Autora: Sí, me tardé bastante. Complicaciones personales, salud, reuniones familiares y de amistad; pero aquí está la nueva parte de esta bonita historia, espero les guste. Besos.
Luxanna se encontraba en su dormitorio pensando acerca de las consecuencias que sus acciones traerían ese día y los consecutivos a éste. Ya había tomado la decisión de marcharse y conseguir su libertad escapando de las responsabilidades que sus padres y hermano le habían impuesto, pero no podía evitar sentirse nerviosa al imaginar el impacto que su huida causaría en la familia Crownguard. Sabía que debía marcharse esa tarde o jamás lo haría. Respiró profundo y buscó dos de sus más grandes maletas para empacar sus pertenencias más importantes. Escogió su ropa preferida, sus uniformes, su maquillaje, zapatos, accesorios, productos de higiene personal, etc., buscando sobrevivir con ello hasta casarse con Darius. Sus mejillas se sonrojaron, de inmediato, y sus manos temblaron un poco, pues sus sentimientos hacia el guerrero eran incontrolables e intensos sin importar el poco tiempo que llevaban de conocerse. Su corazón se aceleraba y sentía su vientre cosquillear con la idea de besarlo y volver a tocar ese pecho bien trabajado bajando hasta sus fuertes abdominales. Se imaginaba lo fabuloso que sería rozarle los hombros y la espalda mientras él le regalara caricias descaradas por todo el cuerpo. Estaba por completo segura de querer carsarse con el patán de la escuela y, si el destino lo pedía, ella lo haría.
Sacudió su cabeza al instante para impedirse a sí misma proseguir con esa maravillosa fantasía y continuar con la tarea de salir lo más pronto posible, de su aún hogar, sin ser vista o cuestionada por la servidumbre. Una vez terminado su equipaje, miró con cariño la habitación que le perteneció desde su nacimiento. Sabía que sería difícil para ella alejarse de los lujos que sus padres le habían otorgado, pero el sufrimiento que le habían causado al convertirla en una mujer obsesionada con la perfección, era un precio demasiado alto. Miró por la ventana hacia el jardín y suspiró pensando en la nueva vida que tendría, quizás una más modesta, pero tranquila siendo por fin ella misma. Colocó sus manos en su pecho y se dirigió de nuevo a la cama para cerrar las maletas. Sin embargo, algo más llamó su atención del otro lado de la habitación. Con lentitud, se acercó al tocador que tanto adoraba y tomó su última posesión material importante; su perfume olor a vainilla. El anterior se había roto el primer día que asistió a la academia por su descuido ante los nervios de una chica nueva en una escuela tan reconocida. Al enterarse de ello, Garen le había comprado uno nuevo como disculpa por haberla delatado con sus padres sobre el romance que tenía con Darius. El nuevo recipiente fue colocado como una sorpresa esa mañana y ella dudó en sacarlo del empaque para utilizarlo, pero cedió. A pesar de que agradecía el detalle, éste fue insuficiente para Lux, pues cada vez que su hermano la visitaba ella respondía con simples monosílabos como "sí", "ajá", "qué mal", "estoy ocupada", etc. Sabía que el Crownguard mayor entristecía con cada acción de evasión que ella le mostraba, pero no deseaba hablarle o siquiera verlo a los ojos, pues era posible que terminara por delatar lo que había planeado para esa misma tarde, así que centraba su atención en los libros antiguos que la directora Yuumi le había obsequiado para comprender un poco mejor su don luminoso con la esperanza de controlar su poder en lugar de contenerlo.
Guardó en una pequeña bolsa el frasco de esencia olor a vainilla y colocó las maletas en la entrada de su habitación. Después, salió del cuarto sigilosa por los pasillos menos transitados en la mansión Crownguard y se dirigió a una de las salidas traseras de la casa. Al llegar a la puerta, abrió con cuidado y se continuó hasta la parte del jardín más boscosa para ocultarse entre arbustos y árboles plantados más antiguos que la fecha de construcción del inmueble. Su camino fue corto y exitoso, pues pronto vio a su chofer parado del otro lado de la gran reja que separaba las calles de lo que era su hogar. El joven le hizo una seña de bienvenida al verla llegar y, con una sonrisa en el rostro, se acercó para auxiliar a la maga en su escape. Lux se apresuró a tomar las valijas y, con esfuerzo, las empujó sobre los barrotes para que el conductor de la limosina los atrapara y guardara en la cajuela con rapidez; no deseaba encontrarse a sus padres o, aún peor, a Garen en medio de su fuga.
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La mujer perfecta (Darius x Lux)
FanfictionEn una academia exclusiva, dos jóvenes se conocen de manera inesperada y con el tiempo conocerse mutuamente será n reto para ellos y para las personas que les rodean. La imagen pertenece a theluxofdemacia Esta es una historia basada en personajes ex...