#12: NIGHT PRAYER

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El nacimiento de la pequeña Eliette trajo algarabía a todo el palacio. Cada paso que Hadassah daba iba acompañado de una dicha nueva, porque ¡era tía! Eliette Dubois era su primera sobrina, así que él suponía que la susodicha sería su consentida por mucho tiempo.

Muchas cosas habían cambiado durante las últimas semanas. Desde el final de la Cacería, Dasha había sido engullida por un tornado de sinsabores que ella esperaba terminara con el nacimiento de Eliette.

El primero de esos sinsabores había sido el resultado inapelable de la Cacería. Gavin Leroy había sido declarado ganador y ella no había podido hacer nada para cambiarlo. Aunque sus padres no deseaban que desposara a un simple guardia real —mucho menos a uno que no tenía sangre aquarctiana, cabe resaltar—, deseaban incluso menos retractarse de lo que ya habían anunciado a toda la nación. Las reglas de la Cacería eran claras y sus progenitores no deseaban que sus súbditos los vieran como reyes xenofóbicos o clasistas.

Hadassah tuvo que hacerse a la idea de que Gavin Leroy era su prometido.

Ahora bien, el hombre le manifestó al rey su deseo de seguir siendo el Caballero Imperial de Dasha. Es decir, no deseaba ningún trato especial por ser su prometido o por ser el futuro rey de Aquarctias. Y, por más que a ella eso le haya gustado, lo cierto era que su padre había detestado la idea. Su padre quería dejar la nación en manos de alguien con ambición y con talento para gobernar.

Al final, Gavin Leroy había conseguido convencer a su padre de que seguir cuidando de ella era la mejor opción, al menos hasta el matrimonio. Dijo que deseaba ser su protector y hacerse cargo del interrogatorio de Ciro Marian, ex príncipe de Cartago. Se comprometió a dejar su cargo cuando la boda tuviera lugar, aunque prometió que seguiría actuando como el guardián de Hadassah siempre que le fuera posible. Su padre elogió a Gavin Leroy entonces, por amarla tanto.

¿Por qué no le sorprendía?

Gavin Leroy podía decirle a su padre que la luna era de queso y él le creería.

El asunto de Ciro Marian fue un drama aparte. Tal como lo prometió, el Caballero Imperial Leroy se hizo cargo del interrogatorio de aquel hombre, quien terminó perdiendo su principado. Ciro Marian confesó haber intentado matar a Hadassah, aunque tardó semanas en admitir que los hermanos Graham habían sido sus secuaces. Su brillante prometido, Gavin Leroy, logró hacerlo confesar.

Dasha no le preguntó qué métodos usó. No quería saber.

Y la verdad es que tampoco deseaba saber quién había sido la mente maestra tras aquel intento de homicidio, porque tenía una vaga idea de quién podía ser y no deseaba arruinar la estabilidad de su familia.

—¿Por qué quiere detener la investigación, su alteza? —preguntó Gavin Leroy la noche en que ella le dijo que dejara de hurgar en aquel asunto y solo castigara a Ciro Marian y los hermanos Graham.

—Creo que ha sido suficiente, Caballero Leroy. ¿No lo cree usted también?

—No. De hecho, creo que puedo conseguir que Yves confiese quién fue el autor intelectual del intento de asesinato. Tengo una sospecha sobre quién pudo ha...

—Kale.

—¿Perdón?

Dasha rio por lo bajo.

—Usted y yo sabemos que Kale me odia. Si me dice que no tiene a Kale como principal sospechoso, no le creeré —dijo, dedicándole una sonrisa al Caballero Imperial—. No quiero que mi familia pierda a uno de sus hijos, independientemente de lo odioso que ese hijo pueda ser. ¿Entendió?

BK: Butterfly's KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora