*Narra Eli*
Ya por fin después de tantas horas,
Orthro y yo nos encontrábamos en el jardín del castillo.
Me pidió que no hiciéramos nada de ruido y que caminara despacio.Para ser una tierra mágica donde todo lo que pienses se hace realidad, es increíble lo poco que utilizo la magia.
En lugar de correr pude haber creado un auto o avioneta pero no lo hice.Estaba un poco vacío el lugar a comparación con la última ves. Y todo era demaciado silencioso.
Pasamos a un lado de aquel lugar donde había visto una sirena y mi sorpresa fue haberla visto aún ahí.
Me acerqué a ella lentamente y Orthro no me detuvo como creí que lo haría.
-Ho...hola-saludé apenas en un susurro.
-Hola.-me contestó normal.-Elizabeth ¿Cierto?
-Si.
Su voz era...muy dulce. Demasiado diría yo. Pero resultaba encantadora y muy hipnótica.
-Sabía que estarías con el-señaló a Orthro.
-¿Sabes donde están mis amigos?-pregunté preocupada.
-Crei que tu lo sabrías—me contesto sin expresión alguna en su rostro.
Lentamente nadó a una orilla del agua y me dejo ver lo suficientemente bien su rostro que era en verdad hermoso.
-No se donde están. Es todo tan confuso ahora para mi.
-Quizás si le preguntas a Kristal te diga algo.
-¿Porque no a Agria o Abril?-dije
Tal vez yo tenía la respuesta a eso pero prefería escuchar a alguien mas confirmarlo.
-No. Justo ahora No. No te acerques a Abril y mucho menos a Agria.-contestó la sirena un poco asustada.
-¿Sabes donde esta Kristal?-preguntó Orthro.
-Del otro lado del jardín. Ya saben. En su hamaca. Siempre esta ahí.
-Gracias, Nallagy.
-¿Te llamas Nallagy?-le pregunté sorprendida y ella sonrió así que supuse que eso era un "Si"
Después de dejar de sonreír, Nallagy se sumergió rápidamente en el agua y me dejó pensando en lo extraños que pueden llegar a ser los nombres aquí.
Caminé junto a Orthro hasta donde se suponía que estaba Kristal y si, ahí estaba. Con los ojos cerrados y disfrutando del rico aire que soplaba en su rostro moviendo los mechones de cabello.
Me acerqué rápidamente a ella y abrió los ojos al verme ahí parada. No dijo nada. Sólo se levanto rapidamente y me sujetó del brazo, comenzó a llavarme a quien sabe donde. Su cara no tenía exprecion alguna.
-¿Kristal?-dije tratando de soltarme-¡Kristal!-no volteó a verme.-¿A donde rayos me llevas?-Esta ves tiré fuerte de mi brazo y logré soltarme.
Volteó a mirarme y sus ojos estaban humedecidos por un par de lágrimas que amenazaban con salir.
-¿No entiendes verdad?-me preguntó con voz un poco cortada
-¿Que?
-¡Esto!....¡Están en peligro!
-¡¿Qué?!
-Te lo dije...-Orthro interrumpió dirigido hacía mi.
-¿Donde están mis amigos?
Kristal dudo un poco en si decirme o no, miró sobre su hambro y hacía los lados, luego me volvió a mirar.
-Tenemos que ir a otro lado. Aquí no es seguro.
Me tomó del brazo y cargó a Orthro con su otra mano a lo que el pequeñin se quejó.
Nos fuimos todos "volando" y duramos algunos minutos hasta llegar a una gran montaña, desde allí se veía toda la tierra de Thinkingland, nos sentamos en una orilla de la montaña con los pies casi volando y Kristal de la nada comenzó a llorar.
-Jenny E.
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Thinkingland
FantasíaImagina una tierra mágica donde todo lo que pienses se hará realidad, donde existen criaturas mágicas como hadas, Faunos, sirenas... Imagina ahora que todos tus deseos mas locos se vuelven realidad. Imagina poder vivir ahí junto a tus mejores amigos...