#23: BROKEN CURSE

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Ser reina apestaba.

De acuerdo, podría haber sido peor. Gavin se había encargado de recordarle que era bastante bueno que su padre le asignara como Caballero Imperial a Jules Mason en lugar de obligarla a ser custodiada por cinco o seis Caballeros de la Guardia Real.

—Eres la reina de Aquarctias y tu padre permitió que no tengas el mismo nivel de protección que él tenía cuando era rey —habían sido sus palabras—. ¿Quieres arriesgarte a que te quite eso solo porque no quieres robarle a Laurent su Caballero Imperial?

—Laurent nunca causa problemas —había respondido Dasha—. Jules Mason ha sido su Caballero Imperial desde siempre. Es lo más cercano que tiene a un amigo. Me siento mal quitándoselo. ¿Qué problema hay con contratar a nuevos generales?

—Tu cuidado no puede estar en manos de un novato y lo sabes. Es por eso que todos los Caballeros Imperiales principiantes son asignados a los gemelos y solo cuando han mostrado su valía han sido ascendidos.

—Olvidas al Caballero Wallace.

—Gregory Wallace...

—Era un traidor, lo sé.

—Gregory Wallace fue una excepción. Él demostró su valía desde que era un general.

Hadassah sabía que el ataque el difunto Caballero Wallace a su hermano Atticus era un tema delicado para Gavin Leroy, así que guardó silencio. Ahora bien, su esposo tenía razón. El Caballero Imperial Gaillard, quien protegía a Leonidas, había sido designado como el nuevo Caballero Imperial de Sienna, así que eso dejaba a Dasha entre dos posibles guardianes: Jules Mason y Jasper Mason. Los Caballeros de Laurent y Arlette, respectivamente.

Entre esos dos, Jules Mason tenía mucha más experiencia.

Y así era como ella había terminado aceptando a aquel tipo de más de dos metros de estatura como Caballero Imperial. Tanto su hermano Laurent como los gemelos habían conocido a sus nuevos Caballeros Imperiales ya y... El Caballero Mason era el más feliz cuando ella le daba permiso para pasar tiempo con Laurent y su nuevo protector, el Caballero Blaz Becker. Leonidas se había adaptado rápidamente a su nuevo guardián, el Caballero Gunter Weber, pero Atticus seguía deseando que Gavin fuera quien lo cuidara.

Dasha había tenido que darle unas palabras de ánimo al Caballero Imperial Baldric Meyer, quien no creía poder ser tan buen protector como había sido Gavin Leroy para Atticus.

En medio de tantos cambios y tanto estrés, Hadassah debía admitir que celebrar la semana de la fraternidad era un oasis en el desierto. Cuando su esposo, ella y los nobles elegidos —entre los cuales estaba Derek, cómo no— llegaron a Caelirye, atrás quedaron los dramas del palacio, los disgustos porque Gavin Leroy había rechazado recibir el control elemental junto a ella y la carga que significaba ser reina.

Sergei Moccia la recibió con una felicitación por su nuevo título y le mostró el itinerario de la semana. Aunque no le agradaba la idea de tener a Chidike De Sar como invitado, era evidente que le fascinaba la idea de presumir las bondades de Caelirye. Había separado un día entero de esa especial semana para llevar a los príncipes y nobles invitados a un espectáculo de vuelo de águilas, por ejemplo.

—Estas no son águilas comunes, su majestad —había asegurado el príncipe heredero de Caelirye—. Son las que usamos cuando entregamos el control elemental del aire. Estas águilas caeliryanas llevan a los elegidos allá arriba..., donde vuelan los silfos, entre el aire primigenio.

—Pero esta vez no veremos silfos, ¿o sí? —preguntó divertida Dasha.

—Por supuesto que no. Jamás expondría el aire primigenio de esa manera.

BK: Butterfly's KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora