Más de ti #2

Capítulo 20

20- Nunca existió un perdón.

Millane.

Como si todo estuviera pasando en cámara lenta veo a mi hija llorando en la cama del hospital al sentir dormidas sus piernas mientras mi hijo a su vez no despierta ni con los miles de intentos que hacen para que lo haga.

Lisa llegó a la oficina del bar para informarme de la situación, sin embargo, una vez me subió a su auto no inmuto palabra alguna. Supe que era algo relacionado con ellos por la manera en que me observó en la oficina.

Estaba asustada.

Y yo también lo estoy ahora.

Sobre todo por haber sido tan irresponsable.

-Es mi culpa -Digo en un susurro.

-No lo es -Me responde Lisa.

-No me di cuenta de lo que estaba ocurriendo...

-¿Cómo carajos ibas a saber que la madre de Izan le pagó a los enfermeros para que no les hicieran el tratamiento que les corresponde?

-Debí estar más atenta y no lo estaba.

-No es tu culpa.

-Lisa.

-¡Millane basta! -Dice sorprendiéndome haciendo que no le responda nada-. No voy a soportar ninguna otra palabra en donde estés culpándote de todo lo que los demás hacen.

-¿Qué ocurre? -Pregunta Jess una vez se acerca-. Lisa no creo que sea la manera correcta de...

-Lo es -La interrumpe antes de mirarme-. Te he escuchado más de cuatro años culpándote de absolutamente todo cuando nada es tu culpa.

-Para empezar si hubiera sido honesta con Izan...

-Se habría ido de todas formas. Sé que probablemente no lo veas de esta manera pero al saber de su madre se habría alejado de ti aunque hubieras sido sincera con él, acéptalo de una vez.

-Él...

-Es cierto -Dice una voz externa a nosotras que me deja aún peor-. Me habría ido... Pero no porque sea tu culpa.

Izan se queda delante de mi mientras Lisa y Jess se hacen a un lado para dejarnos solos.

-¿De qué más estás culpándote ahora?

-Esto no te...

-Me incumbe. Son mis hijos los que están en esa sala de emergencias y es mi esposa la que estaba apunto de pelear con alguien más para no llorar.

Reprimo las ganas de lo que quiero hacer para en cambio solo mirar a la sala en donde están nuestros hijos.

-Quiero una respuesta ahora.

Siento como la situación y mis emociones acaban quitándome las ideas para salir de esta situación pero ver como hacen dormir a Charlotte hace que solo de la vuelta y camine rápidamente hacia el baño.

Una vez encerrada solo respiro intentando calmarme, llorar y arrepentirme por todas las cosas que he hecho en la vida no ayudarán a que mis hijos estén bien.