absoluto, como si el tiempo se hubiera detenido. Los ojos de Ikki se abrieron desmesuradamente, su expresión de ira desvaneciéndose en asombro.

Seiya y Shiryu, que estaban en un rincón de la sala, se miraron el uno al otro y estallaron en risas, incapaces de contenerse ante la inesperada reacción de Shun. Habían sido pareja mucho antes que Shun y Hyoga, y estaban acostumbrados a ese tipo de situaciones.

Las risas de Seiya y Shiryu parecieron romper el hechizo. Ikki finalmente parpadeó, asimilando lo que había sucedido. -¡¿Qué acaba de pasar?! ¡¿Shun?!

Shun se cruzó de brazos, una sonrisa juguetona en su rostro. -Ikki, estoy harto de que siempre quieras tomar decisiones por mí. Hyoga es mi pareja y yo sé lo que es mejor para mí.

Ikki parecía haber quedado sin palabras, mientras que Seiya y Shiryu seguían riendo en su rincón. Hyoga también tenía una sonrisa divertida en el rostro, sabiendo que Shun había tomado las riendas de la situación.

Finalmente, Ikki soltó un suspiro exasperado. -Está bien, hermanito. Supongo que si tú estás feliz, eso es lo que importa.

Shun se acercó a su hermano y le dio un abrazo. -Gracias, Ikki.

Las tensiones se disiparon y la atmósfera se volvió más relajada. Todos se acomodaron en el sofá y las risas continuaron mientras compartían anécdotas y recuerdos. Las parejas, tanto la nueva como la antigua, se unieron en un vínculo de amistad y apoyo, mas fuerte de lo que ya era antes.

Conforme avanzaba la tarde, decidieron preparar una cena juntos y compartir historias mientras cocinaban. El aroma de la comida llenó la casa y la risa resonó en cada rincón. Después de la cena, salieron al jardín y contemplaron las estrellas, recordando viejas anécdotas y creando nuevas.

El día había comenzado con una interrupción inesperada y una discusión, pero había terminado en risas y amistad. La reconciliación y la comprensión habían traído a todos más cerca, recordándoles lo importante que era apoyarse mutuamente y celebrar los lazos que los unían.

Y así, Shun y Hyoga, junto con Seiya, Shiryu e incluso Ikki, pasaron el resto del día juntos, riendo, charlando y compartiendo momentos que quedaron grabados en sus corazones. Las relaciones se fortalecieron, y la amistad brilló más brillante que nunca bajo el santuario.

30 días con Hyoga y Shun. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora