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9 de Agosto, 2022.

Felix voy a entrar—la puerta de la habitación que se suponía pertenecía al mencionado fue abierta con cierta prisa—¿Por qué Yongbok se fue así de repente?—inquirió el mayor mientras el pelinegro frente a él fruncía su ceño.

¿De qué hablaba su padre? Él era Yongbok.

—Papá, ¿de qué hablas?—murmuro abriendo por completo sus ojos mientras su padre ondeaba una hoja de un lado a otro.

"Les agradezco por este verano, ha sido igual que los anteriores, su compañía siempre será la mejor, no puedo esperar por que el trato terminé y poder visitarlos cuando yo quiera, los quiere, Yongbok"—leyó el pedazo de papel mientras Yongbok lo miraba sin ocultar su sorpresa.

¿Qué demonios estaba haciendo Felix? ¿Por qué había regresado en su lugar?

—No se que ha pasado—aclaró su garganta tratando de ocultar su nerviosismo—Hablaré con él ahora mismo papá—trato de sonreír mientras se levantaba en busca de su teléfono.

—Tengo que salir rápido por el trabajo Felix, cuándo contactes a Yongbok dímelo trataré de ponerme en contacto con Jenna para saber al menos que arribó a salvo—aviso su padre acercándose a él depositando un beso en su coronilla para después salir apresurado de la habitación.

Mientras tanto Yongbok con los manos temblorosas tomo si teléfono viendo un par de mensajes por parte de Felix.

"Tal vez debes estarte preguntando, ¿Qué jodidos esta pasando? Te lo diré cuando este pisando Corea, por lo tanto debes hacer solo una cosa, actuar como si fueras yo y disfrutar tu estadía en Australia, te quiero Bbokie espera mi llamada ;)"

Aún con los nervios a flote trato de llamarlo pero el celular de su gemelo estaba apagado, seguramente ya había abordado el avión.

—¿Qué demonios estás haciendo Lix?—murmuró mirando a su alrededor dándose cuenta que sus cosas no estaban.

No, no, no.

Yongbok busco su mochila por toda la habitación sin encontrarla, dentro de ella había algo que cuidaba con su vida.

Su diario personal.

Si aquel llegará a caer en manos equivocadas estaba realmente acabado, en ese diario estaban plasmados cada uno de los sentimientos que había experimentado, cada cosa que le pasaba, había un sin fin de situaciones que jamás había hablado con alguien en cambio había escrito todo en  aquel pequeño libro.

—No está—murmuró con los ojos llenos de lágrimas por el temor de que su hermano o peor aún su madre llegaran a leerlo y  saber cómo se sentía o todo lo que había pasado en los últimos años—El diario no está—sollozo sentándose en el borde de la cama mientras trataba de comunicarse nuevamente con Felix.

Sin embargo Felix no contestó, aquel pelinegro estaba yendo rumbo a su nuevo destino con unas inmensas ganas de llegar a aquel dichoso país y comenzar a buscar a los bastardos que le habían hecho un montón de atrocidades a su gemelo. Después de leer por accidente una hoja del diario de Yongbok no creyó lo que plasmaba en aquel, sin poder parar terminó leyendo cada página haciendo incrementar cada vez más su enojo.

Fue así como después de diez horas de vuelo se encontraba en Corea del Sur dispuesto a vivir como Lee Yongbok, sin consultarlo y prácticamente huir, Felix le obligó a intercambiar identidades con su gemelo. Sus padres tenían un tratado el cual se terminaba cuando ellos cumplieran 19  años por lo que todavía faltaba casi un año, así que por el bien de Yongbok, por el bien de su salud mental decidió viajar a Corea y vivir como él durante ese año y no solo sería eso, durante ese tiempo se encargaría de que cada una de las personas que le habían hecho daño, se iba a encargar de hacerles saber que pasaba cuando se metían con un Lee.

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