Día 22

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Peleando juntos.   

En el escenario majestuoso de una arena de entrenamiento en el Santuario, Hyoga y Shun se encontraban en medio de una batalla amistosa. Los rayos de sol bailaban sobre sus armaduras mientras se enfrentaban con gracia y habilidad. Los movimientos fluidos de Shun contrastaban con la fuerza y la precisión de Hyoga, creando un espectáculo cautivador.

La arena resonaba con el sonido de sus ataques y defensas, un recordatorio constante de que eran compañeros y amigos incluso en medio de la contienda. La risa juguetona y las palabras de aliento se mezclaban con los choques de sus ataques, creando una sinfonía única de camaradería y competencia.

Sin embargo, a medida que la batalla avanzaba, la intensidad aumentaba. Hyoga y Shun compartían una mirada determinada, decididos a mostrar su mejor esfuerzo. En medio de un ataque conjunto, sus cadenas se entrelazaron en un intento de atrapar a su oponente común, pero un giro inesperado en la batalla llevó a que las cadenas se enredaran de manera incontrolable.

La sorpresa y la incredulidad se reflejaron en los ojos de Hyoga y Shun mientras luchaban por liberarse de las cadenas que los habían atrapado. La situación se tornó aún más complicada cuando un movimiento brusco los hizo perder el equilibrio, y terminaron colgando de un pie en el borde de un barranco que rodeaba la arena.

—¡Vaya, esto no salió como lo planeamos! —exclamó Shun, con una risa nerviosa.

Hyoga asintió, tratando de mantener la calma a pesar de la situación. —Parece que estamos en un pequeño aprieto, amor.

Ambos intentaron desesperadamente liberarse de las cadenas, pero sus esfuerzos solo parecían empeorar las cosas. La situación era cómica y caótica a la vez, y no pudieron evitar reír ante la ironía de su situación.

—Supongo que esto demuestra que incluso los mejores planes pueden fallar. —comentó Shun, tratando de controlar su risa.

Hyoga sonrió, asintiendo con una risa suave. —Definitivamente una lección que recordaré.

Después de unos momentos de risas y conversación ligera, finalmente lograron desenredar las cadenas y liberarse. Con cuidado, se levantaron y regresaron a la arena, con las risas todavía resonando en el aire. A pesar del pequeño percance, seguían siendo pareja y aliados, unidos por su amistad y su compromiso con la causa.

Volviendo a la batalla con una actitud renovada, Hyoga y Shun se enfrentaron a sus oponentes con una confianza renovada. Sus movimientos eran aún más sincronizados, y parecía que el incidente anterior había fortalecido su conexión y su determinación. A medida que luchaban con sus adversarios, sus miradas se cruzaban ocasionalmente, y compartían sonrisas cómplices que recordaban el caos y la diversión que habían experimentado juntos.

La batalla continuó, intensa y emocionante, pero ahora Hyoga y Shun se enfrentaban a ella con una actitud más relajada y risueña. La camaradería y el espíritu competitivo que compartían seguían siendo la columna vertebral de su relación, y aunque enfrentaron dificultades, siempre encontraron una manera de superarlas juntos.

Cuando finalmente la batalla llegó a su fin y se encontraron victoriosos, Hyoga y Shun se miraron con una mezcla de satisfacción y alegría. Estaban cubiertos de polvo y sudor, pero sus sonrisas eran luminosas y llenas de camaradería. Se abrazaron brevemente, compartiendo el orgullo de haber luchado juntos.

—Quién diría que terminaríamos colgando de un barranco durante una batalla amistosa — bromeó Shun.

Hyoga rió suavemente. —Nunca hay un momento aburrido contigo, Shun.

Y mientras caminaban juntos fuera de la arena, con los ecos de la batalla todavía resonando en el aire, Hyoga y Shun llevaban consigo no solo la memoria de una intensa contienda, sino también la risa compartida y el amor inquebrantable que los unía, durante el trayecto ambos se tomaron de la mano y volvieron al santuario con una enorme sonrisa.

30 días con Hyoga y Shun. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora