La mujer perfecta (Darius x Lux)

Capítulo 20: Empatía y protección

Darius miró a ambas chicas con la ceja derecha enarcada extrañado por las palabras de su novia. No tenía idea de a qué se refería, pero negó con su cabeza, pues no era normal que alguien deseara adentrarse en su mente. Ellas suspiraron y Sona volvió a refugiarse en los brazos de Lux para derramar algunas lágrimas. Por supuesto, no permitiría que alguien tan inocente como Sona leyera sus pensamientos sobre Lux o los traumas de su pasado. Mostrando un semblante frívolo apagó el motor del auto y desvió la mirada de ambas mujeres intentando ignorar la empatía que sentía por la peli azul.

- Ni hablar... hay cosas importantes ahí que no sé si serán replicadas alguna vez... - dijo en un tono grave y suspiró - ¿Por qué permitiría algo así?

- Porque tu hermano violó a Sona... - declaró Lux con seguridad – por eso...

El mayor de los Swain miró con sorpresa a su prometida y a la musa quien aún se encontraba entre los brazos de la pelirroja. El guerrero meditó durante unos minutos y soltó un gruñido inconforme por la petición de su novia. Sus manos se apretaron alrededor del volante y frunció el ceño en señal de frustración. De nuevo suspiró y terminó por acceder a la solicitud.

- Bien... - dijo con seriedad el basquetbolista dirigiendo su mirada a la musa por el retrovisor – te recomiendo que no mires cosas sobre mi pasado... - advirtió con una mueca de incomodidad en su rostro – no podrías soportarlas...

Sona asintió y lo miró con cierta preocupación; luego, dirigió sus ojos a Lux y le trasmitió algo para que se lo comunicara a Darius. La maga asintió y enfocó su mirada en el hombre para hablar de nuevo.

- Sona dice que debes relajarte... al parecer, alguien lanzó un hechizo en tu hermano y es posible que también lo tengas... quizás sientas una jaqueca... - anunció la maga con voz preocupada.

- Está bien... - respondió el mayor con semblante tenso y serio.

La tecladista de PENTAKILL se concentró y acercó su mano para tocar la frente de Darius. De inmediato, notó que no estaba equivocada, pues el basquetbolista poseía el mismo hechizo que Draven. Sin embargo, el guerrero había controlado la frustración que éste debía causarle gracias a su voluntad inquebrantable. El intento por atormentar su mente con la muerte de su anterior prometida, Quilleta, no rindieron los frutos esperados, pues él había soltado de manera voluntaria ese dolor para dejarla descansar en paz. Sona pudo observar cómo Lux había iluminado la parte más obscura del pasado y presente del mayor de los Swain. Hubiera deseado que Draven hiciera lo mismo con ella para olvidar a Riven, pero el hombre que ella amaba era más impulsivo y egoísta con los sentimientos de otros. Ella lo había entendido muy tarde y de manera cruel.

Los recuerdos de la infancia del guerrero estaban bloqueados por él mismo y la virtuosa no se atrevió a entrar donde no es bienvenida; así que, separó su mano de él y creó el vínculo que le provocó una ligera molestia a su receptor. Con el hechizo de la bruja ya disipado, Sona podía sanar los recuerdos Darius le permitiera ver.

- ¿Ahora me escuchas? – se comunicó la musa con una melodiosa voz en la mente del basquetbolista.

- Te... te escucho... - dijo sorprendido el hombre mientras miraba a Lux confundido - ¿Cómo es que...?

La pelirroja se encogió de hombros y suspiró mirando a su amiga quien observaba con curiosidad a Darius. El ambiente se volvió tenso entre ellos, pues lo que había mencionado Luxanna era demasiado grave y el mayor de los Swain quería respuestas para partirle la cara a su hermano de ser necesario.

- ¿Es cierto...? – preguntó de manera frívola el guerrero – ¿Mi hermano te violó?

- No. – respondió la peli azul de manera tajante y segura. Sus dedos comenzaron a juguetear con su largo cabello antes de continuar con su explicación mientras agachaba la mirada. – Creo que debería contar todo desde el inicio...