#EXTRAS: THE MOST BEAUTIFUL NATION

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Dos años después


—¿Estás... seguro de esto? —inquirió Dasha, arqueando una ceja.

Gavin sonrió y tomó su mano.

—La casa noble Renard ha renacido en estos dos años, así que su majestad, la reina Anouk, me concedió un deseo. Esto es lo que pedí, Dasha —explicó—. Quiero que tú y nuestros hijos tengan el control elemental de la tierra, tal como yo tengo el del agua. Su majestad aceptó.

Hadassah se tomó un tiempo para pensarlo y consultó en su fuero interno con Dios. Por supuesto, la idea de poder manipular el elemento tierra era embriagadora, pero...

—Agradezco el hecho de que quieras que estemos en igualdad de condiciones, pero no deseo el poder elemental de Tesatrova —se obligó a decir—. Tú fuiste una excepción, porque fue necesario que tuvieras el control elemental del agua para que el plan de Dios funcionara. Dios sabe que tu corazón no aspira a gobernar Tesatrova o cualquier otra nación, por eso te bendijo con tal poder. Yo soy la reina de Aquarctias y no sería sabio de mi parte aceptar un poder que me dará ventaja sobre los otros reyes de Kelebek, no si quiero alcanzar mi sueño de ver a las naciones de Kelebek unidas.

—Pero...

Ella calló a su esposo con un beso.

—Sobre nuestros hijos, dejemos que decidan más adelante, ¿sí? Tienen apenas cuatro años, así que... —Rodó los ojos, obligándose a no pensar tan a futuro—. Lo único que sé es que quien sea el próximo rey o reina de Aquarctias no debería tener más poder que el control elemental del agua. ¿Comprendes por qué te pido esperar? Puedes usar ese deseo para pedirle algo más a la reina Anouk.

Silencio.

Gavin sonrió muy sutilmente, pero se las arregló para que sus ojos expresaran candidez.

—Te has convertido en una reina ejemplar, Dasha —comentó repentinamente—. No solo Aquarctias, sino todo Kelebek es prueba de eso.

Hadassah parpadeó con cierta sorpresa, pero tan pronto como procesó las palabras de su esposo sintió un nudo en la garganta. Era cierto que todavía había un largo camino que recorrer, pero las naciones de Kelebek eran mucho más unidas que antes. Nunca faltaban los problemas, pero había amistad sincera.

—¿Recuerdas lo que te dije aquella vez? —inquirió, sonriendo con dulzura.

Gavin se tomó algunos segundos para pensar.

—Me has dicho muchas cosas —respondió finalmente—. ¿Me das una pista?

Hadassah rio por lo bajo, tomando la mano de su esposo.

¡Gavin Leroy! Si usted realmente pudiera creer que yo soy diferente... Si usted realmente creyera que soy su amiga y no su enemiga, yo crearía la nación más hermosa para usted. ¿Lo recuerdas, Gavin Renard? —preguntó en un susurro.

Pudo ver un brillo de reconocimiento en los ojos de su esposo cuando este recordó aquel día. Lo vio mover la cabeza afirmativamente y no hubo necesidad de decir nada más. Ella sabía que Gavin sabía a qué se refería.

Cuando él la abrazó y besó su frente como un agradecimiento mudo, estuvo segura de que eso era suficiente.

BK: Butterfly's KissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora