La mujer perfecta (Darius x Lux)

Capítulo 10: Noticias

El clima en la academia era particularmente fresco, pues la directora Yuumi había utilizado sus conocimientos en magia para crear un ambiente navideño aun siendo septiembre. Lux estaba enterada de ese peculiar gusto en la minina gracias a su hermano quien, en su opinión, disfrutaba de esas fechas. Ya que ella se encontraba en el extranjero, Garen debía pasar la Navidad en compañía de sus padres quienes celebraban la festividad en el castillo con la familia real. Él le contaba las increíbles veladas año tras año agradeciendo que por fin sus progenitores le prestaban y la atención que por años la menor le había robado; sin embargo, no lo hacía con intenciones de herir a su pequeña hermana sino para contarle a alguien más su felicidad. Siendo uno de los guerreros más prominentes de la God-Weapon Academy, parecía imposible que el mayor consiguiera algún amigo sincero a quien confiarle sus problemas familiares. Además, el muchacho era sumamente reservado con su vida íntima y su hermana era la única confidente que pensaba tendría hasta la llegada de Katarina a su vida.

Llegó a su salón pensando en los sucesos que había vivido en tan poco tiempo; su entrada a la academia no había sido particularmente positiva, se enteró de varios secretos que su familia le había ocultado, conoció a un hombre que despertaba sus más bajos instintos, conoció un poco más sobre los límites de su magia interna y conoció seres interesantes gracias a su inigualable carisma. Apenas comenzaba su aventura en aquella escuela tan prestigiosa y estaba segura sólo de una cosa: Darius era una persona peligrosa, pero ella no podía evitar sentirse atraída por su imponente personalidad y deseaba fervientemente ponerlo en su lugar pagándole de la misma forma que él lo hacía con chicas inocentes. Sin embargo, se sonrojó al recordar los besos y caricias que le había proporcionado en más de una ocasión, en especial aquella en la que le correspondió de manera apasionada y desvergonzada. Aun podía sentir su aroma, su aliento y calor. Sus manos recordaban los músculos tonificados de su ancha espalda y sus labios aun percibían la incandescencia que la boca del mayor emanaba con cada roce a su lengua. Repentinamente, sus pensamientos fueron interrumpidos por una de sus compañeras de clase.

- ¿Lux? – intentó llamar la atención de la chica pelirroja, pero no funcionó así que intentó de nuevo – ¡Lux! – gritó con fuera mirando cómo la joven salía de su trance.

- ¿Q-qué sucede? – pronunció luego de dar un sutil salto por el susto que su compañera le había causado.

- Te habla Ezreal, está en el pasillo. – respondió la joven un tanto preocupada por el actuar de su amiga.

- Gracias, Janna... - dijo la pelirroja levantándose del pupitre y dirigiéndose hacia el lugar de encuentro con su prometido.

Llegó al pasillo y pudo vislumbrar al joven rubio mirando por la ventana dando la espalda a la entrada del salón de Luxanna. Cuando ella lo llamó por su nombre, el chico volteó mirándola con cierta frialdad. Él apretaba con fuerza sus puños y su sonrisa amable había desaparecido por completo, entonces, se acercó peligrosamente a ella y le dio un abrazo que por poco le rompía los huesos. La chica se mantuvo quieta ante las acciones de su prometido quien aún mantenía el enganche sin importarle la multitud a su alrededor.

- Lo lamento – habló por fin el muchacho a manera de susurro – deseaba tanto que llegara el Baile Navideño que ahora me encuentro furioso con mi trabajo...

- ¿A qué te refieres? – cuestionó la joven confundida por las palabras de Ezreal quien de a poco soltaba el agarre de su cuerpo.

- Me enviarán hoy mismo a una misión importante y no estaré aquí para ser tu acompañante... discúlpame... - mencionó con decepción y rabia apretando fuertemente sus puños – Deseaba tanto ir contigo...

- Son cosas de trabajo y lo entiendo muy bien – animó la pelirroja al chico regalándole una sonrisa cálida – ya encontraré con quien ir, no te preocupes... tengo una amiga que...