Una estúpida ilusión

Lo inevitable

-Después de tantos años nunca me cansare de esa sonrisa – Me dijo abrazándome e inmediatamente me puse rígida

-Basta ya Stephan, hablamos luego – Me disponía a alejarme pero me interrumpió 

-Solo tengo algo muy importante que decirte dame 5 minutos 

Jamás seria inmune a ese par de ojos que antes me robaban suspiros, nos alejamos de todos y el tomo mi rostro para depositar un tierno beso, aleje mi cara realmente no sentía nada y no quería aceptar que todo el amor que llegue a sentir por él se terminó. 

-Creo que deberíamos salir juntos, como en los viejos tiempos – Tomo mi rostro entre sus manos – Cada día eres mucho más hermosa 

-No lo sé no tengo tiempo quizás otro día, otra semana u otro mes – Quería salir corriendo pero él me abrazo fuertemente, su aroma penetraba todos mis sentidos creando esas reacciones que tenía años de haber sentido.

-No te resistas a lo inevitable – Me susurro en el oído y comenzó a alejarse. 

No sé a qué se refería pero lo que si se es que no tendré la suficiente fuerza de voluntad, no ante él. 

Rendida regrese a mis clases normales, el almuerzo fue monótono y aburrido. A lo lejos pude observar a James entrar, tenía demasiado sin verlo quizás porque lo evitaba o quizás porque era él el que huía de mí.

-Mierda – susurre cuando lo vi acercarse a nuestra mesa, todos mis amigos me miraron y yo solo dije la cosa más estúpida del planeta – Debo ir al baño

Como la cobarde que soy me escabullí de sus ojos y salí de la cafetería, me senté al lado de un árbol y comencé a respirar a recuperar todo el oxígeno que perdí por el simple hecho de mirarlo a los ojos, tratando de apagar ese fuego abrazador que corría por mis venas.

-No puedes huir de mi todo el tiempo – Casi me da un infarto al escuchar su voz, los latidos de mi corazón aumentaron y sentía que pronto perdería la conciencia. Se sentó a mi lado tranquilamente ignorando el estado en el que me encontraba, me miraba esperando alguna palabra y como la idiota que soy solo pude tartamudear

-¿Hola? –Quería dispararme, y lanzarme de un décimo piso, el soltó una carcajada y se recostó contra el árbol 

-Extraño nuestras peleas diarias sabes – Su sonrisa de lado causaba en mi lo que un rayo transmite de energía, convulsionando todos mis sentidos.

-Yo igual – Admití y comencé a relajarme – Sigues siendo el mismo estúpido de siempre James, nada ha cambiado sabes.

-Síguetelo negando bebe en el fondo sé que me amas – Me dio un ataque de risa, por un lado ya que era lo que anteriormente aria y por otro porque es mejor reír que llorar.

-¿Piensas entrar a clases? – Le pregunte despistadamente lo que menos quería era estar en un salón donde mi mente vagaría y no prestaría atención realmente 

-No estaba en mis planes escaparme, pero si es junto a ti vámonos ahora mismo bebe – realmente no tengo idea de que me pasa, pero el único lugar donde quería estar era a su lado y no me arrepentiría de haberme escapado. 

Me aleje, con la única persona que realmente me importaba en estos instantes, sin nada más. Dicen que es peligroso escuchar tu corazón pero mucho más peligroso es oírlo hablar.