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Joseph

—¿Hasta cuándo me darán de alta?

—Joseph, ¿por qué me lo preguntas todos los días? —dice y abre la carpeta con los resultados recientes—. Cuando tus voces estén estables o desaparezcan por completo, que sinceramente no creo, te daremos de alta.

Llego a mi cuarto y de inmediato me asomo por la ventilación pero no hay nadie. Miro mis horarios y veo que ésta cita con el doctor ya fue la última del día.

Me gustaría demasiado saber qué horas tiene libres él, para platicar...

Me quedo dormido, mientras miro la ventilación.

...

Enfoco la vista y lo primero que veo es a Shawn, mirándome fijamente con una sonrisa.

—¿Qué tal? —me dice volteándose e inspeccionando mi cuarto.

—¿Cómo entraste? —Me tallo los ojos.

—Deduje cómo habías entrado tú. Es fácil. —Toma un libro y me acerco lentamente a él. Lo dice con tanta tranquilidad que me agrada al instante. Inspecciona el tomo con los ojos muy abiertos—. Dios mío, ¿cómo lo conseguiste? —su tono me sorprende.

—Mi madre me los manda. ¿Tiene algo en especial? —pregunto sin entender.

—Mi padre me dijo que este libro sólo lo tenían en inglés y me quedé muchísimo con las ganas —dice con los ojos como platos al tomarlo.

¡Ese libro es aburridísimo! Pero no quiero quitarle la emoción, así que...

—Puedes quedártelo.

—¿Qué? —Me mira—. ¿Hablas en serio?

—Sí, ya lo leí muchas veces y creo que tú lo quieres más que yo. —Le sonrío.

—¡Muchísimas gracias!

Sus brazos me enredan hacia él y puedo oler su colonia que me tiene como loco. Creo que sí vale la pena dar un libro por un abrazo suyo. Se da cuenta de que nos estamos abrazando demasiado íntimamente en un cuarto en el que él no debería estar—. Tengo que dormir —me suelta y dice un poco triste—. ¿Nos podremos ver luego?

—Sí, está bien. Descansa.

—Bueno, adiós —toma el libro y se va por la ventilación.

Desaparece, y admito que jamás había deseado tanto un abrazo de alguien...

¿Por qué siento algo especial por un hombre? Jamás había cuestionado mi orientación sexual, y una mirada como la de él me había traído tan mal.

Tomo una pastilla y me recargo un poco en la cama. ¿Cómo podría haber sabido que era gay si nunca le agradé a nadie?...

Me asomo y veo que ya está acostado. Me siento en la cama y pienso en ir. Es muy tentador pero no quiero que piense que le robaré algo costoso.

El impulso de idiotez manda en mí y ya estoy caminando por medio de la ventilación hacia él. Toso un poco bajo para probar si ya está dormido pero no despierta; cayó rendido a los pocos minutos.

Si es hermoso despierto, dormido es lo doble. Me siento en el borde de su cama mientras lo observo. Sería un desastre si un doctor me viera aquí.

Me acuesto al lado de él, mientras comienzo a relajarme y a cerrar los ojos. Mierda, los...

...

—¡Joseph, despierta! —me grita Shawn.

Me levanto de golpe y estoy acostado, pegado a su pecho. Me despego de golpe

¿Existe la felicidad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora